“Si no estamos
agradecidos por lo que tenemos, es probable que no seamos agradecidos con lo
que tendremos”.
Frank A. Clark
(1860 -1936). Político estadounidense.
Un proverbio estoniano, complementa lo expresado por Frank. A. Clark diciendo “Quien no agradece un poco, no agradecerá mucho”. Sin embargo, agradecer es un tema complejo de entender y aún más de explicar, porque está relacionado con las dañinas y terribles expectativas, tanto de quien da cómo de quien recibe. Por ello, existen variadas versiones del agradecimiento, dependiendo de cada personaje y circunstancia.
“Un individuo orgulloso rara vez es agradecido, porque piensa que todo se lo merece”, nos decía el clérico y abolicionista de la esclavitud el estadounidense Henry Ward Beecher. Existen individuos, que podemos denominar, poco o nada agradecidos e incluso hasta mal agradecidos –que parece peor calificativo - y son aquellos individuos que acostumbran a comparar lo recibido con las expectativas, de lo que pudieron recibir. Cuando esas expectativas son elevadas o desproporcionadas, que generalmente les ocurre, el descontento de ellos será una constante.
No podemos
negar que también es realidad la existencia de quienes dan o pagan con
“espejitos”, y llenos de expectativas, esperan a cambio de esos espejitos
un agradecimiento eterno e incondicional de los demás. Estos personajes
sienten, sufren y vociferan la falta de agradecimiento de las personas, pero al
no ser honestos con ellos mismos para reconocer lo poco de su ayuda, en
comparación con sus posibilidades, sienten traicionada su buena voluntad.
Mientras la otra parte, quien recibió la ayuda, consideró que fue poco lo
recibido con relación al esfuerzo realizado o, simplemente, tenía mayores
expectativas, al haber considerado las posibilidades o recursos de la otra
persona. La Madre Teresa de Calcuta decía que debemos dar hasta que duela
y cuando duela dar todavía más, pero la realidad es que –generalmente- se
acostumbra a dar de lo que sobra.
Expresaba
Quilón de Esparta, uno de los Siete Sabios de Grecia, “Si confieres un
beneficio, nunca lo recuerdes; si lo recibes, nunca lo olvides”. Al igual que
Quilón de Esparta, el escritor y poeta romano Publio Siro, recomendaba “No
olvides jamás el beneficio recibido; pero olvida en el acto lo que has hecho”.
En otras palabras, tener presente a quien nos ayudó, pero olvidar nuestras
ayudas a otros, para evitar la tentación de cobrarlas en algún momento.
Al dar o
compartir como resultado de alguna transacción o negocio en el cual nos
beneficiamos, debemos ser equilibrados para otorgar una compensación,
recompensa o paga justa, acorde con el trabajo, esfuerzo y compromiso de la
otra persona, así como con la ganancia que ello representó. En
términos de lo normal, lo ideal sería alcanzar un adecuado equilibrio entre
esfuerzos y recompensa, donde ninguna de las partes involucradas se sintiera
utilizada o aprovechada por la otra, llegando a establecer una relación
“ganar-ganar”. Una forma para evitar malos entendidos y “escasos
agradecimientos” es definir previamente lo que hemos de hacer y lo que
estaremos recibiendo, permitiendo negociar con sano equilibrio.
Un refrán
popular dice “Vas para el cielo y vas llorando”, refiriéndose a alguien que
recibe algo y aún se queja. Muchas personas consideran que están en esta vida
para recibir ayudas, favores y prebendas, de todos, por cualquier razón. La
mayoría hemos conocido personas en difícil situación económica, que una vez
superado el problema, se vuelven en extremo exigentes y criticones.
La escritora
británica Gladys B. Stern afirmaba que "La gratitud en silencio no
sirve a nadie”. Sin lugar a duda que agradecemos muy poco o nada comparado con
lo recibido. Usualmente estamos más preocupados pensando, sufriendo o
quejándonos por lo que nos falta, sin tener tiempo para agradecer todo lo que
tenemos. Muchas cosas las valoramos solo cuando las perdemos, entre ellas una
de las más comunes es la salud.
Algunas veces
agradecemos únicamente lo que está representado en cosas tangibles o
materiales, pero se nos olvida agradecer a quien nos hace sonreír, a quien nos
brinda su sincera amistad, a quien nos da una palabra de aliento en un momento
difícil, a quien enriquece nuestro espíritu, a quien nos aporta conocimiento, a
quien estimula nuestros sueños, y sobre todo a quien nos ofrece o da parte de
su más valioso tesoro y capital, su tiempo.
Es propicio
este día, primeramente para dar gracias a Dios, cualquiera sea la forma en que
lo concibamos; y para tener presente la importancia de agradecer y ayudar,
logrando ese efecto circular que más temprano que tarde nos beneficiara a
todos. Unamos esfuerzos por conservar este día como una fecha dedicada a agradecer
todo lo que ya tenemos, a hacernos del compromiso de ayudar cada vez más
y a compartir con nuestros familiares y amigos. Este debe ser un día de
reflexión.
Miguel A.
Terán
Web: www.lidervoice.com
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota:
imagen extraída de la web
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“Sueña, vive,
reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
Feliz día de acción de gracias desde Miami.
ResponderEliminar!Feliz Día de Acción de Gracias!
EliminarExtraordinaria publicación Feliz Thanksgiving
ResponderEliminarDe acuerdo 👍.
ResponderEliminarExcellent!!!!
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