viernes, 31 de julio de 2015

La importancia de respetar las diferencias y opiniones. Miguel A. Terán

La importancia de respetar las diferencias y opiniones.
Miguel A. Terán

El respeto comienza con el que merecemos y nos brindarnos a nosotros mismos. “Ante todo, respetaos a vosotros mismos”, decía Pitágoras de Samos, filósofo y matemático griego. “Respétate a ti mismo y otros te respetarán”, expresaba el filósofo chino Confucio. Mientras que el político y pensador hindú Mahatma Gandhi, afirmaba “No puedo concebir una mayor pérdida que la pérdida del respeto hacia uno mismo”. 
Podemos discrepar, disentir o estar simplemente en desacuerdo  con las opiniones y actuaciones de otros, pero ello es parte del vivir y compartir en sociedad. Simplemente no somos iguales, pero el problema sucede cuando al opinar o actuar olvidamos la universal Regla de Oro, un principio moral que nos indica que debemos “tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros” y “no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros”. 
El escritor y empresario estadounidense Dale Carnegie invitaba a demostrar respeto por las opiniones ajenas, indicando que jamás debemos decir a una persona que está equivocada. Simplemente es su punto de vista. Cuando caemos en irrespeto, no podemos conocer –ni precisar- con antelación las dimensiones de la repuesta de quien se siente irrespetado, pudiendo ocurrir desde casi nada hasta cualquier acto de locura. 
Debemos ser asertivos para hacer saber a los demás cuándo nos sentimos irrespetados, porque de lo contrario nos arriesgamos a continuar siendo, cada vez –quizá- de peor manera.  La expresión “Respeta para que te respeten”, afirma que el respeto es de doble vía. 
La mayoría de los conflictos tiene dos caras, decía el consultor y escritor estadounidense Stephen Covey, porque “Estamos acostumbrados a  pensar en términos de mi equipo contra tu equipo”. Y él mismo Covey ratificaba que cada alternativa está arraigada en una mentalidad muy concreta, que ve las cosas o lo que ocurre solo de esa manera. Aunque la misma naturaleza deja un claro mensaje al ofrecernos un mundo lleno de tonos y matices, no solo en blanco y negro. 
“Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión”, recomendaba el escritor inglés William Shakespeare. Es importante esforzarnos y comprender diferentes puntos de vista, porque es un hecho que nosotros no tenemos el privilegio de ser únicos poseedores de la verdad. 
Una discusión de ideas permite conocer mejor nuestra opinión, siempre y cuando,  tengamos mente abierta y disponibilidad a escuchar y considerar diferentes puntos de vista, porque seguramente enriqueceremos o modificaremos el nuestro.  Al respecto el famoso escritor argentino Jorge Luis Borges, expresaba “Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones”. 
El escritor y filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau reconocía que “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”. El respecto, tampoco debe confundirse con el miedo. Respetar implica aceptar las diferencias ideológicas, de raza, religión, sociales, económicas y muchas otras, enmarcadas o delimitadas por la Regla de Oro.   
Al reconocer y aceptar la existencia del otro, del diferente a mí, puedo comenzar a entenderlo y comprender  sus motivos, perspectivas y puntos de vista, puedo considerar sus derechos.  El político y Presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy dijo “Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”. Una de las más sencillas formas de respecto es brindar a otros nuestra sincera y honesta escucha, para tratar de entender sus argumentos y motivaciones, buscando complementar ideas en beneficio de todos.

Julio 31, 2015. 

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


martes, 28 de julio de 2015

El tiempo de calidad en la crianza de nuestros hijos: ¿Utopía, excusa, posibilidad o realidad? Miguel A. Terán

El tiempo de calidad en  la crianza de nuestros hijos: ¿Utopía, excusa, posibilidad o realidad?
Miguel A. Terán 

El uso o dedicación de tiempo a algo o alguien es un tema difícil de balancear y equilibrar, dependiendo de la prioridad que otorguemos a las diferentes responsabilidades de nuestra vida. Una conocida expresión popular refiere que “urgente mata importante”. Hoy día existen posiciones encontradas en el tema del tiempo que dedicamos y el qué deberíamos dedicar a nuestros hijos, para lograr el objetivo de criarlos y formarlos como ciudadanos e individuos en paz y felices. 
El epicentro del problema podría ubicarse en los progenitores, quienes preocupados por los temas económicos  para cubrir las necesidades de vivienda, alimentación, seguridad, salud, educación y otras, junto a las angustias por las incertidumbres del futuro, descuidan su función de educadores y formadores de sus hijos. 
Parece realidad que hemos venido perdiendo tiempos y espacios para nuestros hijos, pareja y descanso, preocupados por temas económicos reales y ficticios.  Y queda aquí, visiblemente expuesta, una falla de la sociedad, al no tomar conciencia del proceso de deterioro familiar,  en razón del desequilibrio trabajo-familia, cuyas consecuencias repercutirán –con mayor contundencia e impacto- no solo en la familia, sino en la misma sociedad. 
El escaso tiempo “disponible” para la crianza de los hijos puede dejar en éstos profundos vacíos en afectos y otras necesidades de orden psicológico, que podrían intentar llenarse en lugares menos adecuados, entre amigos o bajo la peligrosa tutela de la televisión e internet. 
Muchos niños son saturados de actividades adicionales, para entretenerles mientras los padres trabajan, otros quedan a su “libre albedrío” y otros bajo la “formación” de la televisión e internet. Es un hecho que las relaciones no se construyen “Overnight” o de la noche a la mañana, por ello no es fácil pretender tener una buena relación con nuestro hijo adolescente cuando esa relación no fue cultivada ni abonada durante los años anteriores. Algunas veces criticamos en nuestros hijos los resultados de nuestros propios errores. 
En un pasado, no muy lejano, los niños disponían de mamá a tiempo completo, luego con la incorporación de la mujer al campo de trabajo esa dedicación cambio. Una frase nos recuerda que siempre podemos hacer dinero, pero no siempre podemos lograr recuerdos. Los momentos pasan y son irrepetibles, en ese aspecto el tiempo no perdona. 
No disponer de tiempo es un tema de prioridades, porque siempre habrá tiempo para lo que consideramos prioritario. Decía San Agustín, que “No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo”. Por su parte, Stephen Covey, el consultor y orador estadounidense planteaba “Tienes que decidir cuál es tu máxima prioridad y tener el coraje de decir “no” a otras cosas”. 
Los divorcios y separaciones de parejas agregan otro condimento al problema, que sería complicado de explicar en estas cortas líneas, pero que muchos lo hemos vivido y es una realidad. El apoyo familiar por diversas razones ha perdido protagonismo. La familia expandida que era un punto de apoyo, en tiempos anteriores,  ya no lo es tanto hoy día,  cuando cuesta conseguir una abuela que disponga de tiempo para cuidar nietos. 
No importa la cantidad de tiempo que pasamos juntos, si no la calidad de lo que hacemos mientras compartimos, consideran algunos. Por su parte, otros critican su falta de dedicación a los hijos. En algunas oportunidades, tal vez será tiempo de calidad y en otras será necesario simplemente la mayor cantidad de tiempo posible, depende de cada caso, momento y situación. 
La clave parece ser retomar la cercana relación con nuestros hijos como una fórmula para construir y desarrollar familias sólidas, en principios y valores, que ayudarán a construir una sociedad sólida y feliz.

Julio 29, 2015. 

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


lunes, 27 de julio de 2015

No evites considerar que algo está mal. Miguel A. Terán

No evites considerar que algo está mal.
Miguel A. Terán

Se dice que la negación es el argumento favorito de la ignorancia. Cuando algo que no teníamos considerado ni menos planificado ocurre, podemos tratar de resolverlo de la mejor manera posible o –simplemente- negar su existencia, dejando a un lado la realidad y creando la nuestra propia. Esta negación, alejamiento o no aceptación de la realidad, puede ser voluntaria e involuntaria, y de alguna manera tiene relación con los recursos, posibilidades, inseguridades o miedos que percibimos o sentimos al enfrentar la realidad. 
Ante tal situación las personas pueden recurrir a diferentes alternativas,  entre ellas desviar su atención a otro tema, dejando a un lado el problema o simplemente negándolo. Pero es un hecho que nuestra negación no resuelve nada, ya que el daño o la amenaza continúa, independientemente de nuestra decisión de no hacer nada al respecto. Pequeños problemas pueden convertirse en verdaderas pesadillas con el paso del tiempo. 
Al negar la realidad quedamos expuestos, débiles, vulnerables o en riesgo ante los hechos que negamos. Porque al negarlos, no hacemos nada más al respecto. Una decisión seguida de la acción tiene su máximo valor en el momento justo, el tiempo es elemento clave para tomar decisiones y acciones. 
La negación tiene componentes sociales y culturales; por ello, muchos temas no bien aceptados por la sociedad son negados por los individuos, cuando les ocurren, porque pueden significar demostración de debilidad, errores, ignorancia y otros calificativos negativos.   
Cuando negamos la realidad es que no queremos ver, enfrentar o aceptar información con hechos que ratifican las verdades de lo que estamos negando. La realidad puede ser dolorosa, porque puede exigir que hagamos cambios que nos sacan de nuestro nivel de confort o llevarnos a sentir culpables, además de frustrarnos cuando consideramos no saber cómo enfrentarla. 
Podemos negar algo, pero -para ello- requerimos verificar previamente lo que rechazamos, evitando hacerlo solo por miedo o temor a enfrentar problemas o situaciones dolorosas, que nos causarían  ansiedad y angustia. Decía el escritor y científico Isaac Asimov, que  “Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho”. 
Son muchas las oportunidades en que dedicamos más tiempo a racionalizar y justificar lo ocurrido que a tratar de resolver lo que debe ser resuelto. Expresaba el industrial estadounidense Henry Ford, que “La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos”. 
Pretender vivir en un mundo de sueños y fantasía, en el cual todo es positivo, no es una opción muy terrenal. La vida nos presenta múltiples situaciones, circunstancias, retos y más, que debemos enfrentar con la mejor actitud, prepararnos para ello y estar conscientes de la oportunidad de desarrollarnos y crecer que brindan, pero requerimos decidir y actuar. 
Para concluir, si requerimos hacer cambios en nuestra vida es necesario comenzar por eliminar la negación en esos aspectos que nos están afectando. Una vez aceptemos lo que está ocurriendo como una realidad, podemos considerar alternativas de solución. Muchas veces requeriremos ayuda profesional para alcanzar cambios en algunos aspectos difíciles de reconocer y resolver.  Tengamos presente que al negar lo que ocurre, ignoramos y rechazamos la opción y necesidad de cambio, pero debemos asumir las consecuencias de esa negación.
  
Julio 28, 2015. 

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


Sin confianza no hay presente ni futuro. Miguel A. Terán

Sin confianza no hay presente ni futuro.
Miguel A. Terán

La confianza es un elemento básico para que funcionen adecuadamente los sistemas humanos. Sin confianza no son viables parejas, familia, amistades, equipos de trabajo, empresas ni siquiera la sociedad en su conjunto. 
Sin esa esperanza, seguridad y ánimo que nos da la confianza será imposible iniciar  alguna relación humana o social con perspectivas a largo plazo. Hasta en lo personal es imposible vivir sin confianza en nosotros mismos, porque no creeríamos en nuestras capacidades para lograr lo que soñamos, necesitamos, deseamos o requerimos hacer. 
La confianza es un voto de confianza en la conducta futura de alguien o en algo, por lo cual conservarla o perderla dependerá  de la actuación de la otra persona o de lo que ocurra con ese algo. Al confiar casi nos atrevemos a predecir conductas, comportamientos o resultados. 
Por lo contrario, en la medida en que surge la desconfianza aparece la incertidumbre, porque desaparece lo normal, regular o predecible. La desconfianza nos obliga a crear  normas, reglas y leyes para garantizar que las conductas ocurran de acuerdo a un beneficio colectivo no a uno individual. 
Al intentar establecer normas, reglas o leyes estrictas estamos reflejando la posible desconfianza en el cumplimiento de sus deberes por parte de las personas a las cuales van dirigidas las mismas. 
Las instituciones sociales y las organizaciones en general requieren de la confianza para el logro de sus objetivos. Los gobiernos deben esforzarse por ganar y conservar la confianza de sus ciudadanos para que los proyectos de ciudades, estados y países sean factibles de convertirse en realidad. 
La mezcla de confianza e ignorancia es potencialmente peligrosa, hasta el punto que un autor anónimo afirmaba que lo peor de la ignorancia es que a medida que se prolonga, adquiere confianza. 
Pero debemos reconocer que la confianza, como tantas otras cosas,  es difícil de ganar y fácil de perder. En una expresión popular la comparamos con una copa de cristal, la cual podemos pegar, una vez rota, pero nunca será igual.

Julio 27, 2015. 

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).