Comencemos por
reconocer y aceptar que nuestro mayor activo, riqueza o propiedad es el tiempo,
es nuestro tiempo de vida. Todo es tasable o valorable en tiempo. Cuando
trabajamos simplemente intercambiamos tiempo por dinero y/o posibilidades de
desarrollo y progreso, cuando dormimos intercambiamos tiempo por descanso,
cuando estudiamos intercambiamos tiempo por conocimiento, y así en todo lo
demás.
Desperdiciar o
despilfarrar nuestro tiempo es empobrecernos, porque estamos consumiendo
nuestra vida. Pero la clave, para el adecuado uso del tiempo es equilibrio,
para distribuirlo armónicamente entre las diferentes facetas y aspectos
de nuestra vida, sin llegar a convertirnos en sus esclavos. Es importante
entender que el tiempo es nuestro, que somos amos de nuestro tiempo, pero nunca
sentir que somos del tiempo. El tiempo, al igual que el dinero y el
poder, es un buen súbdito o servidor, pero si permitimos que sea nuestro amo
nos esclavizará sin piedad.
Uno de los
usos más importantes y valiosos que podemos dar al tiempo, es el tiempo de
reflexión, para ello debemos escuchar a los demás, escucharnos a nosotros
mismos y aprender de las experiencias y vivencias propias y ajenas, disfrutar
de todos y cada uno de los momentos que vivimos; pero es necesario bajar la
velocidad a la que llevamos nuestra vida para poder lograrlo.
El corto
plazo, las urgencias y la sociedad nos presionan para transitar desbocados y
fuera de control en una carrera contra el tiempo. Queremos hacerlo todo a
prisa, urgente y con apremio, corriendo hacia un objetivo o meta sin disfrutar
el camino; y en muchas ocasiones, sin tomar ni siquiera el tiempo para
verificar la exactitud de la ruta, antes de iniciar el recorrido, así perdemos
la esencia de vivir y transitamos por rutas equivocadas.
Nos
preocupamos más por disponer o tener en nuestras manos un cronómetro, en vez de
vez de una brújula o GPS. Lo cual parece demostrar que nuestra prioridad es
transitar velozmente, aunque no estemos seguros que el camino que recorremos
nos lleve a donde deberíamos ir.
Lo paradójico,
es que en ese transitar aprisa y sin pausa acabaremos el tiempo, durante el
cual tuvimos energía; y algunos años adelante, tal vez no tengamos, ni ánimo ni
fuerza, para dar vuelta atrás, aunque con dolor reconozcamos que equivocamos la
ruta de nuestra vida.
El mensaje es
que tomemos tiempo para disfrutar nuestros triunfos y razonar nuestros
fracasos. Ambos, triunfos y fracasos, nos construyen pero debemos
digerirlos para aprender de ellos el mensaje que nos dejan. Todo tiene su
tiempo y su momento. Disfrutemos nuestro tiempo de vida.
Miguel A.
Terán
El Precio
del Mañana (Titulo
original en inglés: In Time)
(Referencia
tomada de Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/In_Time)
Escrita,
dirigida y producida por: el neozelandés Andrew M. Niccol (n. 1964).
Actores Principales: Justin Timberlake and Amanda
Seyfried
Para entender
el valor del tiempo recomendamos esta interesante película que estuvo en
carteleras en el año 2011, pero que es importante verla en algún momento de
nuestra vida, entre más temprano mejor, para reflexionar a tiempo y rectificar
nuestro rumbo.
Breve
descripción de la película: En el año 2169 las personas nacen genéticamente modificadas con un reloj
digital en su antebrazo. Cuando cumplen 25 años, dejan de envejecer y su reloj
comienza la cuenta regresiva y cuando llega a cero esa persona muere al
instante.
En ese mundo
el tiempo se ha convertido en la moneda en curso universal. Al trabajar las
personas son remuneradas con tiempo, cargándoles sus relojes digitales; pero de
la misma manera, a las personas les descuentan tiempo de sus relojes digitales,
para pagar los gastos del día, transporte, comida, vivienda, etcétera.
El mundo se ha
dividido en “zonas horarias”, basadas en la riqueza de la población. La gente
de la zona rica camina despacio, porque tiene tiempo acumulado de sobra,
mientras que la gente de las zonas pobres corre todo el tiempo para
aprovecharlo. Los bancos hacen préstamos de tiempo, no en dinero. La gente es
rica o pobre en tiempo.
Esta película
plantea una interesante perspectiva de la relación del tiempo en nuestras vidas. En ese mundo y en el actual, la realidad es que todo lo pagamos con
nuestro tiempo de vida, aunque en el actual creemos que lo pagamos con un
intermediario, el dinero.
¡Valoremos
nuestro tiempo de vida!
Miguel A.
Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: Foto
ilustrativa extraída de la Web.
La
importancia de compartir:
El verdadero amor, amistad y afecto conlleva compartir nuestras riquezas, sean
estas materiales, culturales o espirituales. Al compartir lo reflexionado y
aprendido, brindamos a otros la oportunidad de considerar cambiar y crecer.
Debemos reinventarnos continuamente. Nunca sabemos cuándo unas sencillas
palabras pueden hacer y ser la diferencia en la vida de alguien, por ello la
invitación es a compartir esta reflexión.
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