Con respecto a tus sueños y planes ¿Qué tal vas
marchando en la vida?
Miguel A. Terán
Parece válido preguntarnos a cuáles sueños y
planes nos referimos, porque en la medida que transitamos por la vida muchas
cosas cambian, entre ellas cambiamos nosotros mismos, nuestras propias
necesidades y prioridades, nuestro entorno. Por ello, a lo que aspirábamos hace
algunos años, quizá ya no nos inspire nada. Las necesidades satisfechas dejan
de motivar.
Lo razonable es siempre tener y vivir un sueño o
un plan, aunque apenas lo hayamos actualizado o remozado la pasada semana,
porque el anterior perdió vigencia o se cumplió antes de tiempo. Refería
el escritor inglés William Shakespeare que “Una persona que no se alimenta de
sus sueños envejece pronto”.
Debemos también preguntarnos si lo que hemos
alcanzado, hasta la fecha, lo hemos podido conservar, porque muchas veces
ocurre que hemos logrado hacer pareja, tener hijos, construir una familia, y
más, pero –por nuestro descuido- todo se ha derrumbado en el tiempo, aunque
conservemos otros logros, tales como lo material, fama, fortuna y poder. Todo ello
debe llevarnos a recapitular y re-enfocar sueños, objetivos y prioridades.
El famoso genio italiano Leonardo Da Vinci
afirmaba que “Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo”. Debemos
protegernos de ese miedo que acompaña al apego cuando tememos perder lo
que hemos conseguido, para poder continuar. Parece hábito de estos
tiempos, vivir más preocupados por conservar lo que tenemos y buscar lo que nos
falta, que en disfrutar eso que tenemos.
Decía Peter Drucker que “Los planes son solamente buenas
intenciones a menos que se conviertan inmediatamente en trabajo duro”. Soñar,
comprometerse, planificar, accionar y evaluar, parece la secuencia lógica para
convertir sueños en realidad. Aunque siempre es válido considerar y tener
presente las palabras del autor y orador motivacional estadounidense Jim Rohn,
quien consideraba que “La pregunta más importante en las diferentes etapas de
nuestra vida, no es ¿Qué estoy consiguiendo?, sino ¿En qué me estoy
convirtiendo?”.
Nuestros verdaderos sueños u objetivos se reflejan
en las diarias prioridades que otorgamos a los diferentes aspectos de nuestra
vida. Podemos referirnos al compromiso con nuestra salud, pero es nuestro
estilo de vida, el tiempo que dedicamos al ejercicio, la sana y equilibrada
alimentación, la armonía y balance en las diferentes áreas de nuestra vida,
quienes demuestran si nuestro deseo de estar saludable es nuestra prioridad.
Es vital que aquellos quienes representan parte
importante en nuestra vida, también sean parte de nuestros sueños y nosotros de
los sueños de ellos. Tengamos presente que muchos individuos logran sus sueños,
dedicando su vida a éstos y olvidando todo lo demás, para finalmente
quedar en completa soledad.
“El primer síntoma de que estamos matando nuestros
sueños es la falta de tiempo”, afirma el escritor brasileño Paulo Coelho.
Evitemos que el diario hábito y las rutinas consuman el necesario tiempo que
debemos dedicar a soñar y hacer realidad esos sueños; porque de lo
contrario, estaríamos condenándonos a no hacer nada distinto a lo que hemos
venido haciendo y a no lograr nada diferente a lo que hemos logrado.
Cuando convertimos nuestros sueños en objetivos,
es importante preguntarnos regularmente cómo vamos y qué estamos haciendo
para alcanzarlos, realizando a tiempo los ajustes a que haya lugar, inclusive
cambiando de rumbo cuando consideremos que hemos equivocado la ruta. Lo
expresó el poeta inglés Alexander Pope «Errar es humano, perdonar es divino,
rectificar es de sabios».
01 de Octubre de 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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