jueves, 11 de octubre de 2018

El problema no es el amante que aparece, el problema es la relación que desaparece. - Miguel A. Terán

Este tema tratado desde la perspectiva objetiva de una relación de pareja, que se ha deteriorado y debilitado paulatinamente en el tiempo, ofreciendo espacios y condiciones propicias para que aparezca y pueda entrar un tercero, seguramente causará malestar en quien considera que una relación amorosa se deteriora solo por la aparición de un tercero. En otras palabras, muchas personas se convencen que antes de esa fortuita aparición del tercero,  la relación de pareja -según el afectado- estaba funcionando “perfectamente”…solo con los detallitos y dificultades “normales” de una pareja.

Para tratar de explicar este tema es necesario discutir lo referente a causas y consecuencias. En una relación de pareja que se deteriora, ese deterioro representa la causa o raíz para que aparezca o se haga visible el interés por un tercero. La consecuencia la encontramos en la aparición del tercero, quien quizá estaba allí, pero invisible ante los ojos de alguien enamorado de su pareja, hasta que el deterioro de la relación amorosa lo hizo visible y lo tentó posible.   

Algunos años atrás asistía a una clase de inglés, dictada por un profesor –que además de buen profesor en su materia- era un individuo profundamente preparado en temas humanos y sociales, y discutíamos ese día el tema de la infidelidad, en un sentido amplio, porque podemos ser fieles e infieles en muchos ámbitos.  


Este profesor refería que “Para que una relación –de cualquier tipo, inclusive por ejemplo, laboral- se deteriore deben co-existir dos factores o aspectos que convergen, los que él denominaba: “Push Factors” (aquellos factores o aspectos internos no satisfactorios de la relación que nos empujan a retirarnos y salir de la misma) y los “Pull Factors” (aquellos factores o aspectos externos a la relación que nos halan o motivan desde afuera para que salgamos). Ese nuevo amor, ese mundo de libertad, ese nuevo trabajo, ese nuevo jefe o esos nuevos retos, que están afuera de la relación son parte de los potenciales Pull Factors presentes en muchos tipos de relación.


Sin embargo, aclaremos que uno solo de estos factores, generalmente, no tendría fuerza suficiente para acabar con la relación. Salvo en aquellos casos  de relaciones altamente conflictivas y tóxicas, en las cuales la decisión de salir se da, sin que exista otra persona que actúe como Pull Factor; simplemente,  uno de los miembros de la pareja decide salir o abandonar la relación, porque ésta es de tan mala calidad,  que es fácil considerar que siempre “habrá algo mejor afuera”, aunque sea un poco de paz.


Es en ese punto de convergencia, donde coinciden y se unen dos o más variables, donde se encuentran los Push Factors y los Pull Factors, donde los factores negativos propios de la relación nos motivan a salir de ésta,  y al mismo tiempo surgen –espontáneamente o buscados- factores, alternativas o nuevas opciones externas que motivan y refuerzan esa decisión de salir y terminar la relación; en otras palabras, esos factores o aspectos que nos halan. En ese punto de convergencia está el momento de la toma de decisión, salimos o nos quedamos.


Algunas veces la decisión de terminar y salir de la relación se atrasa o nunca se hace realidad porque hay incertidumbre afuera. Los seres humanos nos acostumbramos y caemos en la llamada “Zona de Confort”, para muchos el umbral de sufrimiento en una relación -de cualquier tipo- ha subido hasta tal punto que se aguanta de todo. Siempre habrá algo de miedo de enfrentarse al exterior, más aun cuando las finanzas parecen no ser suficiente, hemos perdido el contacto con el mercado laboral o tenemos la responsabilidad de crianza de algún o algunos hijos, y otras más. Recordemos que el miedo surge de esa mezcla entre expectativas y recursos, si consideramos no poseer adecuados recursos para enfrentarnos a ese nuevo reto, tal vez la decisión sea “permanecer” en la relación. 


Y así se van los años, en una relación insatisfactoria, en la cual ninguno de los dos es ni será feliz feliz, porque los Push & Pull Factors siempre  estarán presentes como una Espada de Damocles. Con seguridad la comunicación entre ambos nunca fue buena,  y ello, impidió tratar a tiempo con amplitud de mente y corazón las mejoras y cambios necesarios. 


Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Web: www.lidervoice.com

Twitter: @MiguelATeranONota: imagen extraída de la web


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