Artículo publicado en los Tiempos Newspaper - Miami, Fl. Feb - Mar. 2024
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El genial y famoso Charles Chaplin decía que no olvidemos sonreír, porque un día sin sonreír es un día perdido. Hay quienes se toman la vida tan en serio que les cuesta pensar que en ella se pueden sonreír. Por el contrario, hay quienes consideran que no vale la pena tomar la vida tan en serio, porque al fin y al cabo no vamos a salir vivos de ella.
Según expertos la risa es una de las mejores medicinas y el humor un gran sanador. El buen humor disminuye la tensión física y emocional, a la vez que constituye un equilibrio vital para llevar una vida en armonía. La risa nos libera de energía negativa, disminuye la ansiedad, las tensiones, dolores e incluso baja la presión sanguínea. Tristemente, existen sonrisas genuinas y fingidas. Con las redes sociales ha crecido la risa fingida, esa risa que ponemos en nuestra cara solo para la fotografía.
El humor y la
risa que resultan de la burla o ridiculización no son sanos para nuestra mente,
corazón ni espíritu. Se dice que debemos
ser cuidadosos de no tomar en serio un chiste, ni hacer chistes de lo serio. Mario
Moreno “Cantinflas”, el mejor comediante de habla hispana de todos los tiempos
pudo hacernos reír a carcajadas sin burlarse de nadie ni utilizando palabras
obscenas o con doble sentido, sin duda un verdadero genio. Se dice que cuando
Charles Chaplin conoció personalmente a Cantinflas le dijo” Nosotros somos los
mejores”.
En estos
nuevos tiempos, un “comediante” en su desesperado afán por sacar risas, utiliza
la burla hacia otros, las palabras obscenas, la imitación grotesca, y más, algo
totalmente alejado de aquel humor brillante de los genios de Cantinflas y
Chaplin, quienes además comprendieron que el humor podía cumplir la función de
hacernos reír, pero también de hacernos reflexionar ante muchas situaciones de
la vida.
Sin duda, que
en casi todos los momentos hay espacio para el buen humor y la risa. Un motivo
para sonreír y reírnos cambia la percepción de un entorno o ambiente que está o
se siente pesado.
Muchas veces
nos disfrazamos de “serios”, por diversas razones, pero sin darnos cuenta el
disfraz se apoderará de nosotros y nuestra cara expresará una seriedad y
amargura que no nos pertenecía, pero que ahora nos acompaña y describe.
En uno de sus
excelentes libros el filósofo contemporáneo español Fernando Savater afirmaba
que “La característica principal que tiene el soberbio es el temor al ridículo.
Por esta razón los tiranos y los poderosos carecen de sentido del humor, sobre
todo aplicado a sí mismos”. Y, nos advertía, algunas líneas adelante que
“Cuando la risa está prohibida, sabremos que estamos en un lugar peligroso”.
El filósofo
británico James Allen expresaba que “Una cara no se vuelve amarga por
casualidad, está hecha de pensamientos amargos”. La cara es el espejo de
nuestra alma. Y, decía el poeta chileno Pablo Neruda que “La risa es el
lenguaje del alma”. Cuando jóvenes tenemos el rostro que la naturaleza y la
herencia nos dieron, cuando envejecemos tenemos el rostro que nos merecemos,
porque nuestro rostro termina siendo el resultado de nuestros pensamientos y
emociones.
Y, sin duda,
que el buen humor es necesario en nuestras vidas para hacerlas más ligeras,
para nosotros y para quienes nos rodean. Tengamos presente que una cara seria
no genera respeto, solo da miedo.
Un auténtico
líder debe comprender que el humor y la risa desbloquean el estrés y la
tensión, ayudando a construir ambientes de trabajo más agradables, positivos,
productivos, creativos, de conexión y compromiso. Es por ello, que algunos
especialistas en liderazgo y gerencia reconocen el humor como una habilidad
esencial del liderazgo.
La relación de risas entre un niño y un adulto puede llegar a 10 sonrisas en un niño por cada sonrisa de un adulto. En la medida en que envejecen algunos individuos van tomando la vida con mucha seriedad y dejando de sonreír, lo cual es un grave error. La felicidad con la que hemos vivido puede ser la diferencia entre un rostro dulce y uno amargo cuando llegamos a la vejez. El buen humor y la risa deben llenarnos de alegría y de una actitud positiva ante la vida. Una sonrisa hace que un momento perdure por siempre.
Si consideramos que las circunstancias y el destino nos golpean, sin
oportunidad de hacer algo al respecto, entonces seremos una víctima pasiva de
esas circunstancias y el destino, que llegarán a transformarnos en individuos
de espíritu fracasado y amargado. Y, perderemos, nuestra capacidad de sonreír y
reír.
Agradecer y sonreír con frecuencia, y obtener lo positivo en todas nuestras
vivencias y experiencia nos permitirá cambiar, crecer y transformarnos en
mejores seres humanos. Una cosa es tomarse la vida con seriedad y otra cosa,
muy distinta, es hacer de la vida algo muy serio. Además, es bueno tener
presente, que sonreír es gratis.
Este artículo fue escrito sin uso ni apoyo de
Inteligencia Artificial (IA)