“La pobreza consiste en sentirse pobre”.
Ralph Waldo Emerson (1803 –1882) Escritor, filósofo y poeta estadounidense.
REFLEXIÓN: Más allá de lo que expresen las cuentas de banco y los activos;
la pobreza y la riqueza son percepciones de cada individuo. Es por ello, que
muchos poseedores de abundantes recursos económicos consideran no ser lo
suficientemente ricos; mientras paradójicamente otros, con escasos recursos
económicos, no se consideran pobres. Algunos con dinero repiten tanto no
tenerlo, que terminan convenciéndose y viviendo su pobreza.
La percepción de pobreza tiene límites, mientras que la percepción de
riqueza parece no tenerlos. Hace dos milenios el filósofo Séneca afirmaba “No
es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea”. Un ejemplo de estos
límites quedaron visibles cuando preguntaron al empresario estadounidense
John D. Rockefeller, considerado el hombre más rico del mundo en su momento,
cuánto dinero más necesitaría para quedar satisfecho y su respuesta fue “Solo
un poco más”.
En la pobreza, en el sentido más práctico, existe carencia de recursos para
satisfacer necesidades básicas que permitan a la persona disfrutar un adecuado
nivel y calidad de vida. Sin embargo, además de la referencia económica,
existen muchos tipos de pobreza, de mayor complejidad para vivir y para
resolverlas, entre éstas encontramos la espiritual, la intelectual, la afectiva,
la emocional y otras.
Al respecto, el poeta chileno y Premio Nobel de Literatura (1971) Pablo
Neruda afirmaba “La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no
depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”.
El jurista, economista y escritor español Eduardo Punset, considera que
“Aunque un pobre llegue a rico, seguirá sufriendo las mismas enfermedades que
afectan a los pobres, como resultado de su pasado”, tal vez con excepciones.
Además, por todos esos temores del pasado, muchos son atrapados por la
avaricia, que el Monje y Abad francés San Bernardo de Claraval, la consideraba
como “Un continuo vivir en la pobreza por temor a ser pobre”.
San Francisco de Sales, recomendaba no desear con ansia lo que no tenemos,
ni amar en exceso lo que poseemos. Deseos y apegos son dos verdugos que nos
hacen pobres, en lo material y espiritual. El gran filósofo griego Platón
expresaba que “La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por
la multiplicación de los deseos”.
Podemos ser unos pobres ricos o unos ricos pobres, dependiendo de nuestra
actitud hacia el dinero y la forma en que lo utilizamos. Es locura manifiesta
vivir precariamente para poder morir rico, decía el poeta romano Décimo
Junio Juvenal. Hay personas que de sus riquezas solo tienen el miedo a
perderlas, consideraba el político canadiense Antoine Rivard. Parece
contradictorio, pero el futuro para el rico puede tener más incertidumbre que
para el pobre, tal vez por ello, ambos viven de manera muy diferente el
presente.
Miguel A. Terán
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
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