martes, 8 de septiembre de 2015

Aprender o desaprender, ¿Por dónde comienzo? Miguel A. Terán

Aprender o desaprender, ¿Por dónde comienzo?
Miguel A. Terán


Sin duda que para desaprender debimos previamente aprender. En innumerables oportunidades aprender algo nuevo requiere o exige desaprender otro algo, que puede impedir el paso y cabida de un nuevo aprendizaje, especialmente cuando ese nuevo aprendizaje va en contravía con lo previamente aprendido. 


Aprendemos tantas cosas en nuestra vida, muchas de las cuales pierden vigencia en el tiempo, pero inexplicablemente permanecen aún en nosotros, entorpeciendo la llegada de nuevos aprendizajes a nuestra vida. Refería el cantautor, escritor y filósofo argentino Facundo Cabral, la importancia de “una escuela para desaprender, para sacarte de encima todas las tonterías que te enseñaron". 

Si bien es cierto que muchos aprendizajes permanecen vigentes en el tiempo, especialmente aquellos basados en principios y valores, también es cierto que muchos otros -útiles en su momento-, requieren ser cuestionados antes de continuar utilizándolos en un mundo lleno de cambios. 

Es necesario desaprender las creencias limitantes, los paradigmas y todo aquello que obstaculiza nuestra amplitud para adquirir nuevos aprendizajes, frenando nuestro cambio y progreso. Son numerosas las personas, grupos, empresas, familias y sociedades,  prisioneras de costumbres, hábitos y estancadas en su zona de confort, quienes usualmente utilizan la horrible expresión “Siempre se ha hecho así”, la cual representa –literalmente- una “tranca mental y verbal” que nos impide explorar nuevas rutas y opciones de aprendizaje. 

La necesidad de adquirir un nuevo aprendizaje, en muchas oportunidades debe combinarse con la necesidad de desaprender lo que en algún momento aprendimos. Algunas personas utilizan el término “reaprender” entendido tal vez como la acción de aprender algo olvidado o aprender algo sobre lo antes aprendido,  pero la realidad es que palabra “reaprender” no existe en nuestro idioma. 

Es vital considerar la acción de desaprender cuando parece necesario u oportuno cuestionarnos o replantearnos algo, para poder verlo desde una perspectiva diferente a la que hasta el momento era nuestra única verdad. Ese cambio permitirá ampliar nuestra mente, dando cabida a nuevas ideas, procesos, perspectivas y retos,  inclusive –considerando- aquellas en las cuales teníamos una opinión previa desfavorable.   

El psicólogo, matemático y escritor estadounidense Larry Niven afirma que “La mitad de la sabiduría es aprender a desaprender lo que se sabe”. Mientras que el escritor, economista, político y divulgador científico español Eduardo Punset, en el mismo orden de ideas,  refiere que “Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es más importante que aprender”. 

En un mundo lleno de opciones de aprendizaje, muchas personas  son poco comprometidas con aprender, pero –sin duda- son muchas más aquellas que no han considerado la necesidad de desaprender. Aprendemos hasta sin querer, simplemente copiando patrones, observando conductas o asumiendo creencias, mientras que desaprender parece un proceso más relacionado con la toma de conciencia.   

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”, plantea el escritor y futurólogo estadounidense Alvin Toffler. Parece que el reto que tenemos, desde ya, es aprender y cuestionar siempre lo aprendido, brindando continuas oportunidades a nuevas experiencias y conocimientos, que sometidas a procesos de reflexión nos llevarán a nuevos aprendizajes.  

Martes 09 de Septiembre 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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