miércoles, 2 de septiembre de 2015

Participar con nuestro voto en los procesos electorales, no es una opción, es una obligación y compromiso con el futuro. Miguel A. Terán

Participar con nuestro voto en los procesos electorales, no es una opción, es una obligación y  compromiso con el futuro.
Miguel A. Terán

La política tiene un rol vital en el presente y futuro de las sociedades y de sus integrantes, por tanto, es deber de todos los ciudadanos escoger consciente y responsablemente sus dirigentes, haciendo realidad esa decisión a través del libre ejercicio del voto. Es un hecho que la política impacta a todos los integrantes de la sociedad, porque para bien o para mal, viviremos con sus resultados y consecuencias. 
El voto es la herramienta de los ciudadanos para distribuir el poder entre las personas, equipos e instituciones políticas, tratando de escoger las opciones más y mejor calificadas, para dar respuesta a las necesidades individuales y colectivas. Es por ello, que la indiferencia, la abstención, falta de interés o la neutralidad ante el tema político, no pueden ni deben ser excusas válidas para no cumplir con el deber y la responsabilidad de escoger a los líderes, que regirán los destinos de nuestras respectivas sociedades. 
Sin embargo, ocurre que las características negativas atribuidas al mundo político, han contribuido a que muchas personas decepcionadas, frustradas y desalentadas, por lo que allí ocurre, consideren no participar en procesos electorales. Es notorio, al observar estadísticas que un elevado porcentaje de jóvenes, paradójicamente, no participan en las elecciones, dejando en manos de cualquiera su destino, porque en la política se tomarán muchas decisiones que afectarán su presente y futuro.   
Entonces, es necesario evitar que el desprestigio de la política continúe beneficiando a muchos políticos de oficio, porque ante todos esos calificativos negativos, la gente ha concluido que la política es algo sucio, y equivocadamente no participan en elecciones, haciéndole el juego a ese político de oficio, quien siempre tendrá la opción de ganar con el apoyo de sus votantes de rebaño. Tengamos presente, que no todos los políticos son lo mismo, ni todas las alternativas políticas serán de igual beneficio para la sociedad. 
Por lo contrario, si todos quienes acostumbran a no votar, tomaran la decisión de hacerlo, evaluando responsablemente los candidatos, así como la seriedad, integralidad y racionalidad de sus propuestas, muchas cosas cambiarían. El clérigo y pacifista sudafricano, Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz (1984) afirma “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor". Haciendo una analogía con lo expresado por Desmond Tutu, podríamos también afirmar que no haber participado en un proceso electoral,  es haber dado su voto a quien ganó, porque nuestro voto multiplicado por muchos –que no participaron, al igual que nosotros- podría haber hecho diferencia en los resultados.  
La primera razón de ser de la actividad política es la justa y auténtica preocupación por la mejora del nivel y calidad de vida de los miembros de la comunidad,  del bien común actual y futuro de todos sus integrantes. Nuestra decisión de participar en las elecciones brindando nuestro voto y apoyo a algún o algunos candidatos en particular, tiene consecuencias. Como todo en la vida, el cambio también es necesario en los sistemas sociales y políticos. 
No será factible alcanzar verdaderos cambios en lo político, sin lograr que la política  refleje y centre su actuación en los valores de la sociedad de la cual forma parte, reafirmándolos.  Las sociedades humanas han venido deteriorándose, perdiendo contacto con lo importante, el resultado podemos observarlo a diario en lo que ocurre en un mundo globalizado, con problemas de pobreza extrema, corrupción, hambre, guerras, inmigración descontrolada, deterioro del medio ambiente, crisis de parejas y familias, crisis económicas, financieras y religiosas, y mucho más, todo lo cual parece exigir cambios en las creencias y paradigmas que dan soporte a un esquema de convivencia humana que ha perdido la equidad y la justicia,  demostrando síntomas de agotamiento. 
La política como toda institución humana y social corre el riesgo de ser manipulada por quienes la controlan, perdiendo la razón original y pasando a ser un instrumento de intereses particulares. “Es fácil que en política se anteponga el éxito personal a la responsabilidad social”, expresaba el psicoanalista, psicólogo y filósofo alemán Erich Fromm. Tristemente, “La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas”, planteaba el político e intelectual español Enrique Tierno Galván. 
La política debe estar enfocada a administrar los bienes públicos procurando oportunidades de desarrollo y crecimiento para la sociedad en su conjunto, disminuyendo desigualdades y permitiendo que toda la población disponga de los productos y servicios necesarios para garantizar la mayor justicia posible y la mejor calidad de vida. Alimentación, educación, trabajo, salud, seguridad, transporte y vivienda, más que deseos o dádivas, deben ser objetivos a cumplir por cualquier sistema social que pretenda conservar la paz y felicidad entre sus integrantes.    
Los nuevos líderes políticos deben lograr el objetivo de volver a inspirar, motivar e influenciar, retomando la credibilidad perdida.  Poniendo en vigencia las palabras del Presidente  Lincoln, en el Discurso de Gettysburg, reconocido como uno de los más grandes discursos en la historia de la humanidad, que concluyó diciendo  «Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra». 
Para concluir, asumir la posición de “políticamente indiferente” no es una alternativa válida, porque  esa actitud de “espectador pasivo” no evitará que suframos las consecuencias de nuestra comodidad. Lo político debe contribuir a alcanzar la armonía, balance y equilibrio  entre los intereses de las distintas partes que componen la sociedad. Ciudadanos y electores educados, informados y conscientes son indispensables para la efectiva convivencia colectiva, el progreso y desarrollo de las comunidades y naciones.

03 de Septiembre de 2015

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


No hay comentarios:

Publicar un comentario