En un mundo de ciclos y procesos, comprender las
etapas de cada ciclo, sus procesos y la evolución de los mismos, permitirá que
pronostiquemos -a tiempo y con cierta precisión- el desarrollo de futuros
eventos.
Miguel A. Terán
La idea no es convertirse en adivino, utilizando una bola mágica o algo parecido, es simplemente comprender la evolución -o involución- de los procesos o etapas dentro de los ciclos, para poder dar respuesta –en un momento determinado- en qué etapa del ciclo estamos, cuál es la próxima y qué decisión, decisiones y acciones debemos tomar en ese momento.
Comprendamos un ciclo como la repetición periódica
de un acontecimiento o fenómeno, que ocurre o sucede con regularidad cada
cierto tiempo. El ciclo se compone de una serie de procesos, pasos y etapas que
se repiten en orden similar, o con ligeras variaciones, durante el desarrollo del ciclo, hasta conformar un
nuevo ciclo que volverá a repetirse. Entonces, los ciclos tiene un comienzo y un final,
para un nuevo recomenzar.
La naturaleza está llena de ciclos, mejor dicho la
naturaleza funciona en ciclos. Las estaciones, la ovulación, el ciclo cardíaco,
el ciclo hidrológico, las migraciones animales y mucho más, hasta el ciclo de
vida, nacer, crecer, reproducirse y morir.
En lo en lo personal, social y económico los
ciclos también son una realidad, aunque no los comprendamos ni definamos tan
claramente como en la naturaleza. Las personas, parejas, familias y sociedades
tienen ciclos, más allá de los biológicos. En lo económico, reconocemos que los
mercados se mueven en ciclos, con períodos de crecimiento o alzas, períodos de
estabilidad y períodos de caída o bajas. Los ciclos económicos, los
ciclos bancarios, el ciclo de vida del producto, el ciclo de bienes raíces, son
ejemplos de ciclos que cumplen con la definición expresada anteriormente.
En los ciclos humanos y sociales, incluidos en
ellos los personales, familiares, económicos, políticos, etcétera, las
distorsiones pueden hacer que el ciclo concluya violentamente con una etapa de
crisis, que pudo pronosticarse y evitarse de haberse observado la evolución de
los procesos del ciclo, para tomar acciones o correctivos a tiempo.
Como referimos anteriormente, comprender el desarrollo de los procesos dentro del ciclo puede ayudarnos a reconocer el punto o período de
tiempo en el cual está transitando el ciclo, para pronosticar su desarrollo y
definir -a tiempo- decisiones y acciones a tomar. En el idioma inglés existe
la palabra “Timing”, que hace referencia a la capacidad de elegir o
escoger el mejor momento para tomar una cierta decisión, acción o
movimiento, con respecto al ciclo, evitando llegar hasta la etapa de crisis.
En algunas etapas del ciclo pueden observarse
tendencias, de fortaleza o de debilidad del ciclo, durante las cuales deben
tomarse decisiones y acciones, antes del eventual colapso o crisis. En el ciclo
de las relaciones de pareja, por ejemplo, puede observarse algún deterioro en
afectos o respetos, que indican el desvío del ciclo hacia posibles procesos de
crisis que deteriorarán la relación y harán inviable la supervivencia de la
misma en el largo plazo. En ciertos momentos del ciclo, pueden surgir
infidelidades dentro de la pareja, las cuales aceleran el ciclo hacia el
proceso de crisis y acaban con lo que queda de la relación. En otras palabras, un divorcio no se da "overnight", sino que es resultado de un procesos de deterioro gradual y paulatino de la relación.
En el corto plazo, las crisis dentro del ciclo
llevan a la aparición de perdedores y ganadores, hago la referencia en el
corto plazo, porque en el largo plazo todos perdemos al perder la sociedad o
sus instituciones. Sin embargo, como dice el viejo refrán “A rio
revuelto, ganancia de pescadores”; en las diferentes etapas del ciclo,
especialmente en la crisis, hará acto de presencia el especulador, gigoló,
gigolette y otros especímenes de la fauna depredadora y oportunista, esperando
recoger dividendos o ganancias.
En estos tiempos, cada vez son menos comunes los
períodos de estabilidad dentro de los ciclos humanos, sociales y económicos,
parece que saltamos súbitamente de los tiempos de vacas flacas a otros de vacas
gordas y viceversa, pero en realidad ha sido un proceso, solo que acelerado por
diferentes circunstancias, la mayor parte de ellas artificiales y provocadas,
por inconciencia o interés. El resultado ha sido que en lo humano, económico y
social, las etapas de los ciclos se han acortado, cada vez más, por lo cual las
crisis ocurren o suceden con mayor regularidad o frecuencia.
En el área económica, específicamente en la
financiera, la subida continúa del precio de un activo o producto durante un
ciclo, incrementa la demanda, usualmente basada en las expectativas
irracionales de los clientes, quienes esperan la ilimitada subida futura del
precio del referido activo o producto, la cual tiene límites. Por
supuesto, surge el riesgo inherente a la etapa o punto donde se encuentra el
desarrollo del ciclo. Entrar tarde a participar en un ciclo, no reconocer sus
indicadores ni reglas de juego, hará imposible salir de éste sin lesiones.
Es un hecho, que en algunas etapas surge
inestabilidad en el ciclo, resultado de cambios que podrían considerarse
profundos o súbitos, apareciendo con ella las dudas acerca de la factibilidad de que se detenga el deterioro del ciclo o continúe el avance hacia la
crisis. Al no comprender adecuadamente los ciclos y su evolución natural o
artificial, hemos convertido las crisis en parte de los ciclos y procesos
humanos, sociales y económicos. Hemos cambiado e irrespetado ciertas reglas,
que han alterado la duración y estabilidad del ciclo y sus procesos, creando
con mayor frecuencia las crisis.
La búsqueda superficial o cosmética de las causas
de las crisis, sin llegar a las raíces del problema real, contribuye a que no captemos
ni aprendamos el mensaje o la lección que dejan las crisis dentro de los
ciclos; por lo cual pasado un tiempo, cada vez más breve, la crisis volverá a
tocar las puertas alterando de nuevo un ciclo hasta deteriorar o destruir su
desarrollo regular.
En resumen, conocer y comprender el ciclo, sus
características y la etapa en que éste se encuentra dentro de su proceso
evolutivo, observando sus indicadores, permitirá que actuemos para
incorporarnos al ciclo cuando el momento sea propicio o corregir y retirarnos
del ciclo, cuando éste evolucione hacia la crisis. La escogencia del momento
adecuado para incorporarnos o retirarnos del ciclo permitirá surfear o sobrevivir por más tiempo en la
cresta de la ola, mientras tomamos medidas para realizar cambios y transformaciones que nos lleven a otro rumbo.
Miguel A. Terán
Blog: www.miguelterancoach.blogspot.com
Web: www.lidervoice.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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