“La actividad más importante que un ser humano
puede lograr es aprender para entender, porque entender es ser libre”.
Baruch Spinoza (1632 -1677). Filósofo neerlandés.
REFLEXIÓN: Aprender algo nos permite entender y
comprender, liberándonos de la esclavitud que representa ignorar y desconocer.
Sin aprender no llegaremos a entender ni comprender las relaciones e
interacciones entre diferentes eventos, circunstancias o personas. El novelista
y político francés André Malraux decía que “Si de veras llegásemos a poder
comprender, ya no podríamos juzgar”.
Cuando no entendemos ni comprendemos algo, existen
dos opciones, aceptar o negar. La posición neutra no aplica, ya que la aceptación
o la negación de otros será nuestra decisión al no habernos expresado. Una
mentira debidamente presentada y adornada es fácil de comprar, por parte
de quien ignora. Tal vez consciente del engaño que representan
envoltorios y colores, el escritor y diplomático mexicano Octavio Paz
consideraba que “La realidad es más real en blanco y negro”.
Desde otro ángulo, negar podría significar no
aceptar otras perspectivas y puntos de vista, básicamente por no entender,
limitándonos en alternativas y oportunidades. Algunas veces, tal cual refería
el novelista francés Jules Gouncourt “El más largo aprendizaje de todas las
artes es aprender a ver”, porque nuestras creencias y paradigmas alteran
nuestra percepción y condicionan lo que vemos. Por su parte, el poeta
inglés Alexander Pope afirmaba que “Algunas
personas nunca aprenden nada, porque todo lo comprenden demasiado pronto”.
El famoso médico español Santiago Ramón y Cajal,
Premio Nobel de Medicina (1906), consideraba que lo peor no es cometer un error,
sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de
nuestra ligereza o ignorancia. En su particular estilo, el escritor colombiano
y Premio Nobel de Literatura (1982), Gabriel García Márquez, expresaba “Lo más
importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no
cuando es no”.
Sin embargo, aprender es un proceso continuo, que
nunca termina, porque el conocimiento cambia. En el momento en que
detenemos nuestro aprendizaje comenzamos a retroceder, quedando
desactualizados y rezagados.
Son muchos los que viven de la ignorancia de
otros, pero esto es una trampa, “un cuchillo de doble filo”, que en cualquier
momento les puede jugar una mala pasada. De allí la importancia de preocuparnos
y ocuparnos para hacer que los demás aprendan, entiendan y salgan de la
ignorancia, porque ellos son nuestros compañeros de ambiente o
entorno. Al respecto el Emperador Romano Marco Aurelio, llamado el Sabio
o el Filósofo, afirmaba “Los hombres han nacido los unos para los otros:
edúcales o padécelos”. La idea es que puedan ser libres, al dejar de ser
ignorantes, evitando el riesgo de que su misma ignorancia nos haga daño a
todos.
Es importante tener presentes las palabras del
filósofo británico Karl Popper, quien consideraba que "La verdadera
ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a
adquirirlos". Recordemos que cada aprendizaje nos libera de las cadenas de
la ignorancia, permitiéndonos ser cada vez más libres y capaces de buscar
nuestro propio camino y destino, a la vez que ayudamos a otros a encontrar el
suyo.
Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
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la medida que se transmite a mayor número de personas. Si cada uno de nosotros
reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará para mejor.
“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
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