Un día en el tiempo los dioses estaban reunidos creando al ser humano. Y acordaron hacerlo a su imagen y semejanza, totalmente parecido a ellos, con la excepción de que no podían hacerlos seres felices; en otras palabras, los seres humanos deberían buscar por su propia cuenta la felicidad, porque si fueran felices por naturaleza los estarían convirtiendo en dioses.
Entonces, los dioses comenzaron a discutir y disertar acerca de cómo podían esconder la felicidad. Uno de ellos, sugirió “Podemos esconderla en el fondo del mar”, y otro dios expresó “Recuerden que los creamos a nuestra imagen y semejanza, son seres inteligentes, como nosotros; por tanto, en algún momento la encontrarán en el fondo del mar”.
Otro, planteó la idea de esconder la felicidad en un lejano planeta, pero la respuesta fue parecida y casi unánime “Algún día construirán una nave espacial y llegarán hasta ese planeta”.
Y así siguieron buscando, planteando y considerando opciones, las cuales eran rechazadas, hasta que uno de los dioses preguntó “¿Qué tal si escondemos la felicidad dentro de ellos mismos?”, “con seguridad les será difícil encontrarla, porque estarán siempre muy ocupados buscándola afuera de ellos, en otros lugares, en otras personas, en cosas materiales, en la fortuna, en el poder, en la fama y en el éxito”.
Y entonces, desde ese momento, los seres humanos hemos pasado nuestras vidas buscando la felicidad fuera de nosotros, cuando en realidad la felicidad está dentro de nosotros mismos.
Autor Anónimo
Miguel A. Terán
Psicología, Filosofía y Coaching
Blog: https://miguelterancoach.blogspot.com
Facebook: https://www.facebook.com/miguelterancoach
Linkedin: http://www.linkedin.com/in/miguelterancoach
Twitter: @MiguelATeranO
Mas claro no canta un gallo 🐓
ResponderEliminarSin duda. Sencillo y claro. Gracias.
EliminarExcelente Parabola mitica
ResponderEliminarGracias Rafael. Me alegra que fuera de tu agrado.
Eliminar