“Sacar
provecho de un buen consejo exige más sabiduría que darlo”.
John Churton
Collins (1848-1908). Crítico literario británico.
REFLEXIÓN: La
mayor dificultad al dar un consejo es que a quien va dirigido lo escuche, tome
en consideración el mensaje y obtenga provecho del mismo. Por lo general,
cuando nos dan un consejo percibimos de éste solo lo que queremos o nos
interesa; por ello, si ese consejo nos invita a cuestionarnos o
criticarnos, podemos rechazarlo o no otorgarle la debida importancia. Un
proverbio chino dice “Corrige al sabio y lo harás más sabio, corrige al necio y
lo harás tu enemigo”.
El escritor
francés François de La Rochefoucauld recomendaba
tener tanta discreción para dar consejos como docilidad para recibirlos. En
realidad, no hay nada tan fácil como dar consejo, ni tan difícil como aceptar
que nos lo den y, mucho menos, recibirlos con agrado y humildad. Aunque un
viejo y muy utilizado –pero amenazante- refrán dice: “Quien no oye consejo, no
llega a viejo”.
La religiosa
italiana Santa Catalina de Siena recomendaba que no nos dejáramos llevar por
excesivos consejos, y que fuera mejor, elegir un consejero que te aconseje
sinceramente, y seguirlo, porque es peligroso escuchar a muchos. Escoger
adecuadamente un consejero o saber a quién le aceptamos consejo, por estar
debidamente calificado para hacerlo, es tan importante como aceptar el consejo.
Cuando damos
consejos, pero creemos que las sabemos todas, sería válido tener presente y
considerar las humildes palabras: “Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que
ignoro” expresadas por el gran filósofo, matemático y físico francés René
Descartes, considerado el padre de la geometría analítica y de la filosofía
moderna, así como uno de los nombres más destacados de la revolución
científica; quien sin duda, podría no haber sido nada humilde, y parece que lo
era.
El poeta
griego Sófocles decía “Quien no haya sufrido lo que yo, que no me de consejos”,
casi rechazando los consejos teóricos. La realidad es que debemos sacar
provecho de los éxitos y de los fracasos, propios y ajenos. Sin embargo,
algunas veces detrás de un consejo, existen envidias y destructores de sueños;
por ello, no se trata solo de recibir un consejo, sino conocer de quien viene.
“Si quieres
tener éxito, duplica el porcentaje de tus fracasos”, nos recomendaba Thomas
John Watson, quien durante su tiempo como Presidente de IBM, desarrolló un
estilo gerencial y una cultura corporativa, que permitió la
internacionalización de esa organización, fue también uno de los hombres más
ricos de su tiempo y reconocido como el vendedor más grande del mundo.
Entonces,
escuchemos los consejos, preguntemos adecuadamente para entender,
investiguemos y validemos la fuente y la información recibida; luego,
realicemos los cambios que correspondan, y expresemos nuestro agradecimiento a
la persona que dispuso del tiempo y las palabras para apoyarnos con su mensaje.
Y hagamos lo mismo con otras personas, apoyándoles con algún válido y honesto
consejo, cuando proceda, para ayudarles a ser mejores cada día.
Miguel A. Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota: Foto
ilustrativa extraída de la Web.
La
importancia de compartir: El verdadero amor, amistad y afecto conlleva compartir nuestras riquezas,
sean estas materiales, culturales o espirituales. Al compartir lo reflexionado
y aprendido, brindamos a otros la oportunidad de considerar cambiar y crecer.
Debemos re-inventarnos continuamente. Nunca sabemos cuándo unas sencillas
palabras pueden hacer y ser la diferencia en la vida de alguien, por ello la
invitación es a compartir esta reflexión.
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