Los padres deben pautar con palabras y ejemplo los
límites a sus hijos, porque de ello dependerán los límites de los adultos del
mañana.
Miguel A. Terán
La Sabiduría del Límite es vital para vivir. “Todo
tiene sus límites”, decía Quinto Horacio el famoso poeta de la Antigua Roma.
Mientras que el médico de la Antigua Grecia Hipócrates, quien fue una de las
figuras más importantes de la historia de la medicina afirmaba que “Ni la
sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar para ser buenos
los límites establecidos por la naturaleza".
Definir hasta dónde pretendemos llegar parece ser
más importante que saber dónde y cuándo comenzar, pero sobre todo es vital
saber detenernos a tiempo, evitando la tentación de seguir en busca de ese poco
más que nos llevará por un camino sin fin.
La ley establece límites y éstos son reales. Los
límites físicos, las fronteras de un territorio, son precisos, medibles y
demostrables. Pero muchos otros límites son menos evidentes o dependen de
nuestro criterio o interpretación. Existen límites de espacio, tiempo y otros
límites relacionados con lo físico, pero también con lo espiritual, lo
emocional, lo humano en general y lo social, estos últimos no menos importantes
que los primeros.
Definir nuestros propios límites es vital para
funcionar adecuadamente como seres humanos y sociales. Con adecuados límites
conduciremos nuestra vida respetando principios y valores. En las relaciones
humanas es importante –mejor dicho vital- aclarar los límites de ambas partes,
desde un principio, para evitar malos entendidos y posteriores problemas.
Expresiones tales como “El cielo es el límite”,
dejan un sabor a algo sin límites, que puede llevarnos a perder la ruta que
originalmente trazamos para recorrer la vida en busca de paz y felicidad. El
escritor, historiador, filósofo y abogado francés François Marie Arouet, mejor
conocido como “Voltaire”, reconocía que “Solo es inmensamente rico aquel que
sabe limitar sus deseos”.
Entonces, todo debe tener límites, hasta el amor,
porque nada es sano sin límite. La misma naturaleza, los tiene como referimos
unos párrafos antes en palabras del médico Hipócrates. “El mejor límite para el
dinero es el que no permite caer en la pobreza ni alejarse mucho de ella”,
expresaba siglos atrás el filósofo, político y escritor romano Lucio Anneo
Séneca.
El historiador y político inglés Lord Acton
planteaba que “La limitación es esencial a la autoridad, pues un gobierno solo
es legítimo si está efectivamente limitado”. La historia ha demostrado que el
poder sin límite ha sido causa de grandes tragedias para la humanidad.
El poeta, novelista y cineasta francés Jean
Cocteau, reconocía la importancia de saber dónde está el límite para poder
llegar. Algo absolutamente lógico, porque es imposible reconocer que llegamos,
estamos cerca o aún nos falta, si no sabemos dónde pretendíamos llegar.
El éxito y muchos otros proyectos de “vida sin
límite”, se convierten en una utopía; y como bien dijo el cineasta, director y
actor argentino Fernando Birri " La utopía está en el horizonte. Camino
dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre
diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré”, así son los
deseos y sueños sin límite.
Nuestro ejemplo y práctica diaria del límite,
junto al claro y firme mensaje a nuestros hijos acerca de la importancia de
estos límites, es parte vital de la enseñanza que debemos brindarles en nuestro
rol de padres. Enseñarles a vivir, incluye enseñarles a que definan y precisen
adecuadamente sus límites, quizá no con la sola referencia de los nuestros,
pero si bajo principios y valores que les permitan alcanzar sus sueños y metas
sin perder su rumbo, y no solo sin hacer daño a nadie, sino haciendo el bien.
Agosto 14, 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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