martes, 8 de marzo de 2022

‏Una mente amplia jamás será fanática. Miguel A. Terán

Ocurre y debemos estar claros que películas, novelas, hechos, situaciones y más tienen siempre dos o más perspectivas o puntos de vista. Sin embargo, muchas personas acostumbran a solo leer o escuchar lo que está de acuerdo con su forma de pensar o su particular ideología acerca de algún tema o persona en particular. Es una triste realidad que cada punto de vista se sostiene en la verdad de quien lo expresa.

Esta práctica inadecuada solo logra que la persona vaya radicalizándose más en sus argumentos hasta llegar a defenderlos con fanatismo, alejado de la razón y del sano sentido común. El fanatismo tiene presencia en escenarios religiosos, políticos, deportivos, sociales, entre los más comunes; pero algunas veces, esa actitud y conducta de exagerada y desmedida pasión y defensa de algo o alguien, que describe a un fanático, podemos observarla en actividades de la vida diaria, en los padres hacia sus hijos, en individuos hacia su pareja u otros en defensa de algún sueño.


Para efectos de este artículo no discutiremos sobre fanatismo religioso ni político, porque podemos encontrar montañas de material escrito al respecto, aunque tal vez nunca suficiente. Pero no se ha escrito tanto sobre el individuo fanático de sus sueños, y en especial algunos de esos individuos que han hecho de sus sueños verdaderas pesadillas para ellos mismos, para sus familias y hasta para la sociedad. Esa idea fija, presente y persistente en la mente, si bien es cierto que en oportunidades ha contribuido a grandes progresos, en otras ha sido causa de dificultades y tragedias de diferente dimensión.

Cuando nos fanatizamos somos intolerantes ante cualquier crítica o descalificación a lo idealizado, llegando a defenderlo a tal extremo que cada vez confirmamos más nuestra convicción y reafirmamos nuestro fanatismo.  Es común, también encontrar al fanático de sus hijos, quien llega a idolatrarlos, convencido de tener como hijo al mejor deportista o al mejor estudiante o simplemente al “mejor”, sin entender que lo importante es acompañar a nuestros hijos con armonía y equilibrio en su crecimiento para hacer de ellos seres humanos íntegros y felices.

El fanático demuestra incondicional e indiscriminado apoyo a una idea, estilo de vida, cultura, causa, persona o grupo u otras más. Esa incondicionalidad en parte se debe a haber perdido la capacidad de crítica a la causa, motivo o fuente de su fanatismo. El filósofo y escritor español Jorge Santayana refería que “El fanatismo consiste en redoblar el esfuerzo cuando has olvidado el fin”. Y el francés Jean B. F. Descuret expresó “Un paso más allá del entusiasmo, y se cae en el fanatismo; otro paso más, y se llega a la locura”.

Debemos cuidar la objetividad en los diferentes aspectos de nuestra vida, ponderando argumentos desde diferente perspectiva y tratando de equilibrar puntos de vista, para evitar fanatizarnos con algo o alguien. Es absolutamente válido sentir admiración, orgullo, gusto o entusiasmo por algo o alguien, que tiene reales características que le hacen merecer esa admiración, pero no es válido llevar esa admiración a extremos de fanatismo. 

La verdad es un tema complejo y debemos ampliar nuestra mente para ver y escuchar ambos extremos en busca de sanos puntos medios.  Para poder enseñar a todos a decir la verdad, es preciso que aprendan primero a escucharla, afirmaba el escritor inglés Samuel Johnson. Es un hecho que intentar comprender la verdad compromete nuestras ideas y puntos de vista.  El reconocido poeta español Antonio Machado lo expresaba genialmente cuando dijo "Tu verdad no; la verdad y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela".

En la búsqueda de esos sanos puntos medios o de equilibrio parece estar la solución para buscar un mundo balanceado y armónico.

Miguel A. Terán

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Referencias: Tomadas de Wikipedia.

 

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1 comentario:

  1. Excelente reflexión, hiciste la nota de no comentar el fanatismo religioso y político pues caramba tenemos tantos ejemplos en el mundo y en nuestro maltratado país que han sido negativos, pero al final dices "El fanatismo no tiene cabida en ninguna sana actividad" es asi totalmente de acuerdo, porque a nivel individual es igual de perjudicial. Gracias Miguel, Saludos

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