Artículo en Los Tiempos Newspaper - Miami. Edición de Marzo 2019.
Algunos siglos atrás afirmaba el genial escritor español Baltasar Gracián “El No y el Si son breves de decir, pero exigen pensar mucho”. Expresado un sí o un no, vendrá una acción que traerá una consecuencia o resultado. Un si o un no, de ninguna manera son expresiones neutras, porque están confirmando una decisión y orientan hacia una acción. Podemos definir una acción como hacer algo, no hacer nada, hablar o callar, pero es una realidad que toda acción causa un efecto.
Responder un sí o un no, bajo la
sola influencia de sentimientos y emociones, con seguridad nos traerá
problemas. Es un hecho, que muchas veces los resultados o consecuencias de las
acciones que siguen a un sí o a un no nos acompañan o persiguen toda la vida,
para bien o para mal. Un si o un no pueden cambiar nuestra ruta y nuestra vida para
siempre.
Muchas veces se nos hace difícil
medir las consecuencias de las decisiones, porque estás puede no reflejarse en
el presente inmediato, haciéndose realidad en el futuro. “En caso de duda
absténgase”, decía un líder con quien trabajé algunos años atrás. Nuestra vida
transcurre y -en buena parte- es resultado de las pequeñas decisiones de cada
día, en las cuales siempre hay un sí o un no involucrados.
Debemos ser cuidadosos al
expresar el sí o el no, para que realmente reflejen nuestra opinión, valores,
necesidades, metas y sueños. El «si» surge por defecto, se dice por default en inglés,
cuando el «no» queda sin manifestarse explícitamente; en otras palabras, cuando
no expresamos un claro y firme «No», su ausencia puede interpretarse como un «Sí».
Es importante que siempre quede claramente expresado, de nuestra parte, alguno
de los dos –o un sí o un no- porque de lo contrario la ausencia de uno podría
ser interpretada como la aceptación del otro.
Ambos “Si y No” son pequeños de
tamaño, pero grandes en impacto, consecuencias y resultados para nuestra vida y
las vidas de otros. De la adecuada elección o escogencia entre uno y otro, de
un si o un no, al momento de decidir dependerán futuros eventos y circunstancias,
que traerán consecuencias y resultados, positivos o negativos, para nuestra
vida y las de quienes nos rodean. El autor y consultor canadiense
Robert S. Sharma afirma que “Pequeñas decisiones conducen, con el tiempo, a
grandes consecuencias”. Muchos de nuestros éxitos o fracasos en la vida, han
sido resultado de un sí o un no.
Al momento de decidir, para dar
un sí o un no, deberíamos tener dos o más opciones a escoger, uno sola opción
no representa ninguna alternativa, no habría escogencia. A partir de tres
posibilidades tendríamos verdaderamente opciones. Muchas veces la tercera
alternativa representa el punto medio, el famoso Camino Medio expresado por el
sabio Buda, ese lugar de equilibrio entre dos extremos.
Pero independientemente de las
opciones que tengamos para escoger, cuando una de éstas recibe un «sí»,
estaremos dando un «no» a la otra u otras. Inclusive, por ejemplo, no
participar con nuestro voto en un proceso de elección, es haber votado por
quien ganó. "Si eres neutral en situaciones de injusticia,
has elegido el lado del opresor", expresa Desmond Tutu clérigo y pacifista
sudafricano, Premio Nobel de la Paz (1984).
“Quien poco piensa, se equivoca
mucho”, decía el genial pintor, escultor e inventor italiano Leonardo Da
Vinci. Por ello es muy importante pensar antes de expresarnos o de actuar, para
evitar o disminuir la probabilidad de equivocarnos. Buena parte del respeto al
cual no hacemos merecedores, por parte de los demás, tiene relación con nuestra
balanceada y equilibrada racionalidad, convicción y firmeza al expresar un sí o
un no. Tanto el «Si» como el «No» nos ayudan a establecer y ratificar nuestras reglas
de vida y a fijar armónicos límites, hasta los cuales pueden llegar otras
personas, sin sentirnos irrespetados.
El “Si” conlleva compromiso de
nuestra parte, porque a través de él empeñamos nuestra palabra y nos hacemos
merecedores del respeto al cumplir con lo ofrecido o prometido. De nada vale
dar un sí y adquirir un compromiso, para no ratificarlo cumpliendo.
En resumen, es muy importante ser
cautelosos cuando vamos a tomar una decisión, que implique un sí o un no,
porque no necesariamente la decisión que nos resuelve el tema o problema
puntual a corto plazo tiene garantía de éxito en el mediano y largo plazo.
Debemos ponderar sus posibles consecuencias, impacto o resultado, tomando el
tiempo necesario para evaluarlas antes de decidir, sin presiones de las cuales
arrepentirnos más adelante. El riesgo de error consistirá en decir un sí cuando
debimos haber dicho no o un no cuando debimos haber dicho sí.
Miguel
A. Terán
Psicología,
Filosofía y Coaching
Blog: www.miguelterancoach.blogspot.com
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Twitter: @MiguelATeranO
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