“La felicidad nos exige que aprendamos a
diferenciar los «quiero» de los «debo» y los «tengo».
Miguel A. Terán
Definitivamente, no es lo mismo querer hacer algo,
que deber o tener que hacerlo. Los «debo» y «tengo» parecen estar más cerca de
los deberes que de los placeres. Son obligaciones –generalmente- atadas a
leyes, normas, ideas, compromisos, responsabilidades, convencionalismos,
respeto, gratitud, etcétera, por lo cual no siempre están relacionados con los
“quiero”. Por lo contrario, cuando queremos hacer algo, independientemente que
tengamos el deber de hacerlo, la sensación y el compromiso son diferentes.
En la medida en que los “debo” y “tengo” se separan más de los «quiero», ampliándose la brecha entre ellos, nos llenamos de compromisos y escasos o pocos placeres. Es un hecho que somos criados con la equivocada idea que la vida tiene muchos deberes y menos placeres. Buena cantidad de esos deberes son parte de nuestra cultura social y familiar. Un viejo refrán dice “Primero el deber y luego el placer”.
Por su parte, los «quiero» reflejan convicción,
deseo, voluntad o determinación, lo que los ubica más cerca del disfrute y
placer. En realidad, lo sensato es la adecuada mezcla y equilibrio entre
placeres y deberes, para poder llevar una vida con sentido, productiva y de
disfrute. Nuestra salud psicológica y emocional depende del balanceado y equilibrado
manejo de deberes y placeres.
Mucho de lo que disfrutamos hoy día ha sido
resultado de algún esfuerzo, propio, ajeno o de generaciones anteriores.
Disfrutar de un buen trabajo y una buena remuneración, son resultado de
años de esfuerzo en estudios y dedicación. Alcanzar y conservar una sana,
comprometida y placentera relación de pareja, no se logra de la noche a
la mañana. Todo tiene un costo; no obstante, nuestra actitud es
indispensable para que el esfuerzo continuo y sostenido en el cumplimiento de
ciertos deberes, logre ser placentero.
También es cierto que algunos deberes pueden
convertirse en placeres, solo requerimos tener cuidado que no los solapemos al
extremo con otras áreas de nuestra vida. Debemos estar claros que por más
placer que pueda traernos alguna actividad, por ejemplo, el trabajo, no es sano
que éste hurte el tiempo de familia o descanso. Debemos tener presente, que
concebir una vida solo de placeres podría hacerle perder sentido a la
existencia o desvirtuar la razón de vivir.
Sin duda, que los «debo» y «tengo» están llenos de
expectativas, propias y ajenas, que generan ansiedad y angustia. El límite a
las expectativas debemos establecerlo nosotros mismos, ya que lo más importante
es encontrar el sano equilibrio. Aprender a sentirnos satisfechos con lo que
hacemos, cuando hemos dado nuestro mejor esfuerzo, evita caer en la
búsqueda de esos «debo» y «tengo» extremos.
Es igualmente necesario reconocer que algunos
“quiero»” no nos pertenecen, simplemente los hemos adquirido de convencionalismos,
“necesidades” o adoctrinamiento social, y terminamos asumiéndolos como
nuestros, pero no son nuestros. Una característica de éstos «quiero»
artificiales, es que nunca llegan a satisfacerse del todo, porque no están
atados a necesidades, están atados a deseos.
También hay quienes retoman sus deberes solo
cuando le son recordados, mientras tanto son más exigentes con los deberes de
los demás. Sin embargo, vale la pena tener presente las palabras del escritor
belga Maurice Maeterlinck, quien expresó: “El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del
deber”.
Parece un hecho que casi todas las actividades
humanas, inclusive el amor, al desvirtuarse por el camino se acompañan de
muchos «debo»” y «tengo», olvidándonos de los “quiero”, lo que hace perder el
sentido original a las actividades que emprendemos. Hagamos el esfuerzo
por lograr que nuestros «debo» y «tengo», sea parte de nuestros «quiero»
reales.
Julio 05, 2016.
Miguel A. Terán
Psicólogo y Coach.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
No hay comentarios:
Publicar un comentario