lunes, 18 de julio de 2016

No podremos vivir en paz al dejarnos atrapar por el chantaje emocional, en cualquiera de los roles, como víctimas o victimarios. Miguel A. Terán

No podremos vivir en paz al dejarnos atrapar por el chantaje emocional, en cualquiera de los roles, como víctimas o victimarios.
Miguel A. Terán

El chantaje emocional es una forma de control y manipulación, burda o sutil,  consciente o inconsciente, que utiliza el sentimiento de culpa, la percepción de obligación o el miedo para incomodar a otra persona y conseguir que ésta actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor solo de quién ejecuta el chantaje.   
El chantajista emocional no necesariamente es una mala persona, en muchos casos es una víctima de su propia tragedia, real o ficticia. Hay mucho de inconsciencia en buena parte del chantaje emocional. No obstante,  es necesario reconocer y aceptar que existen chantajistas emocionales “profesionales”, aquellos individuos quienes están conscientes de los beneficios que les produce su estrategia, aunque a la larga terminen siendo sus propias víctimas, como explicaremos líneas adelante. 
Para el chantajista emocional el problema es solo, exclusiva y únicamente su problema, no desea entrar en consideraciones acerca del problema o problemas de la otra persona, el interés es que ésta comprenda “su problema” y proceda en consecuencia a ayudar a resolverlo; por su puesto, de la manera que el chantajista desea o le conviene. 
La mayor parte de las veces un consejo o una sugerencia, por real y racional que parezca,  está de más, porque las peticiones del chantajista son más concretas y materiales, menos filosóficas. “Tengo problemas económicos, por favor guarda tus discursos, y dame o préstame dinero”, será el planteamiento en la mente del chantajista.   
Alternativas de solución al problema o de mejora en las circunstancias del chantajista deben ser responsabilidad del mismo chantajista, pero éste no quiere o no puede considerarlas, su interés radica en que otro solucione su problema. Su permanente y continua queja,  lamento y “sufrimiento” es su herramienta de chantaje”.   
El contacto frecuente y regular con chantajistas emocionales, nos involucra de tal manera en su problema y su día a día, que terminamos sufriendo con él o ella, y apoyándoles en la toma de decisiones y luego convirtiéndonos en co-responsables, en caso que las cosas no salgan bien. Es importante tener presente la sabia frase del filósofo y matemático griego Pitágoras de Samos “Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te sientas obligado a llevársela”. 
Algunas veces olvidamos la satisfacción de nuestras propias necesidades para complacer los deseos o caprichos del chantajista. Ellos pueden lograr que sientas lástima de su particular situación, por eso escogen a la persona más débil de temperamento, aquella que le será más difícil decir que “No”.  El reconocido psicólogo y escritor argentino Bernardo Stamateas establece una diferencia entre la culpa real, aquella que se produce cuando se transgrede una ley;  y la culpa tóxica,  cuando los sentimientos de culpa provienen de causas emocionales. En el chantaje emocional la víctima confunde la culpa tóxica con la real, llenándose de “deberías” y obligaciones que no le pertenecen, porque en realidad son compromisos y responsabilidades del chantajista. 
Uno de los principales robos que puede hacernos el chantajista emocional, es quitarnos la paz, aunque es nuestra responsabilidad conservarla. Es un hecho que una simple llamada telefónica, acompañada del chantaje emocional, aunque el asunto no sea una auténtica tragedia, puede acabar con la paz de quien recibe el chantaje. El chantajista logra transformar nuestra energía y perder el enfoque de nuestros propios problemas, para sufrir y atender los suyos. 
El chantajista emocional solo muestra lo malo que le ocurre, escondiendo lo bueno, para que sus argumentos estén acorde al papel o rol de víctima. Sin embargo, las redes sociales han logrado que el chantajista –no profesional- cometa errores, al aparecer en las redes sociales en alguna actividad que no se corresponde con sus supuestas dificultades y sufrimientos.   
También es cierto que el chantajista, en muchos casos, es su principal víctima, porque cae en su propia trampa, al descalificarse, restando o dividiendo sus logros y disfrutes, a la vez que suma y multiplica penas y sufrimientos,   para convencer a otros, sin darse cuenta que se chantajea y sabotea a sí mismo, sufriendo doblemente sus reales y ficticias circunstancias y problemas. 
Es necesario comprender que el problema no es solo del chantajista, el problema es también de quien permite ser chantajeado y manipulado, recibiendo toda esa carga negativa.  Al respecto el Dalái Lama recomienda: “Deja ir a personas que solo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente”. 
No tienes que sentirte culpable, porque la realidad es que la otra persona ha sido autora de sus propias decisiones, acciones y resultados. Cada quien y cada cual tiene sus diarias circunstancias y luchas, tú tienes las tuyas propias, tal vez más complejas pero las asumes y batallas por superarlas, sin cargarlas ni endosarlas a otros.   Nadie está libre de esa diaria lucha. 
El chantajista emocional, puede estar lleno de envidias al considerar que la otra persona está en mejores condiciones o que la suerte ha sido más generosa con ese otro que debe ayudarle. Sin embargo, tiempo atrás reconocía el poeta italiano del siglo XVIII, Pietro Metastasio: “Si las íntimas preocupaciones de cada cual se leyeran escritas sobre su frente !Cuántos que causan envidia nos generarían lástima!”.
Les invito a ser críticos y honestos porque no siempre somos tan buenos como para ser solo víctimas del chantaje emocional, muchas veces somos o hemos sido nosotros los chantajistas, pero también víctimas al fin y al cabo de nuestra propia novela. Y finalmente, no olvidemos que existe la posibilidad que seamos nosotros mismos nuestros propios chantajistas emocionales.

Julio 18, 2016.

Miguel A. Terán
Psicólogo, Coach, Orador y Escritor.
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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