“De la
conducta de cada uno depende el destino de todos”.
Alejandro
Magno (356 AC – 323 AC). Rey de Macedonia. Gran Rey de Media y Persia. Faraón
de Egipto.
REFLEXIÓN:
Desde muy joven Alejandro Magno fue preparado para reinar, para lo cual lo fue
formado exhaustivamente en lo militar y grandes maestros de la época se
encargaron de su formación educativa y cultural. En lo intelectual y filosófico
fue -nada menos- que alumno del gran filósofo Aristóteles. Esa
equilibrada y refinada formación educativa, cultural, intelectual, militar y
filosófica, le permitió alcanzar hazañas y triunfos que le llevaron a poseer el
más grande imperio de su tiempo y a convertirse en un mito.
Muchas
batallas, muchos soldados, muchas conquistas, muchos pueblos, pero Alejandro
Magno reconocía la importancia de la conducta de cada uno en el destino de
todos.
Es clave
entender que no somos ni pequeños ni insignificantes y que nuestra contribución
es válida e importante para lo bueno, pero tristemente también lo será para lo
malo. No somos otra cosa que lo que hacemos de nosotros mismos, decía el filósofo y escritor francés Jean Paul
Sartre. Parece no haber lugar a duda que lo que cada uno hace de sí mismo
termina impactando, para bien o para mal, el destino de otros.
Todos tenemos
un entorno de influencia, tal vez el más pequeño en tamaño sea nuestra propia
familia. Lo que hagamos o dejemos de hacer en ese entorno tendrá impacto en
algún momento en la sociedad, ya que los miembros de la familia constituyen
parte de ese entorno social más amplio.
La educación y
los valores que prodigamos en nuestra familia, saldrán de allí acompañando a
cada uno de sus miembros y son esos valores con los que ellos actuaran y
participaran como seres humanos y sociales. Como miembros de una familia
debemos procurar que todos participen de manera positiva al engrandecimiento y
consolidación de la familia, y así estaremos contribuyendo a construir una
sociedad más sólida.
Algunos
individuos han sido líderes de cambios que modificaron el rumbo de la historia,
unos merecen aplausos, otros no. Otros muchos, han brindado aportes a causas
también importantes desde sus posibilidades y recursos. No hay aporte
insignificante, cuando de logros sociales se trata porque nos beneficiamos
todos.
Debemos
comprender que como miembros de una comunidad tenemos un rol social, que
por el hecho de no asumirlo activamente no escapamos de la responsabilidad ni
de sus consecuencias. Decía Martin Luther King el pastor estadounidense,
luchador por los derechos civiles y Premio Nobel de la Paz (1964): “No me
preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena”.
Como seres
sociales no podemos considerar únicamente nuestro solo beneficio
individual o en extremo el beneficio de nuestro reducido grupo familiar o de
amistades, porque somos parte de un entorno social de mayor dimensión, que más
temprano que tarde podría castigar el error de una corta o miope visión de
nuestra parte.
Miguel A.
Terán
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen
extraída de la web
Referencias:
Tomadas de Wikipedia.
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número de personas. Si cada uno de nosotros reflexiona y cambia para mejor,
todo cambiará para mejor.
“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y
ora”.
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