sábado, 6 de julio de 2019

El Libre Albedrío o la Libre Elección, ¿Es realidad o fantasía? Miguel A. Terán

Artículo publicado en Los Tiempos-Newspaper, Miami, Florida. Junio 2019.

Creemos que cada individuo tiene el poder de elegir y tomar sus propias decisiones, solo y únicamente, bajo la influencia de su –también- propia percepción y voluntad. Desde esta perspectiva parece que somos total y absolutamente responsables de nuestras decisiones, acciones y del camino que recorremos en la vida. 

Sí consideramos las anteriores palabras como una verdad irrefutable, estaríamos confirmando o reafirmando la existencia del Libre Albedrío, Libre Escogencia o Elección. Esa capacidad y posibilidad que -teóricamente- posee cada individuo, para escoger la mejor alternativa u opción, de acuerdo con su individual y personal criterio.  


Entonces, nuestras decisiones y acciones en los temas personales, sociales, económicos, políticos y todos lo demás, estarían basadas en nuestra capacidad y el derecho a escoger, entre una gama de alternativas posibles, la mejor opción de acuerdo con nuestro individual criterio y sabiduría. Al considerar el tema de esta manera estaríamos asignando toda la responsabilidad al individuo y desconociendo la influencia y efecto de fuerzas o variables externas, culturales y sociales, que, en mayor o menor grado, dirigen, conducen, motivan, limitan, manipulan, sesgan, reducen o restringen ese “Libre” Albedrío o libre escogencia.  

Sin lugar a duda, que la educación y la exposición a ciertos ambientes nutritivos, brindan al individuo que habita en ellos la posibilidad de desarrollar un efectivo “criterio” para dar mejor uso y ejercer ese Libre Albedrío. Por lo contrario, aquellos individuos que nacen y crecen en entornos de carencia y necesidad, con menos oportunidades, con menos formación y educación, podríamos considerar que su Libre Albedrío o libre escogencia puede llegar a ser propiedad de quien les dirige, les domina, los contrata o algo parecido.

Una persona sin nivel educativo, sin formación ni criterio suficiente, para considerar y evaluar diferentes variables y perspectivas, puede ser fácilmente manipulable por otros, cediendo su Libre Albedrío a esos otros, aunque parezca que su “libre” decisión fue cederlo. En otras palabras, y como ejemplo, si damos a alguien el control remoto del televisor, ¿Podríamos estar seguros de que  esa persona tiene el criterio para utilizar su Libre Albedrio adecuadamente y escoger la mejor y más nutritiva programación?


Algunos individuos han podido escapar de las “limitaciones de cuna o culturales”, evitando que éstas los marquen y desmotiven de manera permanente, a la vez que les impiden superar el hándicap o desventaja con la cual nacieron. Otros individuos, por lo contrario, inician la carrera de la vida más cerca de la meta, nacen en “buena cuna”, lo cual luce como una ventaja. Aunque algunos de éstos no aprecian esas ventajas y se “duermen en los laureles”, como dice la expresión, que refiere al relajarse, desganarse o descuidarse, para perder esa ventaja inicial.  

Las historias, cuentos y fábulas -con sus respectivas moralejas- citan ejemplos de personas “triunfadoras o exitosas” que lograron superar esa desventaja inicial; pero es un hecho, que existen cifras muy superiores de personas, todos anónimos, que no pudieron con el peso de su origen y cultura. Sin embargo, también ocurre que personas con alto nivel educativo y cultural, pero bajo nivel de conciencia, también son víctimas pasivas de un sistema social- cultural, que no les permite utilizar adecuadamente su Libre Albedrío y son “ovejas del rebaño”.

Es un tema de creencias y paradigmas que conforman cada sociedad y cultura, y que de alguna manera condiciona a sus integrantes bajo una particular óptica, para ver las cosas o situaciones desde una perspectiva de oportunidades o de limitaciones.

A través de la historia algunos individuos han logrado enfocar su Libre Albedrío, para convencer a otros y poner en práctica ideas y acciones que han sido de bienestar para todos. Pero también, ha ocurrido y aún ocurre, en otros lugares, que algunos individuos manipuladores y depredadores, con un libre albedrío pragmático, utilitario y hasta maligno, han conseguido sacar provecho a la ignorancia de personas, grupos y sociedades para hundirlas en la más absoluta miseria, mientras ellos alcanzan posiciones de poder y dinero.

Tristemente, millones de seres humanos tienen solo expectativas relacionadas con recibir un trozo de pan, para no morir de hambre, lo cual haría impensable considerar que van a utilizar su Libre Albedrío para otra cosa distinta que buscar comida. La ignorancia de estos individuos está al servicio de quien sepa aprovecharse de ella, y el ignorante es presa fácil de manipuladores y depredadores. Comprar, hurtar o manipular libres albedríos ha sido una rentable práctica para muchos a través de la historia de la humanidad, lo cual ha permitido a estos depredadores saciar su avaricia de poder y dinero.

La educación es herramienta clave para desarrollar y rescatar a individuos de la ignorancia, permitiéndoles evolucionar hacia la necesaria conciencia de sí mismos y de su entorno, logrando su transformación en auténticos seres humanos y sociales, capaces de utilizar adecuada y efectivamente su propio albedrío, convirtiéndose en parte activa en procesos de cambio y transformación para bienestar de todos.


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