Articulo Publicado en Los Tiempos -Newspaper - Miami, FL. Abril 2020
En las diferentes etapas de nuestras vidas y de las sociedades surgen héroes y villanos, que desaparecen en otras etapas. Algunos de ellos, héroes y villanos, quedan permanentemente vigentes en el tiempo, por las huellas positivas o negativas que dejaron en nuestra vida o en nuestras sociedades, mientras otros desaparecen para siempre. Algunos, inclusive reaparecen en otros capítulos de la película de la vida, para bien o para mal.
Sin embargo, la vida nos demuestra que algunos
héroes más tarde los reconocemos como villanos, y algunos villanos más tarde nos
damos cuenta que -en verdad- fueron héroes. En la vida, no todas las
decisiones y acciones tienen efecto inmediato, en muchas ocasiones los efectos
se hacen visibles meses o años después. El paso del tiempo parece ser útil para
los buenos y dañino para los malos, porque pone al descubierto las mentiras y
hace flotar las verdades.
La historia está llena de falsos líderes, gobernantes, militares, profetas, sacerdotes, pastores, predicadores, maestros y más. Las enfermas o patológicas fantasías o los intereses personales o grupales de éstos, han llevado a personas y pueblos a apartarse de la verdad y a transitar por oscuros caminos. No obstante, como la verdad florece en algún momento, estos “héroes” con “pies de barro” también han caído en algún momento. Sin embargo, otros han permanecido -equivocadamente- como héroes, gracias a los mitos que se han tejido a su alrededor.
También debemos reconocer que, debido a que la
verdad es relativa, cada héroe y cada villano tiene sus admiradores y sus detractores,
porque definitivamente a nadie lo aman o lo odian todos. También es justo reconocer
que en los buenos ha habido cosas malas y en los malos cosas buenas, no todo es
bueno ni malo en su totalidad.
Una estrofa del poema del escritor y pensador
español Ramón de Campoamor expresa: “En este mundo traidor, nada es verdad ni
mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. En otras
palabras, percibimos y juzgamos desde nuestras creencias, paradigmas, puntos de
vista e intereses.
En la historia muchos héroes fueron crueles
asesinos quienes en el “Nombre de alguien o de algo” causaron grandes desastres.
Es triste reconocer que la historia, definitivamente, la escribe quien gana y, por
ello, finalmente nunca sabremos la verdad.
No es fácil quitar la máscara a un villano para saber quién realmente es. Las apariencias engañan; por ello, un lobo disfrazado de oveja tendrá mayor éxito en su actividad depredadora. Alguien expresó, que «los malos ahora son ejemplo y los buenos son burla». Muchos héroes desconocidos hacen hazañas en silencio, con amor y desprendimiento desde la sencillez de sus vidas.
La falta de auténticos modelos de vida da
espacios para la aparición de antihéroes y charlatanes, quienes solo con una
campaña de mercadeo bien financiada, logran que la publicidad y los medios nos
lleven a confundir antihéroes con héroes. Basta que ese antihéroe con alguna
particular “aptitud o habilidad”, haga adicionalmente algunas cosas
extravagantes, y listo, ya surge un nuevo “modelo o héroe” a seguir.
Por ello, niños, adolescentes, jóvenes y
adultos, han salido en búsqueda de esos “modelos” o “héroes” detrás de un
extraño muñequito de TV, un deportista, un artista, un cantante, un modelo, un
gurú, youtuber, un influenciador o influencer, etcétera. Otros, corren atrás de
un político, de un pastor, de un maestro, esperando una referencia o modelo de
vida que no siempre lo guiará adecuadamente.
En nuestra vida personal muchas veces nos
enceguecen algunos individuos, quienes cargados de astucia y viveza nos atrapan
y se convierten en nuestros nuevos héroes, desplazando a verdaderos héroes e
incluso presionando para que convirtamos a esos anteriores héroes en villanos. Parecen
estar siempre vigentes los viejos dichos: “Cuando hay santos nuevos, los viejos
no hacen milagros” o “Amores nuevos olvidan los viejos”.
Es complicado permanecer como “neutro” en la
vida, porque somos parte de una sociedad, y más temprano que tarde las
decisiones y acciones de otros nos impactarán, para bien o para mal. Permanecer
pasivos e indolentes no es ni una alternativa ni una solución. Tampoco se trata
de culpar todo el tiempo a otros por lo que nos ocurre a nosotros o por lo que
ocurre en el mundo, mientras permanecemos pasivos, como víctimas de algunos
individuos.
La realidad es que podemos y debemos esforzarnos en reconocer aquellos modelos auténticos de comportamiento humano y social, los cuales ofrecen alternativas nutritivas y de crecimiento, caracterizadas por ser armónicas, balanceadas y equilibradas para nuestro cuerpo, mente, corazón y espíritu; así como, para bienestar de nuestros congéneres y nuestra sociedad. Parafraseando al escritor H. Jackson Brown, podríamos afirmar, que nuestros modelos o líderes de vida deben vivir de tal manera, que cuando pensemos en justicia, ética, moral e integridad, pensemos en ellos como el mejor ejemplo.
Web Page: www.lidervoice.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario