Creemos que cada individuo tiene el poder de elegir y tomar sus propias decisiones, solo y únicamente, bajo la influencia de su –también- propia percepción y voluntad. Desde esta perspectiva parece que somos total y absolutamente responsables de nuestras decisiones, acciones y del camino que recorremos en la vida.
Sí consideramos las anteriores palabras como una verdad irrefutable, estaríamos confirmando o reafirmando la existencia del Libre Albedrío, Libre Escogencia o Elección. Esa capacidad y posibilidad que -teóricamente- posee cada individuo, para escoger la mejor alternativa u opción, de acuerdo con su individual y personal criterio.
Entonces, nuestras decisiones y acciones en los temas personales, sociales,
económicos, políticos y todos lo demás, estarían basadas en nuestra capacidad y
el derecho a escoger, entre una gama de alternativas posibles, la mejor opción de
acuerdo con nuestro individual criterio y sabiduría. Al considerar el tema de
esta manera estaríamos asignando toda la responsabilidad al individuo y desconociendo
la influencia y efecto de fuerzas o variables externas, culturales y sociales, que,
en mayor o menor grado, dirigen, conducen, motivan, limitan, manipulan, sesgan,
reducen o restringen ese “Libre” Albedrío o libre escogencia.
Sin lugar a duda,
que la educación y la exposición a ciertos ambientes nutritivos, brindan
al individuo que habita en ellos la posibilidad de desarrollar un efectivo “criterio”
para dar mejor uso y ejercer ese Libre Albedrío. Por lo contrario, aquellos
individuos que nacen y crecen en entornos de carencia y necesidad, con menos
oportunidades, con menos formación y educación, podríamos considerar que su Libre
Albedrío o libre escogencia puede llegar a ser propiedad de quien les dirige,
les domina, los contrata o algo parecido.
Una persona sin nivel
educativo, sin formación ni criterio suficiente, para considerar y evaluar diferentes
variables y perspectivas, puede ser fácilmente manipulable por otros, cediendo
su Libre Albedrío a esos otros, aunque parezca que su “libre” decisión fue
cederlo. En otras palabras, y como ejemplo, si damos a alguien el control
remoto del televisor, ¿Podríamos estar seguros de que esa persona tiene el criterio para utilizar su
Libre Albedrio adecuadamente y escoger la mejor y más nutritiva programación?
Algunos individuos han podido escapar de las “limitaciones de cuna o
culturales”, evitando que éstas los marquen y desmotiven de manera permanente, a
la vez que les impiden superar el hándicap o desventaja con la cual nacieron. Otros individuos, por lo contrario, inician la carrera de
la vida más cerca de la meta, nacen en “buena cuna”, lo cual luce como una
ventaja. Aunque algunos de éstos no aprecian esas ventajas y se “duermen en los
laureles”, como dice la expresión, que refiere al relajarse, desganarse o
descuidarse, para perder esa ventaja inicial.
Las
historias, cuentos y fábulas -con sus respectivas moralejas- citan ejemplos de
personas “triunfadoras o exitosas” que lograron superar esa desventaja inicial;
pero es un hecho, que existen cifras muy superiores de personas, todos
anónimos, que no pudieron con el peso de su origen y cultura. Sin embargo,
también ocurre que personas con alto nivel educativo y cultural, pero bajo
nivel de conciencia, también son víctimas pasivas de un sistema social- cultural, que
no les permite utilizar adecuadamente su Libre Albedrío y son “ovejas del
rebaño”.
Es un tema
de creencias y paradigmas que conforman cada sociedad y cultura, y que de
alguna manera condiciona a sus integrantes bajo una particular óptica, para ver
las cosas o situaciones desde una perspectiva de oportunidades o de
limitaciones.
A través
de la historia algunos individuos han logrado enfocar su Libre Albedrío, para
convencer a otros y poner en práctica ideas y acciones que han sido de
bienestar para todos. Pero también, ha ocurrido y aún ocurre, en otros lugares,
que algunos individuos manipuladores y depredadores, con un libre albedrío pragmático,
utilitario y hasta maligno, han conseguido sacar provecho a la ignorancia de
personas, grupos y sociedades para hundirlas en la más absoluta miseria,
mientras ellos alcanzan posiciones de poder y dinero.
Tristemente,
millones de seres humanos tienen solo expectativas relacionadas con recibir un
trozo de pan, para no morir de hambre, lo cual haría impensable considerar que
van a utilizar su Libre Albedrío para otra cosa distinta que buscar comida. La ignorancia de estos individuos está
al servicio de quien sepa aprovecharse de ella, y el ignorante es presa fácil
de manipuladores y depredadores. Comprar, hurtar o manipular libres albedríos
ha sido una rentable práctica para muchos a través de la historia de la
humanidad, lo cual ha permitido a estos depredadores saciar su avaricia de
poder y dinero.
La educación es
herramienta clave para desarrollar y rescatar a individuos de la ignorancia,
permitiéndoles evolucionar hacia la necesaria conciencia de sí mismos y de su entorno,
logrando su transformación en auténticos seres humanos y sociales, capaces de
utilizar adecuada y efectivamente su propio albedrío, convirtiéndose en parte
activa en procesos de cambio y transformación para bienestar de todos.
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