¿Cuál es el razonable y sano límite para crecer?
Miguel A. Terán
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“Todo tiene sus límites”, refería Quinto Horacio,
el famoso poeta de la Antigua Roma. Crecemos también en ambición, como
una consecuencia a la cual irremediablemente llegaremos cuando se pierden los
límites del sano y racional crecimiento, porque nos atrapa ese deseo
incontrolable, enfermizo y sin límite para conseguir -a cualquier precio- la
satisfacción de ese deseo.
Tal cual los ríos, la ambición desemboca o desagua
en el mar de la avaricia. Esta última es uno de los famosos Siete Pecados
Capitales, considerados vicios, porque son defectos morales en nuestras
acciones, que nos desvían de lo sano, invitándonos a mentir, engañar,
traicionar y mucho más para satisfacerlos. “En la tierra hay suficiente como
para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la
avaricia de algunos", afirmaba Mahatma Gandhi, el político y pensador
hindú. “En el avaro el futuro mata el presente”, expresa el filósofo
contemporáneo español Fernando Savater.
Muchos proyectos de vida, al no establecerles
adecuados y sanos límites de crecimiento, se distorsionan por el camino,
convirtiéndose en verdaderos monstruos que nos llevan a desvirtuar nuestros
sueños y perder el sentido original de éstos y de nuestro rumbo. Cantidad de
proyectos de negocios han consumido y acabado con la vida de sus creadores. El
autor y orador motivacional Jim Rohn consideraba que “La pregunta más
importante en las diferentes etapas de nuestra vida, no es ¿Qué estoy
consiguiendo?, sino ¿En qué me estoy convirtiendo?”.
Las dictaduras son el mejor ejemplo del
crecimiento del poder político sin límite, en el cual éste se concentra en
manos de un dictador o una élite, sin división de poderes, lo que resulta en
todo tipo de arbitrariedades. “La limitación es esencial a la autoridad, pues
un gobierno solo es legítimo si está efectivamente limitado”, expresaba el
historiador y político inglés Lord Acton. Ejemplos de ese poder político
ilimitado y del daño de éste a la humanidad, están documentados en muchos
capítulos de nuestra historia universal.
Ocurre algo similar con el crecimiento ilimitado
de organizaciones o empresas, que pueden llegar a influir, no solo
en lo económico, sino en lo político y social. Las organizaciones pueden llegar
crecer y expandirse, de tal manera que son capaces de enfrentar al mismo estado
de múltiples formas, para hacer valer sus particulares intereses, inclusive por
encima de los intereses de la sociedad.
El crecimiento ilimitado parece atentar contra la
armonía, balance y equilibrio natural, en lo económico, político y social,
creando diferentes tipos de desequilibrios, injusticias, privilegios, corrupción,
y una larga lista de etcéteras. “Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna
otra cosa deben sobrepasar para ser buenos los límites establecidos por la
naturaleza", afirmaba el médico de la Antigua Grecia Hipócrates. Muchos límites han desaparecido con
el paso del tiempo y parece que –con el paso del tiempo- recogeremos los
resultados y sus consecuencias.
Entonces, existe un sano límite a todo
crecimiento. La misma naturaleza nos da un claro ejemplo, al establecer sus
propios límites. Rebasar esos límites causa desorden, surgiendo
trastornos y problemas que impactan y deterioran el ecosistema. Todo
crecimiento extremo fuera de límites naturales y razonables es contra natura,
no importa en qué área.
Agosto 17, 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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