“Tus
problemas no te definen, te definen tus soluciones”.
Autor
Anónimo
REFLEXIÓN:
Problemas tenemos todos, aunque para cada quien y para cada cual, el suyo o los
suyos son los más complicados e importantes. Soluciones, prácticamente, para
todos, pero éstas dependen de las circunstancias y variables involucradas, así
como de nuestras decisiones y acciones. En realidad no hay una fórmula mágica. El zapato que va bien a una persona es
estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos, nos
decía el psicólogo y psiquiatra suizo Carl Jung.
El
industrial estadounidense Henry
Ford manifestaba su preocupación al considerar que la mayoría de las
personas gastan más tiempo y energía en hablar de los problemas, que en
afrontarlos. Ese hábito de acostumbrarnos a hablar más de nuestros problemas,
nos lleva a estar permanentemente ahogados en los mismos, mientras las
oportunidades se nos escapan.
A
los problemas hay que afrontarlos con decisión y oportunamente, para evitar que
crezcan en dimensiones que sean de difícil y complicado manejo. El otro extremo
es ahogarnos en problemas que solo están en nuestra imaginación, como dijo el
filósofo, escritor y político francés Michel de Montaigne “Mi vida
ha estado llena de terribles desdichas, la mayoría de las cuales nunca
ocurrieron".
El
científico Albert
Einstein consideró que la formulación de un problema es más importante que
su solución, la razón parece ser que al no entender adecuadamente el problema, es
probable que nos equivoquemos intentando resolverlo.
El filósofo, matemático y físico francés René Descartes, nos
invitaba a dividir el problema en la mayor cantidad de partes, para poderlo
resolverlo. Mientras que el poeta y patriota polaco Adam Mickiewicz estaba
convencido que no podría resolver algunos temas mientras sus ojos estaban sobre
ellos, lo cual significa que en oportunidades
debemos tomar un aire u otra perspectiva distinta para poder resolver.
La
imagen que reflejamos a nosotros mismos y ante los demás, está muy vinculada a
la forma en que afrontamos y manejamos los problemas, si nos enfocamos a resolverlos o simplemente a
llorarlos y compartirlos; tengamos presente, que cuando no somos parte de la solución,
es muy probable que seamos parte del problema. En todo caso, la oportuna
reflexión sobre el problema, sus orígenes, el manejo que le dimos y sus
resultados, debe dejar la experiencia y el aprendizaje para futuras
oportunidades.
¡Feliz
Día!
Miguel
A. Terán
Foto
ilustrativa extraída de la Web.
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