miércoles, 19 de agosto de 2015

Nada en la naturaleza ni en la vida es realmente insignificante. Miguel A. Terán

Nada en la naturaleza ni en la vida es realmente insignificante.
Miguel A. Terán

Este “nada”, paradójicamente,  es tan amplio que aplica a todo, personas, cosas, conductas, circunstancias, decisiones y más. Entonces, nada en la vida es realmente pequeño, poco o insignificante para no hacer –de alguna manera- diferencia. El escritor y poeta de la antigua Roma Publio Siro, reconocía que  “Hasta un solo cabello hace su sombra”. 
Un proverbio africano nos recuerda: "Si piensas que eres demasiado pequeño como para marcar la diferencia intenta dormir con un mosquito en tu habitación". Es un hecho, que muchas de las consecuencias, positivas o negativas, que vivimos hoy día, son resultado de pequeñas  decisiones y acciones, que hemos tomado continua, cotidiana y regularmente en nuestro pasado. 
Parafraseando al político y pensador hindú Mahatma Gandhi, podemos considerar, que buena parte de lo que realizamos es insignificante, pero es muy importante hacerlo. En otras palabras, no es tan insignificante como creíamos. Algunas veces nos hacemos una imagen, concepto u opinión, buena o mala, acerca de algo o alguien, por un simple detalle, aparentemente insignificante. 
La historia ha demostrado que personas que fueron consideradas insignificantes, al unirse han cambiado el rumbo de esa misma historia, para bien o para mal. Un autor anónimo expresó que “Lo trágico surge a partir de la acumulación de lo insignificante”, tal vez, de lo que erróneamente se consideró “insignificante” pero no lo era.  
Sin embargo, el médico psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung planteaba una excepción al expresar que “Cuanto mayor es la multitud, más insignificante es la persona”, porque ésta pasa a ser dominada en sus pensamientos,  emociones y acciones por la multitud. Por supuesto, que no se hace insignificante del todo, ya que es parte de ese todo. 
El Emperador francés Napoleón Bonaparte afirmaba que  “A veces una batalla lo decide todo, y a veces la cosa más insignificante decide la suerte de una batalla”. Una historia anecdótica y su respectiva moraleja o enseñanza, nos recuerda la importancia de los pequeños detalles: “Por falta de un clavo se perdió una herradura; por falta de una herradura, se perdió un caballo; por falta de un caballo, se perdió una batalla; por falta de una batalla, se perdió un reino; y todo por falta de un clavo de herradura”. Entonces, un simple clavo, no fue tan insignificante como pudo parecer. 
“¡Ay, cuántas grandes cosas se derrumban por motivos insignificantes!”, expresaba el poeta romano Claudio Claudiano. En opinión, del consultor y autor estadounidense,  pionero en los estudios e investigaciones de liderazgo, Warren Bennis “Los líderes reales transforman lo insignificante en significado”, y allí logran parte de su liderazgo. Muchos grandes y pequeños proyectos, de todo tipo, personales, de pareja, familiares, profesionales, de negocios, empresariales,  fracasan al no brindarles debida atención ni cuidado, a algunos temas, que consideramos pequeñeces o sin importancia, quedando así demostrado que nada es insignificante.

Agosto 20, 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española


No hay comentarios:

Publicar un comentario