Una de nuestras mayores mentiras: Yo no soy
culpable de lo que pasa.
Miguel A Terán
Todos –sin excepción- por error, omisión, comodidad, ignorancia, pasividad, avaricia y mucho más, somos –además de actores- autores o co-autores de esta novela en la actuamos durante nuestro transitar por la vida. Sin embargo, es un hecho que “Ningún copo de nieve se siente responsable de la avalancha” tal cual lo afirmó el escritor y poeta polaco Stanislaw Jerzy Lec. Pero es innegable que ese copo –por pequeño e insignificante que pareciera- tuvo influencia en la ocurrencia o en la evolución de ese violento y estrepitoso alud.
Afirmaba el empresario, autor y orador estadounidense Jim Rohn que “Debemos asumir responsabilidad personal. No podemos cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero podemos cambiarnos a nosotros mismos. Esa es una responsabilidad a nuestro cargo”, que vale la pena aclarar “no se puede delegar en otros u otros”.
Muchas veces nos preguntamos por qué nos ocurre
algo y qué culpa tenemos nosotros para que ello nos suceda. Algunas veces
debemos buscar la respuesta en otro momento y hasta en otro lugar, donde algo
pasó u ocurrió, donde hicimos o dejamos de hacer, pero no tuvimos conciencia
del efecto a mediano o largo plazo de lo ocurrido en aquel momento o lugar.
Pero ello, es una demostración que en el transitar por la vida hacemos o
dejamos de hacer cosas, las cuales traerán consecuencias más adelante.
Recordemos que recogemos lo que sembramos.
El político y ex presidente estadounidense Abraham Lincoln afirmaba que “No se puede
escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy”. En similar orden de
ideas, reconocía el economista y banquero británico Josías Charles Stamp: “Es
fácil esquivar nuestras responsabilidades, pero no podemos esquivar las
consecuencias de esquivar nuestras responsabilidades”.
Y en todo caso, para quién se sienta libre de
responsabilidades con lo que ocurre en el mundo o en su cercano entorno, lo
cual es parte de la mentira, vale la pena considerar las palabras del filósofo
y escritor francés Jean-Paul Sartre, quien nos recordaba “Que no somos más de
lo que hacemos por nosotros mismos. Eso es una responsabilidad ineludible”.
Parecía también estar en lo cierto, el consultor,
autor y orador motivacional estadounidense Denis Waitley cuando –años atrás-
dijo: “Hay dos opciones principales en la vida: aceptar las condiciones
existentes o aceptar la responsabilidad de cambiarlas”. Podemos entonces asumir
culpas por error u omisión, por lo cual no solo somos culpables cuando nos
equivocamos, sino también lo somos cuando nos abstenemos de hacer o
decir. El silencio no es neutro, el silencio tiene polaridad.
Nos recordaba el filósofo, político y economista
inglés John Stuart Mill: “Una persona puede causar el mal a los demás, no solo
por sus acciones, sino por su falta de acción, y en ambos casos es responsable
ante ellos por lo que ocurra”. “No
me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena”
dijo el pastor estadounidense y líder del Movimiento por los Derechos Civiles
Martin Luther King.
Entonces, resumiendo no solo somos responsables
por lo que decimos o hacemos, sino también lo somos por lo que no decimos ni
hacemos, cuando deberíamos haber dicho o hecho. En otras palabras, no hay
excusa a nuestra responsabilidad, por tanto, de una u otra forma tenemos una
alícuota de culpa en lo que ocurre.
19 de Noviembre de 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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