Vemos hechos, situaciones o
circunstancias, pero no los procesos que las han causado.
Miguel A. Terán
Al enfocarnos en lo que ocurre
y cómo ello nos afecta, brindamos escasa o ninguna atención a los procesos que
ocasionan, estimulan o motivan los hechos, situaciones o circunstancias que nos
afectan; por ello, en innumerables oportunidades nos sentimos
sorprendidos con lo ocurrido.
La ignorancia previa es uno de
los aspectos que más afecta del cambio, por lo cual es fácil resultar
sorprendidos y desprevenidos ante los resultados y sus
consecuencias. El filósofo contemporáneo español Fernando Savater,
refiere que solo nuestra ignorancia de cómo están o estaban las cosas en el
momento A justifica que nos sorprendamos de lo que pasa u ocurre luego en el
momento B.
Por su parte, en línea con el
párrafo anterior, el escritor y filósofo francés François-Marie Arouet
“Voltaire”, consideraba que “Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino
la causa ignorada de un efecto desconocido”. El sabio Buda afirmaba “Si quieres
conocer el pasado, entonces mira tú presente que es el resultado. Si quieres
conocer tu futuro mira tú presente que es la causa”.
Una serie de procesos
ocurridos en el tiempo, con la interacción de diferentes variables, van
conformando la causa. La palabra proceso hace referencia a ese conjunto de
actividades o fases sucesivas, que interactúan entre sí, produciendo resultados
y cambios en el tiempo. Los procesos pueden ocurrir de manera planificada
o espontánea, así como voluntaria o involuntaria.
La historia de la humanidad y
nuestra propia historia personal es resultado de múltiples e infinitos procesos
y así debemos entenderlo, porque causa y efecto pueden constituir un círculo
infinito: causa-efecto-causa. No entender la causa incrementa la probabilidad
de condenarnos a repetir los mismos errores del pasado o desperdiciar el
aprendizaje de los logros alcanzados.
Todo lo que vivimos hoy día en
nuestra vida personal es resultado o consecuencia de procesos ocurridos en el
tiempo. Un ejemplo simple, nosotros somos resultado de una relación entre
nuestros progenitores, que se estableció en el tiempo luego de un proceso de
conocerse, enamorarse, casarse o vivir en pareja, establecer un hogar,
etcétera. La alteración o cambio en cualquier etapa de ese proceso hubiera
alterado el resultado actual.
El filósofo y escritor
francés, Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido por su título de
Marqués de Sade decía “No hay causa sin efecto; y por ello, lo primero que hago
cuando ocurre algo extraño es buscar la causa”. Sin embargo, ocurre que nos
hemos acostumbrado más a buscar culpables o atribuir a la suerte o al destino
lo que nos ocurre, en lugar de reconocer nuestra influencia y causa en lo
ocurrido. “Causa y efecto forman
juntos un fenómeno indivisible expresaba”, ratificaba el escritor, científico y
pensador alemán Johann Wolfgang von Goethe.
En razón de las múltiples
variables que intervienen en los procesos, no es fácil determinar con precisión
la relación causa-efecto, pero es necesario comprender que todo ocurre por una
razón. “Solo las personas superficiales creen en la suerte. Las personas
fuertes creen en causa y efecto”, expresaba el pensador estadounidense Ralph
Waldo Emerson.
“Dicen que la historia se
repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”, afirmaba el
político francés Camile Seé. Mientras el escritor uruguayo Eduardo
Galeano, se preguntaba: “¿La historia se repite? ¿O se repite solo como
penitencia de quienes son incapaces de escucharla?”.
Entender los procesos y causas
de lo ocurrido es vital para repetir lo deseado y evitar que ocurra de nuevo lo
indeseado. El verdadero cambio requiere comprender la evolución de los procesos
y las causas anteriores, para poder alcanzar y consolidar las necesarias transformaciones
en el tiempo.
25 de Noviembre de 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y
coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la
web
Referencias: Tomadas de
Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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