domingo, 4 de octubre de 2015

¿Cuándo volverá a ocurrir? Miguel A. Terán

¿Cuándo volverá a ocurrir?
Miguel A. Terán

Cuando algo deseado o indeseado ocurre o nos ocurre, será muy importante analizar y evaluar los posibles motivos, necesidades o causas que lo produjeron o que permitieron que ocurriera. La idea de ese análisis y evaluación es propiciar alternativas para que se repita lo deseado, y evitar o eliminar la posibilidad de que se repita lo indeseado. Entonces, en el caso de algo indeseado o negativo, requerimos no solo atacar los síntomas, consecuencias o el problema, sino comprender sus causas, motivaciones y raíces, para resolverlo de manera definitiva. 
No hacer nada al respecto cuando ocurre algo deseado o algo indeseado, significaría perder la oportunidad de reflexionar y aprender la lección que nos deja la experiencia. Por lo contrario, la idea es tratar de comprender las variables y cómo éstas inter-actúan y evolucionan, para no quedar en manos de las circunstancias o del supuesto azar, confiados en que vuelva a ocurrir lo mejor y simplemente rogando o rezando para evitar lo peor. 
Eventos que representan algún fracaso personal, porque las cosas no salieron como esperábamos, deseábamos o planificamos, por ejemplo, en el caso de un divorcio, dedicarnos a repetir una nueva experiencia de pareja, sin haber considerado nuestra alícuota de culpa en el fracaso anterior, ni realizar cambios en nuestras actitudes, paradigmas y conductas, prácticamente garantizan un nuevo fracaso, solo es cuestión de tiempo. 
Igualmente, fracasos en el plano laboral, profesional, académico, educativo, económico, político, social o de otro tipo, tanto en personas como en sociedades, deben llevar a considerar las razones o causas, no solo justificaciones ni búsqueda de culpables, distintos  a nosotros mismos, porque –la realidad es que- en algo hemos fallado, individual o colectivamente. Un evento o circunstancia que se repite debe ser motivo de reflexión y aprendizaje, así como de cambios, cuando es obvia la necesidad de hacerlo o establecer nuevas reglas.   
Atribuir a la suerte lo ocurrido o buscar justificaciones de todo tipo, nos alejan del encuentro de las razones y de la necesidad de cambio.  El famoso científico Albert Einstein afirmó "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Una frase reconocida y –aparentemente- sencilla de interpretar, pero no tan fácil de practicar. Algunos consideran a esa insistencia como perseverancia, pero en otros casos, podría ser solo demostración de una absoluta y simple testarudez.   
Cuando un obstáculo es imposible de superar, decía la escritora, profesora y filósofa francesa Simone de Beauvoir, la testarudez es una estupidez. Por su parte el también francés Jean-Baptiste Alphonse Karr, crítico, periodista y novelista, consideraba que “Nos gusta llamar testarudez a la perseverancia ajena, pero le reservamos el nombre de perseverancia a nuestra testarudez”. 
Lo difícil parece ser alcanzar el adecuado y balanceado criterio para reconocer cuando “ya es suficiente”, procediendo a analizar y evaluar eventos, circunstancias y cambios, para realizar los ajustes correspondientes, buscando el equilibrio perdido.  Una vieja frase de autor desconocido recuerda que "La vida nos pondrá obstáculos, pero los límites los ponemos nosotros mismos". Límites muy cortos impedirán alcanzar logros, factibles; por el contrario, límites muy amplios, pueden representar claro riesgo de fracaso, debido al desequilibrio que, generalmente, éstos producen en los diferentes aspectos o elementos involucrados.     
Refiere Paulo Coelho en su libro El Alquimista que “Todo lo que sucede una vez puede que no suceda nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá, ciertamente, una tercera”. Entonces, el reto parece ser lograr que algunas cosas deseadas ocurran, más de una vez,  para que se repitan; y evitar que lo indeseado ocurra, y en extremo que ocurra solo una vez, para evitar que se repita. 
En nuestras manos está la posibilidad de hacer que las cosas cambien y no vuelvan a repetirse de igual manera. “Si no te gusta donde estás ¡Muévete! No eres un árbol”, expresaba el orador estadounidense Jim Rohn. En el caso de eventos negativos, no hacer nada para evitarlo, esperando que las cosas cambien por homeostasis, no evitará que el evento vuelva a ocurrir de similar manera, solo será cuestión de tiempo.

05 de Octubre de 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.


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