Desconéctate de lo virtual y conéctate a lo real.
Miguel A. Terán
El gran absurdo de estos tiempos es que la
tecnología, a través de equipos celulares, computadoras, tabletas y redes
sociales, nos ha permitido acercarnos a los lejanos, pero nos ha alejado de los
cercanos. Ahora estamos más conectados y en contacto que nunca, pero también
más lejanos que nunca. Más informados, más saturados y más confundidos.
Sería igualmente absurdo, colocarnos solo en el
lado o perspectiva negativa de la tecnología en general, considerando los
problemas que ésta trae. Porque, desde el otro ángulo, la verdad es que el
desarrollo tecnológico ha permitido a la humanidad avances inconcebibles en
diversos campos. El problema es que ese desarrollo tecnológico ha avanzado y
continúa avanzando a una velocidad espantosa, mientras que el desarrollo humano
y social evoluciona a un ritmo enormemente más lento.
Basta que dediquemos algún a tiempo a leer lo
expresado por reconocidos filósofos de diferentes épocas, para reconocer que en
esencia los seres humanos seguimos siendo –más o menos- iguales que hace muchos
siglos atrás. Para ejemplo, será suficiente citar un par de frases del
brillante filósofo chino Confucio, quien vivió hace dos mil quinientos años,
y afirmaba: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no
se sabe; he aquí el verdadero saber”, sencillo mensaje, pero aún no lo
entendemos ni respetamos. “Donde hay educación no hay distinción de clases”,
básico y elemental, pero aún no lo hemos comprendido, y seguimos luchando con
las consecuencias.
Entonces, el avance de la tecnología ha dejado al
descubierto las limitaciones de la raza humana. La tecnología avanza más rápido
que nuestra madurez y, esta es la razón por la cual, sus encantos nos
embelesan y aíslan, deteriorando y destruyendo aspectos básicos de
nuestra condición humana, entre ellos la real comunicación y el auténtico
contacto. Aparecen nuevas y silentes adiciones a lo tecnológico, tan dañinas
como cualquiera otra adicción.
Esa tecnología que nos ha llenado la vida de
equipos, aparatos o dispositivos de información, comunicación, trabajo y
diversión, solo funciona cuando le dedicamos tiempo. Y es en el consumo de
tiempo, para utilizarla, donde precisamente su efecto desequilibra
nuestra vida. Como su uso es virtual, excluyente o incompatible con el
contacto real, termina aislándonos de la vida real, de nuestra familia, pareja,
amistades, vecinos, compañeros de trabajo y sociedad en general.
Es un hecho, que la tecnología puede, limitada y
temporalmente, contribuir a mejorar nuestro nivel y calidad de vida, pero
más allá de cierto límite nos arriesgamos a perder lo alcanzado, especialmente
en la auténtica y genuina calidad de nuestra vida. Hemos venido llenándonos de
virtualidad, mientras nos vaciamos de realidad. Cada vez más,
estamos ensimismados o absorbidos por la tecnología, dejamos de vivir momentos;
sin reconocer, que la vida está hecha precisamente de momentos, por lo cual
estamos desperdiciando y perdiendo vida. Enfocados en una cámara y un
teclado, olvidamos disfrutar las emociones del momento.
En el futuro, nuestros archivos, estarán llenos de
infinitos álbumes virtuales de fotografías, que no tendremos tiempo
suficiente para revisarlos, pero que recurriremos a ellos intentando recuperar
–quizá en vano- a través de alguna fotografía, el recuerdo de un momento
real, que no tuvimos tiempo de grabar en nuestra mente y corazón, porque
lo convertimos en virtual.
No podemos permitir que la tecnología domine y
dirija nuestras vidas, porque ella es una simple herramienta, y será nuestro
error y culpa convertirnos en sus esclavos o ciber-esclavos. Es importante
tener presente, que la tecnología es un excelente esclavo, pero un pésimo y
terrible amo, que nos engaña ofreciéndonos lo virtual, mientras nos hurta lo
real.
Las líneas anteriores pretender concientizarnos a
utilizar de manera racional, crítica y cuidadosa la tecnología, evitando perder
la armonía y el balance que requerimos para conservar el equilibrio en los
diferentes aspectos de nuestra vida, de manera de seguir mereciendo el calificativo
de seres humanos y sociales, evitando contribuir a que surja en el tiempo una
sociedad virtual.
02 de Octubre de 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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