“Justifica tus limitaciones y te quedaras con ellas”.
Richard Bach (n.
1936). Escritor del reconocido libro Juan Salvador Gaviota.
Audio / Vídeo en: http://youtu.be/3aWxweqqMhQ
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REFLEXIÓN: Reconocer nuestras limitaciones y debilidades
es el primer paso para superarlas; por el contrario, negar, justificar u
ocultar nos condena a seguir en compañía de éstas. De ninguna manera,
reconocerlas tiene como objetivo entristecernos o deprimirnos, la idea es
conocerlas para superarlas.
Al negarnos a aceptar y reconocer nuestros errores,
resultado de esas limitaciones y debilidades, impedimos superarlos y
aprender de éstos, pudiendo llegar a convencernos a nosotros mismos que no los
cometimos y dedicarnos a buscar culpas en otras personas o en las
circunstancias. Ambas opciones no nos dejarán avanzar.
Es importante reconocer que nadie es perfecto y todos
tenemos limitaciones y debilidades, las cuales desde una perspectiva positiva
las podemos considerar áreas de oportunidad de mejora y parte de nuestras
potenciales fortalezas. Obtener provecho de esas fortalezas, a la vez que
nos hacemos conscientes de nuestras limitaciones y debilidades, estableciendo
esfuerzos genuinos por superarlas nos permitirá ser cada día mejores.
Lo que creemos y pensamos de nosotros mismos es condición
vital para determinar dónde estamos y adónde llegaremos, allí estarán nuestros
límites, que siempre es sano establecerlos para no llegar a extremos. No seremos
nada distinto a lo que pensamos y nos convencemos que somos y que podemos
llegar a ser.
Esa actitud de justificar comienza por no valorizarnos o
compararnos en minusvalía con respecto a otra persona, o a la situación que
debemos enfrentar. Cuando nuestros errores y fallas del pasado no fueron
adecuadamente reflexionados, en búsqueda de las razones, causas o raíces,
entonces atribuimos éstas a la suerte o a nuestras limitaciones, con lo
cual nos vamos convenciendo de nuestra incapacidad.
Nuestra familia, la escuela, la religión, la sociedad y
la cultura en general, nos llevan a conformar un particular sistema de
creencias que con el tiempo se solidifica y se convierte en nuestros paradigmas
de vida, para bien o para mal. El problema sucede cuando esas creencias lejos
de potenciarnos solo nos limitan, impidiendo que logremos todo lo que podemos
alcanzar. Los temores y el miedo a fracasar que nos han transmitido nos impiden
alcanzar metas o nos predisponen a fracasar.
Nuestro particular sistema de creencias altera nuestra
percepción, por ello lo que creemos nos predispone a observar lo que está
en línea con esas creencias. Se dice que nuestras experiencias
crean nuestras creencias, pero también hay quien considera que nuestras creencias
crean nuestras experiencias. En esta versión, evaluamos las experiencias que
vivimos a la luz de nuestras creencias. Entonces, la calidad de nuestras
experiencias depende de nuestras creencias.
La clave parece ser reemplazar o sustituir esas creencias
que nos limitan, por creencias que nos potencian, abriéndonos camino hacia la
vida que deseamos y merecemos.
¡Feliz Día!
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota: Foto
ilustrativa extraída de la Web.
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