viernes, 17 de noviembre de 2023

La familia es la columna base de la sociedad. Miguel A. Terán

Artículo publicado en Los Tiempos Newspaper - Miami, Fl. USA 

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“Una sociedad que no cuide y proteja la familia estará sembrando su destrucción”, la razón es que “La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida” afirmaba el Santo Padre Juan Pablo II. Sin embargo, es válido aclarar, que esa enseñanza de los valores básicos que da la familia a sus integrantes puede ser para bien o para mal del individuo y la sociedad, dependiendo de los valores que siembra cada familia en sus miembros.


Los valores determinan nuestra manera de ser, orientando y regulando nuestra conducta, acerca de lo que es bueno o no, acerca de lo permitido o no. Por ello, las decisiones serán más fáciles de tomar cuando conocemos y ponemos en práctica los valores que nos guían. Ahora el detalle estará en cómo esos valores son buenos o no para el entorno donde pretendemos aplicarlos.  

En referencia tomada del reconocido filósofo Lou Marinoff en su libro el ABC de la Felicidad, él expresa que el filósofo Chino Confucio, en lugares y tiempos distintos, coincidiría con Aristóteles en que la familia es la unidad fundamental del estado (sociedad), algo así como un estado en miniatura.  Ellos consideraban que para que en un estado (sociedad) reine la armonía, ésta debe reinar primero en la familia.  Confucio expresaba en las Analectas: «Para poner el mundo en orden, antes debemos poner el país en orden; para poner el país en orden, antes debemos poner la familia en orden.»

Continuaba expresando que «Las familias desordenadas engendran países desordenados; los países desordenados, un mundo desordenado. […} Insistía Confucio que […] «La fortaleza de un país proviene de la integridad del hogar…y la debilidad de un país proviene de la desintegración de sus hogares.»

Vivir juntos bajo un mismo techo de ninguna manera significa formar parte de una familia, sin


entrar en detalles de cómo está compuesta. Una familia debe ser un equipo de personas unidas por un fin común, e integrados por principios y valores, también comunes que conforman la cultura propia de ese núcleo familiar.
Lo ideal es que esos valores de la familia de alguna manera estén alineados con los valores de la sociedad de la cual forma parte la familia.

No obstante, en la medida que las sociedades demuestren más rupturas y deterioro en sus valores y conductas, alejándolos de los principios universales y convirtiendo lo anormal en normal, el trabajo de formar familias y hogares es más duro, complejo y difícil, porque las familias deben convertirse en frente y escudo protector para velar por la integridad ética y moral de sus miembros.

Desde el punto de vista lingüístico podemos establecer diferencias entre una casa y un hogar, la diferencia es que en la primera sus bases son de bloque, cabilla, cemento y otros materiales de construcción; mientras que en el hogar las bases son de valores y principios. Tristemente debemos reconocer que en las sociedades de hoy encontramos cada vez más casas, pero cada vez menos hogares. Una familia en el correcto sentido debe hacer esfuerzos por unirse para formar y convivir en un hogar. 

Un requisito indispensable para construir familia es el tiempo, poco éxito tendremos tratando de establecer principios y valores en los miembros de nuestras familias, cuando existe un claro desequilibrio en el tiempo que disponemos u otorgamos para nuestra familia, en comparación con el tiempo de que dispone el entorno y otros medios, tales como televisión, internet y las redes sociales, e incluso la misma sociedad para instalar sus propios valores,  que en algunos casos han venido convirtiéndose en seudo o falsos valores.  

Unos padres dedicados básicamente a proveer recursos para satisfacer a los miembros de sus familias, quienes, por diversas razones, han olvidado o no pueden cumplir su importante función como guías del hogar, estarán permitiendo el deterioro de sus familias. Alguien se preguntaba: Cuándo contrato una señora que estará cuidando a mis hijos, ¿Quién le estará cuidando los hijos a ella?

Otro vital requisito para construir familia es la comunicación, elemento clave para la transmisión de principios y valores; así como, para el establecimiento de una cultura familiar, cuya función es definir y establecer las pautas de actitud y conducta permitidas en sus integrantes. Pero, la comunicación también requiere tiempo ejercerla, porque ésta debe ser de continua y diaria práctica en una familia que pretenda formar un hogar. Unos padres ausentes dedicados a proveer recursos para el hogar no tendrán el tiempo ni la energía para esta importante tarea.

La confianza y el respeto mutuo son otros elementos que permiten llevar a feliz término la conformación de una familia. Ambos deben construirse con el ejemplo, porque no podemos decretarlos. Ninguna sana relación puede tener como base la desconfianza ni la falta de respeto en ambas direcciones. Un hogar establece claros límites entre los deberes y derechos de sus miembros, lo cual es vital para la armonía. 

A un individuo lo forman la familia, la escuela y la sociedad, pero es en ese orden. No podemos pretender endosar a la escuela responsabilidades que son propias de la familia. Es cierto que la escuela como parte de la sociedad tiene un rol cultural y de formación, no necesariamente de educación.  Los principios y valores de la familia deben representar ese escudo protector que les permita a sus integrantes no solo vivir y sobrevivir, sino convertirse en individuos conscientes de la importancia de su rol como miembros de una sociedad.

Las palabras escritas por Confucio, mencionadas al principio, tienen aproximadamente 2.500 años, pero están vigentes como si se hubieran escrito hoy. Estas palabras nos permiten entender que parte importante de los problemas que vive la sociedad, no son ni más ni menos que una consecuencia de los verdaderos problemas, cuyas raíces más profundas podemos encontrarlas en el deterioro de familias y hogares.  

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