martes, 10 de noviembre de 2015

La familia juega un rol de vital importancia en la construcción de la paz social. Miguel A. Terán

La familia juega un rol de  vital importancia en la construcción de la paz social.
Miguel A. Terán

Ninguna sociedad será sólida y estable en el largo plazo cuando las estructuras familiares que la componen son débiles. Afirmaba el Papa Juan Pablo II que “La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida”. 
Entonces, parece fácil pronosticar que una sociedad no alcanzará la paz sino la procura primero dentro de la familia. La razón parece lógica, sí  el individuo es resultado de la familia y en la familia no hay paz, es difícil esperar que sus miembros sean gente de paz. Expresaba el pensador hindú Mahatma Gandhi, que “La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero”.
La familia es el camino para muchas cosas buenas, pero primero tiene que construirse con solidez en diferentes aspectos. Se habla de crisis de valores en nuestra sociedad, pero también reconocemos que la familia está en crisis, podríamos preguntarnos ¿Será que los valores en crisis afectan a la familia o la familia en crisis afecta los valores? 
Una familia cargada de conflictos inter-personales entre sus miembros, de necesidades y problemas económicos, de frustraciones, sin adecuada formación moral y escaso ejemplo de buenos valores, no producirá individuos útiles a sí mismos ni a la sociedad.   
Ratificando lo expresado en las líneas anteriores,  el estadista y científico estadounidense Benjamin Franklin decía que “La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia”. Es necesario tener presente que en la familia no solo se crían los niños, sino se crea a los hombres y mujeres del mañana. 
Todo lo valioso y duradero en la vida requiere tiempo para construirlo. Por ello, cuando los padres pierden la equilibrada perspectiva de su rol y se dedican solo al oficio de proveedores de bienes para su familia, abandonando o descuidando las responsabilidades básicas del hogar, de pareja y de la crianza de sus hijos, esa decisión traerá consecuencias nefastas para la familia, sus integrantes y la sociedad en general. Parafraseando al escritor italiano Leon Battista Alberti, el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos es un poco de nuestro tiempo cada día.
La sociedad aún no ha comprendido, que cuando los padres disponen no solo de los recursos materiales, sino del tiempo necesario  para atender adecuada y efectivamente sus actividades y responsabilidades de familia, están fortaleciendo la estructura familiar. La falta de adecuada atención lleva a los niños y jóvenes a criarse por  su cuenta, con la falsa ayuda de la televisión, internet o de la calle, absorbiendo valores  desvirtuados o distorsionados que les afectarán su sano y armónico desarrollo.    
Es importante tener presente las palabras del escritor y empresario estadounidense  Michael Levine “Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista”. Debemos como padres asumir la responsabilidad por la educación, formación y adecuado desarrollo de nuestros hijos; predicando, practicando y nutriendo nuestros hogares con valores útiles para la familia y la comunidad,  permitiendo de esa manera que cada uno de sus integrantes aporte el mejor esfuerzo para construir una sociedad de bienestar y paz para todos.

10 de Noviembre de 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.


No hay comentarios:

Publicar un comentario