Expresaba el escritor y
sociólogo británico John Ruskin: “No hay música en la «pausa», pero la pausa
forma parte integral de la música. La gente está pasando siempre por alto esa
parte de la melodía de la vida”.
A mi entender, reducir la
velocidad o ritmo, transitando con “menos prisa”, no tiene el mismo efecto ni beneficio que
tomar una pausa. Sin embargo, por diversas razones y variados intereses, las sociedades “modernas” se han convertido
en lugares de prisas y de escasas pausas.
Por ello, es común transitar por la vida llenos de múltiples compromisos
y presiones, que nos llevan a toda prisa y sin ninguna pausa.
En unas líneas tomadas de un
artículo escrito para La Nación Revista, con fecha 16 de Septiembre de 2018, del
brillante ensayista, narrador y periodista argentino, Sergio Sinay, éste nos
ratifica que: “La velocidad, la
aceleración, la inmediatez y el apuro moldean el carácter del ser humano
contemporáneo, esa criatura que corre siempre, aunque ya no sepa por qué ni
para qué. Hay que estar (dónde, es lo de menos), hay que llegar (a qué meta, no
importa), no se puede perder tiempo (aunque “ganarlo” no alargue la vida, sino
que a menudo impida tomar contacto con ella). Todo momento de inactividad es
considerado perdido. Como los hámsteres que corren en la rueda hasta el
agotamiento y sin llegar a algún lado. En esa dinámica no cabe el vacío, el
espacio en blanco. Sobre todo en estos tiempos productivistas y exitistas. Hay
que hacer algo, lo que sea hay que llenar los espacios y los minutos”.
En esa prisa y ansia por hacer
siempre “algo” parece una herejía o un desacierto tomar las pausas necesarias para
reflexionar, para ajustar nuestra ruta, y sobre todo, para saborear y disfrutar logros. Esto último hace realidad
las palabras del pensador estadounidense Ralph Waldo Emerson cuando afirmó que “El
éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se
obtiene”.
A continuación menciono algunos
beneficios de las pausas en la vida:
1. La pausa nos permite
verificar la ruta que llevamos y determinar -a tiempo- cualquier desvío del trayecto originalmente trazado.
2. La pausa nos permite el necesario tiempo y espacio para
pensar y reflexionar. Evitando que reaccionemos ante acontecimientos y eventos,
para no vivir la vida arrastrados por las emociones y pasiones.
3. La pausa, al ofrecernos tiempos y espacios de
reflexión, evitará que perdamos
el balance requerido para llevar una vida
armónica y equilibrada.
4. La pausa impide que vivamos
entre emergencias y urgencias, enfocándonos en lo realmente importante y
prioritario.
5. La pausa evita que agotemos
las energías, optimizando nuestros recursos, al enfocarnos
en nuestras prioridades y objetivos.
6. La pausa permite tomar el
tiempo, espacio y momento para saborear y disfrutar los logros alcanzados,
dejándolos grabados en nuestra mente y corazón.
7. La pausa brinda la
oportunidad de reconocer nuestros aciertos y errores, obteniendo de unos y
otros –luego de reflexionar- el necesario aprendizaje, para repetir los
primeros y evitar los segundos.
8. La pausa permite tiempo para
soñar.
9. La pausa permite llenarnos de
paz al dejar a un lado afanes e incertidumbres.
Si bien es cierto que debemos
planificar y tomar pausas en nuestra vida, es importante tener presente que el
éxito de la pausa consiste en tomarla en el momento y tiempo que la requerimos.
No es posible lograr beneficios al acumular pausas y tomarlas juntas.
Adquirir conciencia de la
necesidad de tomar las necesarias pausas de vida es parte importante de una
vida con sentido.
Miguel A. Terán
Psicólogo, Coach, Orador y Escritor.
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Excelente artículo Miguel. Gracias por ayudarnos a reflexionar acerca de lo que estamos haciendo por nosotros mismos y por los demás. Feliz dia.
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