¿Qué pasaría si hoy te despertaras solo con las
cosas por las que estuviste agradecido el día de ayer?
Autor Anónimo
En Memoria del Dr. Wayne W. Dyer (1940-2015).
Psicólogo, escritor, docente universitario y orador estadounidense.
Definitivamente la pregunta introductoria de este
artículo es contundente, porque nos lleva a considerar nuestro
agradecimiento desde variadas perspectivas, quien somos, lo que hacemos,
lo que tenemos y recibimos cada día. Sin embargo, la común realidad
parece ser que estamos más preocupados buscando lo que nos falta que
agradeciendo y disfrutando lo que ya somos, hacemos y tenemos.
Por ello, con casi toda seguridad, si quedáramos
solo con lo que agradecimos el día anterior, la mayoría de personas al despertar
no tendría nada, porque tal vez no hubieran agradecido nada del día
anterior. Es vital tener presente que “El agradecimiento es la parte
principal de una persona de bien”, tal cual afirmaba el escritor español
Francisco de Quevedo.
Damos por hecho o simplemente consideramos que
merecemos las cosas, gestos, apoyo, ayuda, etcétera, que recibimos de otros,
por tanto es fácil olvidar que debemos agradecer. “Sentir gratitud y no
expresarla es como envolver un regalo y no darlo”, afirmaba el escritor inglés
William Arthur Ward.
En nuestro camino se cruzan muchas fortunas que ni
siquiera vemos, mucho menos las disfrutamos ni agradecemos, porque vamos
dispersos por la vida, simplemente buscando algo más. Una pareja, una familia,
los amigos, la comunidad, nuestro hogar, nuestro trabajo y todo lo que nos
rodea, no recibe de nuestra parte la real consideración de valor que merecen,
porque son algo normal, tal vez hasta criticable.
Otras veces tenemos expectativas exageradas y nada
realistas, por tanto, todo nos parece poco, debido a que esperábamos más, de
manera tal que consideramos que no hay nada que agradecer. Las expectativas
exageradas definitivamente acaban con el agradecimiento, ya que generalmente
están por encima de lo que recibimos.
El escritor inglés Daniel Defoe expresaba que
“Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procede de nuestra
falta de gratitud por lo que tenemos”. Es necesario agradecer a Dios, en
la forma que lo concibamos, por todo lo que somos, hacemos y tenemos.
Igualmente, debemos agradecer a todos quienes han contribuido con nosotros.
Debemos agradecer el gesto o la acción en sí misma, no el contenido o valor de
lo recibido.
Parafraseando, el mensaje del educador y escritor
estadounidense William A. Ward, el día tiene 86.400 segundos ¿Utilizas alguno
para decir gracias?".
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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