“Toda la gente conoce la misma verdad. Nuestra vida consiste en cómo nos
decidimos a distorsionarla”.
Woody Allen (n. 1935). Director, guionista, actor, músico, humorista
y escritor estadounidense. Ganador de Cuatro Premios Óscar.
REFLEXIÓN: La forma en que el mundo es percibido tiene diferentes
perspectivas y puntos de vista, pero sin duda, que la que más nos afecta es la
manera en la que nosotros mismos lo percibimos o lo distorsionamos, según lo
expresado por Woody Allen. Una simple percepción de un evento, suceso o
persona puede convertirse en lo que observamos, o en lo que interpretamos de lo
que observamos o en lo que realmente ocurrió. Esta última opción nunca la
sabremos a ciencia cierta, porque vivimos en mundos interpretativos.
Entonces, es normal que existan diferencias de percepción e interpretación,
el problema surge cuando esa percepción personal se ubica firme, consistente y
permanentemente fuera de la realidad, distorsionándola hasta crear nuestro
propio mundo, aislándonos y haciéndonos insensibles, perdiendo la interpretación real de los
hechos, eventos, personas o sucesos que ocurren a nuestro alrededor.
Es una clara verdad que percibimos las acciones de una persona, grupo o
institución, basados en nuestra previa opinión de esa persona, grupo o
institución. Si es de nuestro agrado podemos percibir sus planteamientos o
acciones positivamente, en caso contrario, los consideraremos negativos y por
tanto criticables. En algunos momentos somos aún menos objetivos con nuestras
percepciones, cuando sentimos que ese evento o acción nos afecta directa o
indirectamente.
Parece absolutamente cierto reconocer que tenemos múltiples
percepciones favorables o desfavorables, que influyen sobre nuestra conducta,
dependiendo de nuestras experiencias, emociones e interpretaciones.
En oportunidades nuestra percepción nos lleva a creer apasionadamente en
algo o en alguien, pero en algún momento lo que creíamos verdadero, resultó
después falso. Así como lo que parecía inicialmente falso, podría resultar
finalmente verdadero. Es doloroso y frustrante sentir que nuestra percepción
nos jugó una trampa y hemos dedicado tiempo, ilusión y esfuerzos en algún
proyecto de vida que nunca llegará a feliz término. También podría ocurrir que
nuestra percepción negativa nos dejó escapar la oportunidad de nuestras vidas.
Debemos esforzarnos por percibir de la manera más objetiva posible, dejando
a un lado creencias y paradigmas que distorsionan la realidad, mientras abrimos nuestra mente y corazón para considerar nuevas opciones.
Miguel A. Terán
Web: www.lidervoice.com
Twitter:
@MiguelATeranO
No hay comentarios:
Publicar un comentario