¿Por qué nos arriesgamos a perder lo que hemos
alcanzado?
Miguel A. Terán
Pasamos la vida luchando en busca de hacer
realidad sueños, objetivos y metas, para una vez alcanzados, cometer garrafales
errores que nos hacen perder de un solo golpe esos sueños y el esfuerzo de
años.
Muchas veces el error que cometemos puede
afectarnos solo a nosotros, pero otras veces –la mayor parte- afectamos a
otros. Incluso, contribuimos activa o pasivamente, en la ejecución, evolución y
desarrollo de errores colectivos, que deterioran y pueden llegar a destruir
familias, equipos, empresas, sociedades y hasta países.
Después de tanto luchar podemos perder trabajos,
profesiones, negocios, amistades, amores, libertades, fortunas y mucho más.
Llegamos a sentimos tan llenos de éxito y tan envanecidos, que consideramos que
el éxito nos pertenece y, sin darnos cuenta, somos víctimas de nuestro propio
éxito, luego de haber olvidado que nada es tan traicionero como el éxito.
Algunas veces llevamos ese éxito más allá de
razonables límites, al llenarnos de ego, soberbia y arrogancia. Negamos
realidades y verdades, sintiéndonos únicos poseedores de éstas, hasta un
punto que enceguecemos. Si ese éxito es acompañado de poder, entonces, lo usual
es rodearse de individuos que solo nos dicen lo que queremos escuchar.
Parece válido que antes de iniciar la búsqueda del
tan ansiado éxito, requerimos comenzar definiendo ¿Qué es para nosotros el
éxito?, pregunta que al responder nos permitirá saber cuándo lo hemos alcanzado
y detenernos a tiempo, antes que comencemos a transitar en camino hacia
fracaso. “Hay que saber dónde está el límite para poder llegar”, decía el
escritor y crítico francés Jean Cocteau.
No debemos olvidar que el verdadero éxito requiere
equilibrio, para estar satisfecho en los diferentes aspectos de nuestra vida.
No es posible sacar una media aritmética –en términos estadísticos- o un
llamado promedio en lenguaje coloquial, relacionado con el éxito personal.
Sería imposible sumar éxitos y fracasos en lo individual, familiar, pareja,
hijos, profesión, trabajo, finanzas, amistades y otros, para obtener un
promedio válido. Cómo haríamos para ponderar, otorgar valor o determinar el
adecuado peso de cada uno para lograr promediarlos.
Lo sano es cuidar y proteger nuestros logros. Esa
falsa seguridad con que nos engaña el ego nos lleva a descuidar lo logrado y,
muchas veces, cuando nos damos cuenta, ya es demasiado tarde para recuperar lo
que hemos perdido. El riesgo es perder lo alcanzado y muchas veces hasta
un poco más.
22 de Septiembre 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
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