sábado, 8 de noviembre de 2014

El Genio de los Deseos‏



El Genio de los Deseos
Autor desconocido. Tomado de la red.

Un hombre se entera un día de la existencia de un mercader que vendía un genio, que complacía todos los deseos de su amo.

Reunió todo el dinero de que disponía y se dirigió presuroso al mercado, rogándole al vendedor que se lo vendiera.

El vendedor se lo vendió no sin antes advertirle:

- "Debes pedirle nuevos deseos continuamente, pues si no lo mantienes ocupado, te cortará la cabeza".

- "No te preocupes", respondió el comprador. "Son tantas las cosas que deseo, que no tendrá tiempo para descansar".

Salió contento del lugar y al poco camino la voz del genio le dice:

- "¿Y bien amo, que deseas?"

Sorprendido el hombre contesta:

- "Deseo ser dueño de un enorme palacio". En pocos segundos se erguía ante él un magnífico palacio.

- "¿Y qué más?", volvió a preguntar el genio, al tiempo que el palacio se poblaba de servidores.

- "Deseo un harén con muchas y hermosas mujeres".

Al instante bellas jóvenes lo rodearon.

- "¿Y ahora mi amo?"

- "Pues deseo un gran banquete con exquisitos manjares, muchos invitados, músicos y baile". Con la última palabra se presentó ante su vista todo lo solicitado.

Entonces, el nuevo dueño del genio se sintió aterrorizado por la velocidad de respuesta para satisfacer sus deseos, corrió hasta el mercader que se lo había vendido y le dijo:

- "Tú me lo advertiste, pero dime, por favor, ¿qué puedo hacer? El genio es tan rápido que en algún momento no tendrá qué hacer y me matará".

- "Eres una persona agradable y te ayudaré", respondió el mercader. "Dile al genio que construya una columna altísima y que suba y baje por ella hasta que tú le ordenes que pare. Mientras tanto, puedes dejar de desear y disfrutar lo que ya tienes".

Preguntas  y Moraleja:

¿Cuánto de lo que hemos conseguido, estamos disfrutando? ¿Cuánto más nos falta conseguir para decidir disfrutar lo que hemos conseguido? ¿Estamos seguros qué más adelante tendremos y dispondremos de tiempo para disfrutar todo lo conseguido?

Por si las dudas: ¡Disfrutemos ya lo que tenemos y evitemos dedicarnos solo a desear y buscar lo que nos falta, porque siempre consideraremos que nos faltará algo!

Nota: imagen extraída de la web
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Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).

jueves, 6 de noviembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Viernes 07 de Noviembre de 2014

"Nunca te arrepientas del ayer, porque no se puede cambiar. Pero asegúrate que el hoy no se vuelva el arrepentimiento de mañana".
Autor Anónimo

REFLEXIÓN: Otro autor anónimo complementaba la frase de hoy, diciendo, que nunca debemos arrepentirnos de ningún día, porque los buenos días te dan la felicidad, los malos días te dan la experiencia, pero ambos son esenciales para la vida. Alguien, que deseó también permanecer en el anonimato, comparó la vida con un piano, considerando que  las teclas blancas representan los momentos felices; y las teclas negras, los momentos tristes, pero la verdad es que ambas dan música a la vida.

Del ayer el sincero y honesto análisis, evaluación y reflexión, para aprender la lección que éste nos deja. Del hoy, abrir camino para el mañana, tal cual lo expresó en su célebre escrito el poeta y profesor español Antonio Machado, diciendo: "Caminante son tus huellas el camino, y nada más; caminante no hay camino, se hace camino al andar". Por supuesto, que también aprendemos de las huellas de otros, pero el camino o sus resultados a lo mejor no son iguales, porque solo vemos “una parte de la película”.

El pasado ya es un hecho, lo que queda es aprender de sus lecciones para repetirlas o no repetirlas, dependiendo si fueron buenas o no. Es una realidad que en todo tiempo presente siempre está la huella del pasado. Y aquellos que se atrevan a no recordar el pasado están condenados a repetirlo, afirmaba el filósofo y escritor español Jorge Santayana.

Un proverbio indio nos dice "La vida es un puente, crúzalo. No construyas tu casa  sobre él". Decisiones y acciones debemos tomar a diario para avanzar en el presente, en busca del futuro, pero conscientes que estas decisiones y acciones  del hoy, son claves para el tipo de futuro que tendremos. En el hoy construimos nuestro mañana, así como en el ayer construimos nuestro hoy.

El actor, escritor y director de cine estadounidense Joshua John Miller afirma que “Las circunstancias y situaciones colorean la vida, pero con tu mente puedes elegir cuales serán esos colores”. Quizá filmamos la película de nuestro pasado en blanco y negro,  y ahora debemos esforzarnos por cambiarla a colores y proyectarla colorida hacia nuestro futuro.

Una frase atribuida al reformador religioso alemán Martin Lutero nos dice: "Aunque no se puede evitar que los pájaros revoloteen a nuestro alrededor, sí se puede impedir que aniden en nuestra cabeza”, queda en nosotros la voluntad y la decisión de hacer algo para dirigir nuestro presente y futuro. En palabras del político, escritor y aristócrata británico  Benjamín Disraeli, el éxito consiste en prepararse para aprovechar la ocasión cuando ésta se presente.

Cualquiera haya sido nuestro pasado, quizá con la sola excepción de situaciones o condiciones extremas, será de provecho y, tal cual, lo afirmó el filósofo holandés Baruch Benedict Spinoza “Si no quieres repetir el pasado, estúdialo”, y si quieres repetir lo bueno del pasado, también estúdialo.

Miguel A. Terán
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miércoles, 5 de noviembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Jueves 06 de Noviembre de 2014 + El Genio de los Deseos‏


“El lujo es una necesidad que empieza cuando acaba la necesidad”. 
Coco Chanel (1883 - 1971). Diseñadora de moda francesa creadora de la marca Chanel.

REFLEXIÓN: Comencemos por aclarar que el lujo en realidad es un deseo, no una necesidad. De manera tal que – en términos de lo normal - los deseos deberían comenzar cuando las necesidades estén satisfechas. Sin embargo, no siempre ocurre que los deseos vienen detrás de las necesidades. La razón, para que ello ocurra, es que desde la perspectiva consumista los deseos son transformados en “falsas necesidades” por el efecto de la publicidad, la presión cultural y social. Los deseos son el resultado de un aprendizaje social.

A diferencia de las necesidades, que son básicas y relacionadas con carencias fisiológicas o psicológicas, los deseos –casi en general – no tienen límite, porque se satisfacen solo parcial o temporalmente. Deseos tales como dinero y poder, entre otros, no tienen límites, porque no llegan a saciarse y siempre falta un poco más. El escritor español Francisco de Quevedo decía que “Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más.”

Lo que es un lujo para alguien de escasos recursos económicos, es una “necesidad” para otro, con mayor disponibilidad de recursos económicos.

No son lo mismo necesidades que deseos, ni nivel de vida que calidad de vida. El nivel de vida está relacionado con lo material, lo cuantitativo y los deseos; mientras la calidad de vida está relacionada con lo cualitativo y las necesidades más profundas del ser humano.

De la adecuada satisfacción de necesidades depende nuestra propia existencia, por ello, alimentarse, vestir, dormir, etcétera son necesidades que no se pueden postergar ilimitadamente en el tiempo. Por su parte, la satisfacción de los deseos puede llevarnos a una vida más placentera, pero si bien es cierto que permiten mejorar nuestro nivel de vida, algunas veces las exigencias y el desgaste resultado de los esfuerzos para buscarlos, obtenerlos y conservarlos atentan contra la calidad de nuestra vida, deteriorando parejas, familias, hijos y sociedad. 

En los países del primer mundo las necesidades básicas están cubiertas, por lo cual la gente se dedica a la satisfacción de deseos. En los países del tercer mundo o en vías de desarrollo,  la gente también pretende dedicarse a satisfacer sus deseos, pero con la diferencia que muchos individuos no tienen las necesidades básicas cubiertas, lo cual no hace ningún sentido lógico en el orden de prioridades. Por ello, podemos ver a alguien con un equipo celular de última generación y sin dinero para pagar una matrícula de estudios o, peor aún, con la nevera vacía.

Hablando de pobreza y riqueza, y considerando que los deseos son insaciables,  el filósofo y Escritor Francés François Marie Arouet “Voltaire”, afirmaba que “Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos”. Quizá similar razonamiento logró, hace casi dos milenios,  el filósofo griego Epicteto cuando afirmó que “El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos”.

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO

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El Genio de los Deseos

Un hombre se entera un día de la existencia de un mercader que vendía un genio, que complacía todos los deseos de su amo.

Reunió todo el dinero de que disponía y se dirigió presuroso al mercado, rogándole al vendedor que se lo vendiera.

El vendedor se lo vendió no sin antes advertirle:

- "Debes pedirle nuevos deseos continuamente, pues si no lo mantienes ocupado, te cortará la cabeza".

- "No te preocupes", respondió el comprador. "Son tantas las cosas que deseo, que no tendrá tiempo para descansar".

Salió contento del lugar y al poco camino la voz del genio le dice:

- "¿Y bien amo, que deseas?"

Sorprendido el hombre contesta:

- "Deseo ser dueño de un enorme palacio". En pocos segundos se erguía ante él un magnífico palacio.

- "¿Y qué más?", volvió a preguntar el genio, al tiempo que el palacio se poblaba de servidores.

- "Deseo un harén con muchas y hermosas mujeres".

Al instante bellas jóvenes lo rodearon.

- "¿Y ahora mi amo?"

- "Pues deseo un gran banquete con exquisitos manjares, muchos invitados, músicos y baile". Con la última palabra se presentó ante su vista todo lo solicitado.

Entonces, el nuevo dueño del genio se sintió aterrorizado, corrió hasta el mercader y le dijo:

- "Tú me lo advertiste, pero dime, por favor, ¿qué puedo hacer? El genio es tan rápido que en algún momento no tendrá qué hacer y me matará".

- "Eres una persona agradable y te ayudaré", respondió el mercader. "Dile al genio que construya una columna altísima y que suba y baje por ella hasta que tú le ordenes que pare. Mientras tanto, puedes dejar de desear y disfrutar lo que ya tienes".

¡Disfruta lo que tienes y no solo a desear lo que te falta!


Autoría: Desconocida. Tomado de la web.

martes, 4 de noviembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Miércoles 05 de Noviembre de 2014


"Debemos reinventarnos todos los días".
Jean-Paul Sartre (1905 – 1980). Filósofo francés, activista político y crítico literario.

REFLEXIÓN: Uno de los grandes errores que cometemos es considerar, en algún momento de nuestra  existencia, que hemos llegado a la perfección - a tal nivel -  que nos convencemos de ser la mejor versión y modelo. Nada más erróneo, porque todos los días tenemos la oportunidad de mejorar y superarnos. La perfección en sentido humano es una utopía, algo irreal e inalcanzable.

Algunos individuos llegan a considerarse perfectos, infalibles y consideran que “se las saben todas”. Más allá de su propio y personal punto de vista no existe nada, por lo cual no aceptan nada distinto a su pensar y proceder. Esa sensación de perfección absoluta los convierte en individuos soberbios, cuando detrás de ese caparazón en la mayoría de oportunidades solo hay ignorancia y temores.

Al considerar la necesidad de reinventarse,  una de las peores mezclas posibles, es una poción de soberbia, ignorancia y poder, porque allí no hay opción de reinvención. Por el contrario, debemos comprender que somos seres en proceso continuo de crecimiento y desarrollo, en busca de merecer el calificativo de seres humanos. Somos perfeccionables hasta el último de nuestros días.

La posibilidad y –especialmente- la apertura necesaria para reinventarse tienen uno de sus principales enemigos en el éxito. La razón es que cuando el éxito, entendido de cualquier manera, ha sido benevolente y sonriente con nosotros, y creemos haber conseguido la ruta para transitar hacia el éxito, despreciamos múltiples oportunidades para reinventarnos.

Esa reinversión de cada día debe cambiar en el tiempo. Tal vez en etapas más cercanas a la juventud, nuestros intereses personales nos lleven a reinventarnos para alcanzar metas académicas, profesionales y económicas. Algún tiempo más adelante lo hacemos para formar pareja y familia, y así sucesivamente, durante nuestro transitar por la vida.

Nos enfrentamos a un problema cuando insistimos en seguir reinventándonos en áreas o etapas que con los años debimos superar; entonces, allí no vale ni es justificable ninguna re-invención. Pretender reinventarnos físicamente, hasta extremos, cuando ya el paso de los años es notorio, claro y evidente, es señal que requerimos reinventarnos en áreas más humanas, sociales y espirituales. Reinventarse es evolucionar y avanzar, no girar como el perro que muerde su propia cola.

Recordemos y tengamos presente las palabras del naturalista inglés Charles Darwin: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”. En ambientes de cambio, como los que vivimos en estos tiempos, la capacidad de mutar para cambiar y evolucionar es condición vital.

Ese necesario cambio que acompaña la reinvención, debe llevarnos a abandonar nuestra zona de confort y entrar en áreas menos conocidas, que nos generan incertidumbre y angustia. Uno de los resultados positivos de esa reinvención es la oportunidad de volver a tener contacto con la humildad, dejar de sentirnos infalibles, y asumir la decisión de tocar tierra y disponer del ánimo requerido para empezar de nuevo.

Este reinventarse debe ser un proceso que nos permita crecer de manera armónica y equilibrada, donde nuestro cuerpo, mente, corazón y espíritu, creen espacios para enriquecer nuestra vida afectiva, emocional y espiritual.


Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO

Nota: imagen extraída de la web


Nota del autor del Blog: Invito a todos mis amigos, seguidores y apreciados lectores a compartir con familiares, relacionados y contactos, esta reflexión y los demás artículos publicados en el blog: http://miguelterancoach.blogspot.com. Tengamos presente que, en oportunidades, unas sencillas palabras pueden hacer y ser la diferencia en nuestra vida o en la vida de los demás.

¡Culpables somos todos! por Carlos Dorado‏

A continuación podrán leer un artículo escrito por Carlos Dorado, con referencia a Venezuela - en este caso particular - pero aplicable a cualquier lugar o tiempo en el cual consideremos que no tenemos culpa en algo de lo que ocurre en el entorno del cual hemos sido o seguimos siendo parte.


 
¡Culpables somos todos!
Carlos Dorado
Mi madre siempre me decía: "Carlos, la culpa es muy fea, y nadie la quiere". ¡Qué razón tenía! Y quizás por ello, una de las frases que más repiten los niños es: ¡Yo no fui! 

El cristianismo cree que satanás nos tienta con el mal. Los hinduistas ven el mal como un desafío al equilibrio de la vida. El judaísmo alude a la inclinación del hombre por la rectitud, en oposición a su inclinación por el mal. Todas las cosas pueden ser buenas o malas, en función de lo que nosotros, con nuestro libre albedrío hagamos de ellas. El dinero puede salvar o destruir. La ciencia puede matar o curar. Incluso la naturaleza puede obrar a nuestro favor o en contra: el fuego puede calentar o quemar, el agua conservar la vida o arrasarla. Desde el principio Dios dijo: "Voy a dejar al mundo en sus manos. Si lo dirijo todo, entonces no son ustedes".

El mundo somos todos nosotros. Venezuela somos todos nosotros, y de lo bien o mal que lo hagamos, somos los únicos responsables. Unos en mayor o menor medida. Unos por ejecución, otros por omisión. Pero culpables somos todos, y esperar que venga Dios a que nos resuelva nuestros problemas, es ilusorio, utópico e irrealista.

Estoy completamente seguro que hay muy pocos que se sienten culpables, porque siempre la culpa es de los demás. ¡Es muy fea! ¡Yo no fui!, y si en algún momento sacan una cédula o un pasaporte "bajo cuerda", se colean, obtienen unos dólares fraudulentos, son reposeros, corrompen o se dejan corromper para obtener o dar un beneficio, piensan que eso es normal; porque supuestamente lo hace todo el mundo. Si hacen "un negocio ilícito", se justifican con: "no lo hace, el que no puede", o "si no lo hago yo, otro lo hará". ¿Cuánta gente tendrá la suficiente moralidad como para decirle no a un negocio ilegal, que le garantice el futuro económico? ¿Cuántos lo condenarán, quizás por envidia? ¿Cuántos lo condenarán porque no fueron ellos los que lo hicieron? ¿Cuántos no lo quisieran hacer?

Para cambiar a los demás, primero tenemos que cambiar nosotros mismos, y lo que le decimos o le criticamos a los otros, debemos tratar en primer lugar de decírnoslo a nosotros mismos. Juzgamos, pero no nos juzgamos. Somos jueces, pero nunca queremos ser el reo.

Lo más importante y lo más sublime que tiene una sociedad son sus hombres (incluyendo a las mujeres y a todos); y lo más grande de un hombre está en su yo interior: Que sea una persona decente y de principios morales; producto del ejemplo, y que sea una persona correcta, más por sí mismo que por el temor al castigo. ¿Dónde están nuestros ejemplos? ¿Dónde están nuestros castigos? ¿Si queremos resultados distintos, por qué siempre hacemos lo mismo?

Charles Reade decía: "siembra un acto, y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino". ¿Cómo son nuestros hábitos? ¿Cómo será nuestro destino?

Mi madre solía decirme cuando me sentía agobiado por los problemas: "Carlos, lo bueno de la lluvia es que eventualmente escampa, y a veces necesitamos desviarnos, para poder orientarnos"

Venezuela es buena, es quizás el mejor país del mundo, con un potencial enorme. Pero somos nosotros, con nuestro comportamiento, los que podemos convertirla en la sucursal del cielo o del infierno. Todos, sin excepción, somos los arquitectos del futuro del país.

Reflexionemos por unos minutos: ¿Soy yo mejor que Venezuela?, y si somos autocríticos y sinceros, quizás concluyamos: ¡Culpables somos todos!

cdoradof@hotmail.com


lunes, 3 de noviembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Martes 04 de Noviembre de 2014

“La gente se siente sola porque construye murallas en lugar de puentes”.
Joseph Fort Newton (1876 – 1950). Ministro, pastor y autor estadounidense.

REFLEXIÓN: Una enfermedad social que cada día nos ataca con más contundencia es la soledad. Podemos casi considerarla un mal de estos tiempos, donde cada quien anda en lo suyo y se olvida de los demás, hasta que la soledad le atrape. “Si yo estoy bien, todos están bien” parece la errónea consigna o el eslogan de muchos.  

El problema es tan grave que, en el presente, nos olvidamos hasta de nosotros mismos y pasados los años no somos compañía ni siquiera para nosotros mismos. El escritor y Premio Nobel de Literatura, el colombiano Gabriel García Márquez, planteaba que «El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad».

La realidad debe ser que nunca estemos solos, porque deberíamos – cuando menos - ser compañía para nosotros mismos; pero esa actitud de hacernos compañía, requiere tiempo para sembrarla. La consagrada actriz española Carmen Maura,  considera que la soledad es la conquista a la que debe dedicarse todo ser humano. Aprender a estar sin otro,  resulta fundamental, sin tratar de convertirnos en ermitaños, sino teniendo capacidad para pasar buenos momentos de soledad. El poeta y ensayista inglés John Milton, plantaba que la soledad a veces es la mejor compañía.

No es lo mismo la soledad voluntaria que la soledad involuntaria; en la primera, la sensación es de «estar solo»; en la segunda, es «sentirse solo», son sensaciones muy distintas, aunque ambas, las podemos definir como soledad. Esa segunda, «sentirse solo», representa la auténtica soledad .

La soledad voluntaria e incluso la involuntaria, si sabemos dar un sentido a esta última, nos permiten disfrutar de muchas cosas, que no se disfrutan igual en compañía de otros. El filósofo, abogado y escritor, francés Voltaire afirmaba que “La mejor de todas las vidas es la de una ocupada soledad”. Por su parte, el cantautor y músico guatemalteco Ricardo Arjona, nos dice que “La soledad es como un suplicio ingenioso de la naturaleza, que hace que nos encontremos con nosotros mismos, para poder valorar a los demás”.

Cada vez nos amurallamos más y cerramos vías de acceso a puentes, lo cual nos aleja de otros. “Si eres orgulloso, conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos”, nos decía el poeta mexicano Amado Nervo.

Sin embargo, cuando la vida nos cambia y el éxito nos sonríe y deslumbra, corremos el riesgo de sustituir consecuentes y fieles amistades,  por nuevas y efímeras.  Muchas “amistades” de fiestas y buenos momentos, resultan absolutamente infieles y pasajeras, cuando las situaciones se deterioran y aparecen las crisis y problemas, y allí nuestra única compañía será la soledad, si hemos aprendido a compartir con ella.  

Una de las soledades más tristes, es aquella en la que estamos acompañados y a pesar de ello, nos  sentimos solos. El recientemente fallecido actor Robin Williams, expresó acertadamente esa contradictoria “soledad en compañía”, cuando dijo: “Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo y no lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”. En otras palabras, parece que sentirnos solos no necesariamente es por falta de compañía, he aquí una complejidad adicional de la soledad.  

Una de las soledades más duras y difíciles de sobrellevar es la que nos deja la ausencia temporal o definitiva de amigos y seres queridos. Para quienes emigran, el vacío que deja la ausencia de su tierra, familia, amigos y raíces, es también una dura soledad.  

En estos tiempos, hemos construido muchos puentes tecnológicos, por los cuales transitamos en un mundo virtual, pero construimos igual cantidad de murallas en nuestra vida real. La invitación es a ser cuidadosos, porque “La soledad es peligrosa, ya que cuando estamos solos mucho tiempo, poblamos nuestro espíritu de fantasmas”, nos decía el escritor francés del siglo XIX Guy de Maupassant.

Retomemos la construcción de puentes de amistad y compañía real y no solo virtual, pero –sobre todo - dediquemos tiempo y esfuerzo a derribar murallas para lograr el necesario contacto y sensibilidad humana, dos antídotos contra la soledad.  

Miguel A. Terán

Twitter: @MiguelATeranO

Nota: imagen extraída de la web


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PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Lunes 03 de Noviembre de 2014

“La humildad antecede a todas las perfecciones”.
Marcel Aymé (1902-1967) Escritor francés, autor de obras teatrales, novelas y cuentos.

REFLEXIÓN: Si existe una característica que todos creemos poseer esa es la humildad, tal vez compartiendo espacios con la razón, que también todos creemos poseer, a veces ambas en abundancia. Pero la humildad, nos refiere el escritor, comunicador y músico peruano Micky Bane,   es un don tan efímero que, tan solo al decir que lo posees, se esfuma.  Planteaba el reformador alemán Martin Lutero que la humildad de los hipócritas es el más grande y el más altanero de los orgullos. En otras palabras, también existe la falsa humildad, que más temprano que tarde la reconocerán todos, menos quien la utiliza porque estará convencido que es humilde.

Debemos entender que la humildad no es pobreza material, porque no tiene nada que ver con posesiones; por el contrario, humildad  es la riqueza espiritual que nos permite convertirnos en mejores seres humanos. Se dice que para ser grande primero debemos aprender a ser pequeños, porque la humildad es la base de toda grandeza.

El brillante educador brasileño Paulo Freire afirmaba que “No hay dialogo sin humildad”. Dialogar no puede llevarse a cabo desde una perspectiva arrogante. Por ello, cuando una de las partes no reconoce con humildad y fe, la existencia y la contribución del otro, será imposible el diálogo.

En oportunidades, necesitamos ayuda o asistencia, pero condicionamos la posibilidad de considerarla y aceptarla,  solo si la propuesta está alineada con nuestra perspectiva, no desde la perspectiva o punto de vista de quien pretende brindarnos esa ayuda o asistencia. Si del otro lado escucho algo que no está en línea con mi punto de vista, entonces, menosprecio o desprecio el apoyo recibido. En innumerables ocasiones se solicita o pide algún consejo, inclusive profesional, pretendiendo solo escuchar lo que queremos escuchar.

Actuar de esa manera nos hace presa fácil de los legendarios “Cantos de Sirena”, hoy día transformados de esos mitológicos seres a vendedores de todo tipo, quienes con su astucia nos cantan y seducen  para engañarnos y llevarnos a donde desean. Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad, expresó muchos siglos atrás el filósofo chino Lao-tsé. La soberbia acaba con la humildad y ambas con nuestra condición de seres humanos.

La reconocida novelista inglesa Agatha Christie consideraba que “Cuando no hay humildad, las personas se degradan”. Ocurre con frecuencia que el dinero y el poder transforman a las personas, convirtiéndolas en individuos soberbios y cada vez más alejados de la humildad y de la realidad. El escritor estadounidense Ernest Hemingway planteaba que “El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad”. Por su parte, el Rey Salomón, descrito en la Biblia como el hombre más sabio, dejo el siguiente mensaje imperecedero: “Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría”.

“Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad”, nos decía el filósofo y escritor español Miguel De Unamuno. Una fórmula muy sencilla y simple para ser humilde la planteó Don Bosco cuando dijo: “No nos creamos necesarios”.


Miguel A. Terán

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domingo, 2 de noviembre de 2014

TU DECIDES QUE SIEMBRAS- Pero debes estar consciente que eso mismo cosecharas.


Se dice que en la semilla está todo, el árbol, las hojas, las flores y los frutos. La naturaleza es sabia, sin confusiones. Por el contrario, los seres humanos brindamos poca atención a la semilla e incluso a los cuidados de la siembra, pero nos sorprendemos, preocupamos, quejamos y protestamos cuando recogemos o cosechamos algo distinto a lo que creímos haber sembrado.

El viejo refrán “Quien siembra vientos recoge tempestades”, nos advierte de las consecuencias de nuestras inadecuadas actuaciones. Algunas veces ni recordamos lo que sembramos, pero con seguridad tendremos grandes expectativas sobre los resultados de la cosecha.

Muchas veces consideramos que nuestras actuaciones, indebidas o inadecuadas,  no tienen posterior impacto, y por el contrario, si son útiles para resolver nuestro problema del momento. Lo que no consideramos, es el impacto o precedente que sienta nuestra actuación en posteriores actuaciones, o en las actitudes y conductas de quienes interactuaron con nosotros en ese momento, copiando el mensaje.   

En múltiples oportunidades, un hijo o un supervisado, pueden ser testigos de alguna actuación poco ética o moralmente reprochable de nuestra parte. Esto podría representar una mala imagen para nosotros, pero peor aún si ellos consideran que esa actuación es válida o permitida y deciden imitarnos.

Tengamos siempre presente lo expresado por filósofo francés y miembro del Comité de Ética de Francia André Comte-Sponville, quien dijo: “¿Quieres saber si tal o cual acción es buena o condenable? Pregúntate ¿Qué ocurriría si todos se comportaran como tú?”.

Miguel A. Terán

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Nota: Vídeo tomado de Youtube.

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