“Padres buenos
hay muchos; buenos padres, hay pocos. No es difícil ser un padre bueno; en
cambio, no hay nada más difícil que ser un buen padre”.
Autor Anónimo.
En
similar orden de ideas decía el escritor estadounidense Mario Puzo, autor de la famosa obra El Padrino, que "Un hombre que no sabe ser un buen padre, no es
un auténtico hombre".
El resultado
de ser un buen padre se hace realidad en el tiempo, cuando hemos criado, creado y construido buenos hijos, sensibles seres humanos y
buenos ciudadanos.
No deja de ser cierto que muchos padres, tal vez no tantos
como seria necesario, demuestran preocupación y hacen su mejor esfuerzo por dejar
un mundo mejor para sus hijos; pero, sobre todo, los padres deberíamos preocuparnos por dejar
un mundo poblado de mejores hijos y seres humanos.
Tengamos siempre presente que predicamos más
con el ejemplo que con las palabras y podamos ¨Vivir tal manera, que cuando nuestros
hijos piensen en justicia e integridad, piensen en nosotros como ejemplo”, según expresó el escritor H. Jackson Brown.
Una
historia menciona a un padre que dice a su hijo: “Ten cuidado por
donde caminas”. El hijo le responde: “Ten cuidado tú, recuerda que yo sigo tus
pasos”; he allí nuestra vital influencia como modelos y ejemplo a seguir para ellos.
Cuando
enseñamos algo a nuestros hijos -bueno o malo- podemos, quizás recordar el momento en que lo
hicimos, pero nunca sabremos hasta donde llegará la influencia de ese mensaje en
el tiempo y en las venideras generaciones. Por eso al enseñar
a tus hijos enseñas a tus nietos.
Las palabras del pastor,
autor y educador Charles Swindoll nos recuerdan que como padres debemos tener
presente, que cada día de nuestra vida hacemos depósitos en el banco de memoria
de nuestros hijos. Allí estaremos fijando los principios y valores que guiarán
sus vidas.
Espera de tu
hijo lo mismo que has hecho con tu padre, fueron palabras que expresó hace más
de 25 siglos el filósofo y científico griego Tales de Mileto, uno
de los Siete Sabios de Grecia. “Economizad las lágrimas de vuestros hijos a fin
de que puedan regar con ellas vuestra tumba” decía Pitágoras de Samos, Filósofo
y matemático griego.
Nuestra buena
huella y presencia como padres, será imperecedera, en nuestros hijos, incluso en
aquellos casos que no son nuestros hijos biológicos, pero que de cualquier manera han
ocupado un espacio importante en nuestro tiempo, en nuestras mentes y corazones.
El tiempo
dedicado a nuestros hijos con amor, los diarios mensajes, el ejemplo transmisor de principios y valores, la sana relación con nuestras parejas, la equilibrada y
armónica interacción familiar, nuestro compromiso para con la sociedad, nuestra conciencia y responsabilidad ante el ambiente que nos rodea, entre otros, son
parte de nuestro ejemplo y legado para ellos, así como para las venideras generaciones.
Y siempre,
por supuesto, debemos motivarles a soñar y luchar por alcanzar sus sueños, pero haciéndoles comprender la importancia de los límites, porque cuando llevamos los sueños a extremos, los convertimos en pesadillas al perder nuestra paz.
¡Feliz Día del
Padre! A todos quienes en su rol de padres contribuyen no solo a criar a sus hijos, sino a crear y construir los hombres
y mujeres que requerirá el mañana.
Miguel A.
Terán
Psicología y Filosofía.
Web: www.lidervoice.com
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota: Foto
ilustrativa extraída de la Web.
Excelente pensamiento y reflexion, como hace falta "Buenos Padres". Yo estoy orgullosa de mis padres, los admiro mucho, lograron con sacrificios y esfuerzos la mejor educación, enseñar valores, principios, responsabilidad y amor a todos sus hijos. Gracias Miguel, te deseo un Feliz Dia del Padre!!!.
ResponderEliminarMiguel muchas gracias por compartir tus atinados y reales comentarios. Un abrazo
ResponderEliminarExcelente y muy oportuno análisis. Para compartir profusamente en un mundo de padres y madres ausentes. Gracias Miguel
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