miércoles, 28 de enero de 2015

REFLEXIÓN DEL DÍA (Jueves 29 de Enero de 2015)

"Las crisis pulen tu vida. En ellas descubres lo que realmente eres".
Dr. Allan K. Chalmers. Pastor estadounidense.

REFLEXIÓN: Una crisis ocurre durante algún período, momento o situación en la cual lo que era normal o parecía normal, se desajusta o desestabiliza, desequilibrando el “status quo” o “estado del momento actual”,  ocasionando dificultades o trastornos en la persona o su contexto que promueven la necesidad de cambio.   
Esos cambios ocurridos durante los períodos de crisis son inciertos en cuanto a la posibilidad o no de hacerse reversibles a mediano o largo plazo y,  en algunos casos, por el contrario pueden hacerse extensos o permanentes en el tiempo. 
Algunas crisis traen cambios traumáticos para personas y sociedades, al desestabilizar el  aparente equilibrio de la persona o sociedad. Las crisis pueden  afectarnos en diferentes aspectos -directos o indirectos- entre ellos, personales, familiares, sociales, laborales, económicos, políticos, etcétera. 
Albert Einstein valoraba la crisis afirmando que “Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos”. Sin embargo, para muchos otros –quizá la mayoría- la crisis representa un trauma, porque –literalmente- les “saca” de su nivel de comodidad o confort. 
El escritor de autoayuda y superación, el estadounidense Napoleón Hill, autor del famoso libro “Piense y hágase rico” planteaba que “Uno de los caprichos de la oportunidad es el curioso hábito de aparecer por la puerta de atrás, y a menudo viene disimulada con la forma del infortunio, o de la frustración temporal. Tal vez por eso hay tanta gente que no consigue reconocerla”. 
Más allá de algunas discusiones lingüísticas parece hacer sentido la referencia que realizó el Presidente estadounidense John F. Kennedy, referente a que en el idioma chino se utilizan dos caracteres para escribir la palabra “crisis”. Uno  de esos caracteres  significa “peligro”, el otro “oportunidad”. En una crisis debemos tomar conciencia del peligro, pero reconocer la oportunidad, concluía Kennedy. 
Las crisis no son para llorar, tampoco son para tomar una posición oportunista, pero si requieren reflexionar acerca de sus raíces y causas, para obtener aprendizajes que ayuden a disminuir su impacto y alcanzar auténticas soluciones, canalizando los cambios requeridos para evitar que se repitan en el futuro. 
En los momentos de crisis, la famosa frase del empresario estadounidense Henry Ford, toma vigencia: "La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos”. Por su parte, el político y estadista británico Sir Winston Churchill, decía que “Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. 
La crisis es una excelente oportunidad para transformarnos, procurando cambiar todo lo que hemos hecho mal y reconociendo nuestras habilidades, competencias, potencialidades y oportunidades de mejora.  Desgraciadamente, es poco probable que se den cambios a menos que entendamos los problemas y su profundidad, reconociendo que estamos en algún momento o circunstancia crítica  y que necesitamos cambiar para superarla y sobrevivir. 
Lo cierto parece ser, como dice el viejo refrán, que “La oportunidad no toca dos veces a la misma puerta”. Las crisis son evitables, pero al permanecer encerrados en nosotros mismos, en nuestro reducido contexto y guiados por nuestras creencias y paradigmas, corremos el riesgo de olvidar que somos seres humanos y sociales.


Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.

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“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.

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