Participar con nuestro voto en los procesos
electorales, no es una opción, es una obligación y compromiso con el
futuro.
Miguel A. Terán
La política tiene un rol vital en el presente y
futuro de las sociedades y de sus integrantes, por tanto, es deber de todos los
ciudadanos escoger consciente y responsablemente sus dirigentes, haciendo
realidad esa decisión a través del libre ejercicio del voto. Es un hecho que la
política impacta a todos los integrantes de la sociedad, porque para bien o
para mal, viviremos con sus resultados y consecuencias.
El voto es la herramienta de los ciudadanos para
distribuir el poder entre las personas, equipos e instituciones políticas,
tratando de escoger las opciones más y mejor calificadas, para dar respuesta a
las necesidades individuales y colectivas. Es por ello, que la indiferencia, la
abstención, falta de interés o la neutralidad ante el tema político, no pueden
ni deben ser excusas válidas para no cumplir con el deber y la responsabilidad
de escoger a los líderes, que regirán los destinos de nuestras respectivas
sociedades.
Sin embargo, ocurre que las características
negativas atribuidas al mundo político, han contribuido a que muchas personas
decepcionadas, frustradas y desalentadas, por lo que allí ocurre, consideren no
participar en procesos electorales. Es notorio, al observar estadísticas que un
elevado porcentaje de jóvenes, paradójicamente, no participan en las
elecciones, dejando en manos de cualquiera su destino, porque en la política se
tomarán muchas decisiones que afectarán su presente y futuro.
Entonces, es necesario evitar que el desprestigio
de la política continúe beneficiando a muchos políticos de oficio, porque ante
todos esos calificativos negativos, la gente ha concluido que la política es
algo sucio, y equivocadamente no participan en elecciones, haciéndole el juego
a ese político de oficio, quien siempre tendrá la opción de ganar con el apoyo
de sus votantes de rebaño. Tengamos presente, que no todos los políticos son lo
mismo, ni todas las alternativas políticas serán de igual beneficio para la sociedad.
Por lo contrario, si todos quienes acostumbran a
no votar, tomaran la decisión de hacerlo, evaluando responsablemente los
candidatos, así como la seriedad, integralidad y racionalidad de sus
propuestas, muchas cosas cambiarían. El clérigo y pacifista sudafricano,
Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz (1984) afirma “Si eres neutral en
situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor". Haciendo una
analogía con lo expresado por Desmond Tutu, podríamos también afirmar que no
haber participado en un proceso electoral, es haber dado su voto a quien
ganó, porque nuestro voto multiplicado por muchos –que no participaron, al
igual que nosotros- podría haber hecho diferencia en los resultados.
La primera razón de ser de la actividad política
es la justa y auténtica preocupación por la mejora del nivel y calidad de vida
de los miembros de la comunidad, del bien común actual y futuro de todos
sus integrantes. Nuestra decisión de participar en las elecciones brindando
nuestro voto y apoyo a algún o algunos candidatos en particular, tiene
consecuencias. Como todo en la vida, el cambio también es necesario en los
sistemas sociales y políticos.
No será factible alcanzar verdaderos cambios en lo
político, sin lograr que la política refleje y centre su actuación en los
valores de la sociedad de la cual forma parte, reafirmándolos. Las
sociedades humanas han venido deteriorándose, perdiendo contacto con lo
importante, el resultado podemos observarlo a diario en lo que ocurre en un
mundo globalizado, con problemas de pobreza extrema, corrupción, hambre,
guerras, inmigración descontrolada, deterioro del medio ambiente, crisis de
parejas y familias, crisis económicas, financieras y religiosas, y mucho más,
todo lo cual parece exigir cambios en las creencias y paradigmas que dan
soporte a un esquema de convivencia humana que ha perdido la equidad y la
justicia, demostrando síntomas de agotamiento.
La política como toda institución humana y social
corre el riesgo de ser manipulada por quienes la controlan, perdiendo la razón
original y pasando a ser un instrumento de intereses particulares. “Es fácil
que en política se anteponga el éxito personal a la responsabilidad social”,
expresaba el psicoanalista, psicólogo y filósofo alemán Erich Fromm. Tristemente, “La política ha dejado de ser una política
de ideales para convertirse en una política de programas”, planteaba el
político e intelectual español Enrique
Tierno Galván.
La política debe estar enfocada a administrar los
bienes públicos procurando oportunidades de desarrollo y crecimiento para la
sociedad en su conjunto, disminuyendo desigualdades y permitiendo que toda la
población disponga de los productos y servicios necesarios para garantizar la
mayor justicia posible y la mejor calidad de vida. Alimentación, educación,
trabajo, salud, seguridad, transporte y vivienda, más que deseos o dádivas, deben ser
objetivos a cumplir por cualquier sistema social que pretenda conservar la paz
y felicidad entre sus integrantes.
Los nuevos líderes políticos deben lograr el
objetivo de volver a inspirar, motivar e influenciar, retomando la credibilidad
perdida. Poniendo en vigencia las palabras del Presidente Lincoln,
en el Discurso de Gettysburg, reconocido como uno de los más grandes discursos
en la historia de la humanidad, que concluyó diciendo «Que esta nación, Dios
mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo,
por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra».
Para concluir, asumir la posición de
“políticamente indiferente” no es una alternativa válida, porque esa
actitud de “espectador pasivo” no evitará que suframos las consecuencias de
nuestra comodidad. Lo político debe contribuir a alcanzar la armonía, balance y
equilibrio entre los intereses de las distintas partes que componen la
sociedad. Ciudadanos y electores educados, informados y conscientes son
indispensables para la efectiva convivencia colectiva, el progreso y desarrollo
de las comunidades y naciones.
03 de Septiembre de 2015
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y
coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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