lunes, 27 de julio de 2015

Sin confianza no hay presente ni futuro. Miguel A. Terán

Sin confianza no hay presente ni futuro.
Miguel A. Terán

La confianza es un elemento básico para que funcionen adecuadamente los sistemas humanos. Sin confianza no son viables parejas, familia, amistades, equipos de trabajo, empresas ni siquiera la sociedad en su conjunto. 
Sin esa esperanza, seguridad y ánimo que nos da la confianza será imposible iniciar  alguna relación humana o social con perspectivas a largo plazo. Hasta en lo personal es imposible vivir sin confianza en nosotros mismos, porque no creeríamos en nuestras capacidades para lograr lo que soñamos, necesitamos, deseamos o requerimos hacer. 
La confianza es un voto de confianza en la conducta futura de alguien o en algo, por lo cual conservarla o perderla dependerá  de la actuación de la otra persona o de lo que ocurra con ese algo. Al confiar casi nos atrevemos a predecir conductas, comportamientos o resultados. 
Por lo contrario, en la medida en que surge la desconfianza aparece la incertidumbre, porque desaparece lo normal, regular o predecible. La desconfianza nos obliga a crear  normas, reglas y leyes para garantizar que las conductas ocurran de acuerdo a un beneficio colectivo no a uno individual. 
Al intentar establecer normas, reglas o leyes estrictas estamos reflejando la posible desconfianza en el cumplimiento de sus deberes por parte de las personas a las cuales van dirigidas las mismas. 
Las instituciones sociales y las organizaciones en general requieren de la confianza para el logro de sus objetivos. Los gobiernos deben esforzarse por ganar y conservar la confianza de sus ciudadanos para que los proyectos de ciudades, estados y países sean factibles de convertirse en realidad. 
La mezcla de confianza e ignorancia es potencialmente peligrosa, hasta el punto que un autor anónimo afirmaba que lo peor de la ignorancia es que a medida que se prolonga, adquiere confianza. 
Pero debemos reconocer que la confianza, como tantas otras cosas,  es difícil de ganar y fácil de perder. En una expresión popular la comparamos con una copa de cristal, la cual podemos pegar, una vez rota, pero nunca será igual.

Julio 27, 2015. 

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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