¿Qué nos define como seres humanos?
Miguel A. Terán
Las palabras compasión y sensibilidad definen a la
palabra humanidad, que a la vez parece definirnos como seres humanos. Sin
rasgos de compasión ni sensibilidad es imposible calificar a alguien como
auténtico ser humano. Más allá que se cumpla con los demás requisitos de
complejidad, racionalidad y pensamiento abstracto, lo que define a un ser vivo
como ser humano son sus rasgos de humanidad.
Ese ser humano debe ser humanitario, es decir
benigno, de buena voluntad hacia los demás, sean o no de la especie humana. Un
ser humano debe tener la capacidad de compartir con otros seres su amor, su
sabiduría y equilibrio, brindándoles oportunidades para aprender,
desarrollarse, transformarse y conseguir las anheladas paz y felicidad. Para
ello, transitará por la vida viviendo en valores.
Existen condiciones que deben ser procuradas y
compartidas por y para todos los integrantes de una sociedad, como requisito
para que ésta merezca llamarse una sociedad de seres humanos. Entre esas
condiciones deben estar la salud, la educación, la vivienda, el trabajo digno,
la alimentación y la seguridad, entre otras. Además del respeto a los
valores. En muchas sociedades podríamos considerar esas condiciones como lujos,
imposibles de disfrutar por buena parte de la población.
Refiere el filósofo español Fernando Savater que
“La humanidad nos las damos unos a otros y la recibimos unos de otros. Nadie se
hace humano solo”. Sin educación para todos es imposible hacer humanidad. El
mismo Savater refiere que la educación es fabricante de humanidad y
convivencia.
El sacerdote jesuita chileno, canonizado en el
2005, San Alberto Hurtado consideraba que “Proveer las necesidades inmediatas
es necesario, pero cambia poco la situación”, se requiere ir más allá para
resolver la raíz del problema. No se trata de dar dádivas ni de caridad,
que nunca resolverán los problemas, se trata de concientizarnos y esforzarnos
para que todos los integrantes de la sociedad puedan recibir educación,
desarrollarse y progresar, y que la misma sociedad garantice oportunidades
equitativas y justas para todos.
La equidad y la justicia serán realidad solo
cuando no haga falta la caridad. “La caridad comienza donde termina la
justicia”, afirmaba el mismo San Alberto Hurtado.
Si llegamos a tomar conciencia y comprender
con auténtico sentimiento humano el dolor y sufrimiento de otros seres,
intentaríamos no solo hacer cosas para aliviarles, sino que lucharíamos por
mitigar hasta eliminar por completo las causas de su sufrimiento.
04 de Noviembre de 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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