“Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin causa nada puede tener origen”.
Platón (427 AC-347 AC). Filósofo griego.
No cabe duda, que debemos detener o aliviar esos síntomas, pero sin dejar de buscar sus reales y verdaderas causas. Todos sabemos que es necesario detener una fiebre; sin embargo, el objetivo debe ser buscar la infección o causa, para erradicar la enfermedad, evitando que surjan condiciones de salud más severas y críticas. Inclusive, ocurre que llegando a un diagnóstico de infección, al profundizar en estudios y análisis, podrían encontrarse problemas mucho más críticos.
Decía el poeta romano Ovidio, que las causas están ocultas, mientras que los efectos son visibles para todos. Esos efectos se reflejan como síntomas o consecuencias, pero no siempre -o mejor dicho casi nunca- son las verdaderas causas de los problemas.
La pobreza, la inseguridad, el consumo de drogas, la crisis de valores, los liderazgos tóxicos, la desintegración de la familia, etcétera, son consecuencias o síntomas de problemas personales, familiares y sociales más complejos y profundos, diseminados y crecidos en el tiempo.
La ligereza y superficialidad en la que podemos incurrir al confundir los efectos, consecuencias o síntomas con las reales causas, impedirá encontrar y resolver la verdadera raíz o razón de los problemas.
La ligereza y superficialidad en la que podemos incurrir al confundir los efectos, consecuencias o síntomas con las reales causas, impedirá encontrar y resolver la verdadera raíz o razón de los problemas.
A principios del siglo pasado el filósofo francés Henri Bergson nos recordaba que el presente solo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa. Ese viejo refrán, “los polvos de ayer trajeron los lodos de hoy”, es una excelente expresión, que nos lleva a reconocer que aquellas cosas o situaciones que no vimos, no le dimos importancia o no atendimos con la diligencia y prontitud requerida en el ayer, pueden ser causantes de los problemas del hoy.
Entonces, busquemos y hagamos esfuerzos por resolver las reales causas de los problemas que nos aquejan, sin quedarnos solo en lo cosmético o superficial, ni en la consideración y tratamiento de sus síntomas, porque de lo contrario el problema seguirá creciendo y fortaleciéndose.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
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Web: www.lidervoice.com
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Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
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