“Cada ser humano es el autor de su propia salud y
enfermedad”,
Buda
REFLEXIÓN: Al referirnos a salud, debemos
considerarla desde una perspectiva integral, física, mental, emocional y
espiritual. Es algo más fácil tomar la decisión de visitar a un médico, cuando
consideramos que nos sentimos “mal de salud”, tomando en consideración síntomas de malestar físico; pero buena parte
de las veces, las causas están más allá de lo puramente físico.
Es un hecho demostrado que trastornos mentales,
emocionales y espirituales, hacen presencia visible en malestares físicos y
otros síntomas, así como en innumerables enfermedades.
Los factores genéticos o de herencia biológica
también juegan un rol importante, debido a que constituyen pre-disposiciones en
algunos trastornos de salud; sin embargo, es cierto –como alguien refirió- que
la pre-disposición genética era tal cual una pistola cargada, pero que el
particular estilo de vida de cada persona, es quien aprieta el gatillo.
El experto en salud y nutrición David Wolfe,
plantea una interesante – e inusual - conversación entre un paciente y su
médico. El paciente dice al médico: “No me siento bien y no estoy seguro por
qué?; el médico le responde dando la siguiente prescripción al paciente:
“Necesito que medite 20 minutos dos veces al día; haga ejercicio al menos 30 minutos al día;
evite alimentos procesados y coma mucha fruta; pase más tiempo con la
naturaleza y menos en ambientes cerrados; pare de preocuparse por cosas que no
puede controlar y deshágase de su televisor. Vuelva en tres semanas”. Expresaba
el político, científico e inventor estadounidense Benjamin Franklin: “El mejor
doctor es el que menos medicinas receta”. Valdría la pena agregar, a la
propuesta del médico referido por Wolfe,
que el paciente controle la cantidad de tiempo que utiliza dispositivos
electrónicos, evitando que éstos manejen su vida.
Las personas emocionalmente saludables tienen
capacidad para conducir, sin mayores traumas ni estrés, los acontecimientos y
circunstancias normales de la vida diaria. Centrarse en el presente, no
dejándose atrapar por las angustias del futuro, ni reprochando o deprimiéndose
por el pasado son claves para una buena salud. Nos recordaba el jurista,
escritor y filósofo romano Marco Tulio Cicerón, que “Las enfermedades del alma
son más perniciosas que las del cuerpo”.
El famoso médico de la antigua Grecia Hipócrates
decía “Deje que los alimentos sean su medicina y que la medicina sea su
alimento”. Por su parte, el político británico Edward Stanley planteaba que
“Aquellos que creen que no tienen tiempo para hacer ejercicios, tarde o
temprano tienen que buscar tiempo para estar enfermos”.
Es imposible llevar una vida sana y feliz sin
lograr alcanzar adecuada armonía, balance y equilibrio entre cuerpo, mente, corazón y espíritu, como
afirmaba el reconocido consultor, orador y escritor Stephen Covey.
Cuando vivimos de urgencias e inmediateces, se nos
escapa la vida, nuestros sueños se desvanecen y nuestros propósitos se diluyen.
Muchos senderos o trochas nos desvían. En la vida no es válido tomar atajos, no
podemos engañarla. Nos sorprenden las cosechas, pero somos poco cuidadosos con
la siembra. En realidad, todo tiene impacto en nuestra salud, para bien o para
mal.
Miguel A. Terán
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Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
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personas. Si cada uno de nosotros reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará
para mejor.
“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
Clara realidad! excelente
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