lunes, 18 de marzo de 2019

“Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja”. Marco Aurelio “El Sabio” (121 DC -180 DC). Emperador del Imperio Romano.


En la vida cosechamos lo que sembramos. La naturaleza no se engaña, al sembrar tomates cosechamos tomates, jamás recogeríamos pimentones. Por el contrario, en lo humano y social brindamos poca atención a las semillas y escaso o equivocado cuidado a la siembra, para finalmente extrañarnos o sorprendernos al cosechar algo que no esperábamos o no cosechar nada. Se dice que «Quien siembra vientos cosechará tempestades».



Muchas decisiones o acciones pueden requerir tiempo, incluso años, para que sintamos sus efectos; tanto así, que algunas veces nos cuesta asociar o encontrar la verdadera causa del éxito o del fracaso, de problemas o consecuencias, porque olvidamos o hicimos de esas decisiones y acciones de cada día, algo cotidiano y rutinario. Y la realidad es que muchas de esas pequeñas decisiones -de cada día- nos han traído a donde nos encontramos hoy día.

Buena parte de las crisis personales, familiares, de pareja y sociales nacen como resultado de pensar solo en nuestro intereses o beneficio individual, pero el olvidar a los otros, pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo o comunidad, más temprano que tarde pagaremos este error.  No pensar en el interés y beneficio común y considerar solo el  interés y beneficio individual es uno de los errores más comunes. Pueden pasar años, pero más temprano que tarde recogeremos el resultado.

El filósofo griego Platón nos recordaba que “Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin causa nada puede tener origen”. No reconocer la causa nos lleva solo a tratar los síntomas, pero al permanecer activa la causa el problema continuará agravándose. Entonces, el reto es buscar  siempre las causas para resolver de verdad los problemas, no solo disminuir o aplacar temporalmente los síntomas.

Y para concluir la reflexión, tengamos siempre presente que nada que no sea bueno para la colmena será de verdad bueno para la abeja, no hay que engañarse, porque no debemos olvidar que la abeja vive en la colmena y si la colmena se destruye la abeja también perecerá.  



Miguel A. Terán
Psicología, Filosofía y Coaching
Web Page: www.lidervoice.com
Twitter: @MiguelATeranO
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