Vemos la vida en blanco y negro mientras perdemos
la belleza de los tonos.
Miguel A. Terán
Un tema tratado en anteriores oportunidades, de diferente manera, pero todas han coincidido en la importancia que tiene el camino medio, esa posición central y de equilibrio referido en las doctrinas morales y religiosas del pensador chino Confucio. También, el camino medio, en el Budismo, representa la práctica de no extremismo que busca la moderación al huir de los extremos.
Por lo contrario, nos hemos acostumbrado a pensar
en dualidades, en extremos distintos; haciéndonos parte de alguno de ellos y, sobre
todo, evaluando y juzgando desde ese extremo: bueno o malo, bonito o feo,
simpático o antipático, agresivos o pacífico, suave o duro, nosotros o ustedes,
etcétera. Y cada uno de esos extremos tiene fanáticos y seguidores, así como
enemigos y detractores.
Lo vemos en la política, liberales y
conservadores, demócratas y republicanos; en religión, en sociedades, etc. Y
podemos observar algunas variaciones, entre estos extremos, pero que mayormente
constituyen parte de alguno de ellos, quizá podríamos definirnos como “light”
en nuestro extremo. El camino puro del medio, ese lugar equidistante de
los extremos que queda como punto de equilibrio entre ellos, no es común
encontrado.
Sin embargo, la realidad es que ambos extremos
conforman un todo, que hay relaciones de causa –efecto entre ellos, uno existe
gracias al otro. Por lo contrario, algunas veces los extremos pueden asumir tal
grado de fanatismo que llegan a negar la existencia del otro extremo, no
lo ven, no existe. La razón me pertenece, claro está, cuando la percibo desde
mi única perspectiva.
En un antiguo discurso de la sabiduría budista
llamado Shuguio Dochi, existe la siguiente historia de “La Parábola del
Pájaro”, en la cual se hace una interesante referencia al tema del camino medio
del budismo:
«En un palacio real, todos los días, un gran
número de pájaros era atrapado y, entre ellos, los más robustos eran elegidos
para ser servidos en la mesa del Rey, uno por uno. Uno de los pájaros
atrapados, al ver el desarrollo de los acontecimientos, pensó secretamente en
su corazón: “Si como mucho y me vuelvo obeso, con seguridad me llevarán al
matadero y seré devorado. Pero al mismo tiempo, si no como, moriré. Trataré de
hacer ejercicios con moderación y comer la cantidad exacta para poder tener una
larga vida”.
Desde ese momento, el pájaro redujo adecuadamente
la cantidad de alimentos que ingería. Cuando se redujo al tamaño exacto de los
huecos entre las rendijas de la jaula, se dice que el pájaro voló por los aires
y quedó en libertad».
En su libro “El Camino Medio” el Dalái Lama
refiere a este camino como «el camino de la persona inteligente». Muchos
siglos atrás, el filósofo griego Aristóteles afirmaba que “La virtud es una
disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos
extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto”. Encontrar ese punto
de armonía, balance y equilibrio entre los extremos es vital para comprender
muchas cosas, circunstancias y eventos que ocurren a nuestro alrededor, lo cual
nos permitirá alcanzar paz en nuestra vida.
28 de Enero de 2016.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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