NO VALE LA PENA GUARDAR NADA PARA UNA OCASIÓN
ESPECIAL.
Miguel A. Terán
Para muchas personas en el mañana siempre estará
la oportunidad, la satisfacción, el placer, la felicidad y todo, por lo
cual posponen cualquier cosa para mañana, con mayor énfasis los temas
personales. Posponer es dejar para después algo que podemos o debemos hacer
ahora. Existe la palabra procrastinar que hace referencia a esa costumbre de
diferir o aplazar, dejando para ese después, que no siempre llega.
La realidad es que los momentos no se guardan, no
son acumulables para cuando dispongamos de tiempo. Pretender hacerlo para
disfrutarlos más adelante, es encontrarnos con otro momento, porque tiempo y
espacio son quienes definen un momento, y éstos cambian al pasar el tiempo.
Posponer es una conducta que convertida en hábito
se transforma en una de las mayores fuentes de estrés. En una buena parte de
las actividades que posponemos el miedo está presente, miedo a no conocer, a
equivocarnos o fallar, a recibir críticas, etcétera.
La falta de tiempo es una de las excusas más
utilizadas por la persona acostumbrada a posponer. Sin embargo, un factor casi
siempre presente –más allá del tiempo- es la falta de motivación y la ausencia
del correspondiente compromiso.
Cuando posponemos, generalmente nos dedicamos a
hacer lo más irrelevante e intrascendente, dejando a un lado lo realmente
importante o sustancial. Como se dice en el argot popular “trepamos por las
ramas”.
Un elemento clave para evitar posponer es tener
claramente definidas nuestras prioridades. Sin claras prioridades es fácil que
nos desviemos del camino, dedicando tiempo a lo urgente y descuidando lo
importante. Las relaciones de pareja, familia, amistad o trabajo, tienen
sus particulares y únicos espacios y tiempos, confundirlos nos hace perder
momentos que alteran o distorsionan las relaciones. Deben ser celosos por
cuidad y respetar esos momentos, es decir espacios y tiempos, especiales y
particulares para cada actividad y relación.
Se dice que en su lecho de muerte las personas
manifiestan más arrepentimiento por lo que no hicieron que por lo que hicieron,
más allá de que lo que hicieron haya sido del todo bueno. Esperar o pretender
esperar el momento ideal, muchas veces no tiene sentido, ya que nos
arriesgamos a perder el momento.
Parece que definitivamente la ocasión especial es
en el tiempo presente, porque en el pasado no pudo ser y en el futuro es solo
expectativa, el momento parece ser aquí y ahora.
Junio 22, 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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