¿Por qué y para qué evitamos enfrentar la realidad?
Miguel A. Terán
Nos desgastamos buscando atajos, escapes, excusas y culpables, en vez de ser honestos con nosotros mismos y dedicar tiempo y esfuerzos a enfrentar nuestra realidad. Refería el consultor estadounidense Stephen Covey que a la sociedad moderna le agradan las técnicas que proporcionan atajos; sin embargo, advertía que no lograremos calidad de vida tomando atajos.
No siempre es fácil reconocer, aceptar o comprender nuestra realidad, muchas veces creamos nuestras propia versión de la realidad y nos convencemos que es real. Pero “La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece”, decía el escritor y novelista estadounidense Philip K. Dick.
"Lo más fácil del mundo es negar un hecho, muchos lo hacemos, pero el hecho sigue siendo el hecho", afirmaba el escritor y bioquímico estadounidense Isaac Asimov. Hay realidades que más temprano que tarde debemos enfrentar, y entre más tiempo transcurra podría ser peor. Un milenario proverbio chino nos invita a “Excavar el pozo antes de que tengamos sed”.
Refiriéndose al amor y la realidad, expresaba el escritor y militar francés François de la Rochefoucauld, “No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay”, pero desgraciadamente "el amor es ciego". Por su parte, un autor anónimo decía que “Algunas veces, la mentira es la mejor manera de evitar el sufrimiento”; aunque tal vez sería más preciso y realista reconocer que “Algunas veces, la mentira es la mejor manera de posponer el sufrimiento”.
Las personas deben estar dispuestas a enfrentar las causas de sus problemas y evitarlas o resolverlas. Sin embargo, ocurre que algunas personas, aunque no no parezca lógico, están en su zona o nivel de confort. Si bien es cierto que el diccionario define el confort como el bienestar o comodidad material, muchas personas han ajustado sus umbrales de sufrimiento psicológico para adaptarse, hasta el punto de sentirse cómodos en alguna situación de sufrimiento, que quizá sería insoportable para otras personas. Y en ese "nivel de confort" no creen necesario enfrentar la realidad o ésta se les diluye.
En innumerables oportunidades, también ocurre que el problema y sus consecuencias son más graves en nuestra mente que en la realidad, por ello el psicólogo y escritor estadounidense Wayne W. Dyer refería “La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación". O quizá debemos considerar lo expresado por Michael de Montaigne "Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron". Debemos ser cuidadosos para no exagerar "la realidad" y convencernos de un problema que tal vez solo existe en nuestra mente.
Es válido tener presente que -generalmente- los problemas o situaciones no resueltas siguen creciendo y complicándose con el paso del tiempo. No entender la causa o causas de nuestra realidad incrementa la probabilidad de condenarnos a repetir los mismos errores del pasado y desperdiciar un importante aprendizaje. El filósofo contemporáneo español Fernando Savater, refiere que solo nuestra ignorancia de cómo están o estaban las cosas en el momento A justifica que nos sorprendamos de lo que pasa u ocurre luego en el momento B.
Y para concluir, tengamos presente las palabras de la filósofa y escritora rusa Ayn Rand “Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de ignorar la realidad”. En otras palabras, en algún momento, nos guste o no, la realidad nos atrapará, de manera tal que es mejor ser realista “poner los pies sobre la tierra” y enfrentarla a tiempo.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Web: www.lidervoice.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
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