jueves, 4 de junio de 2015

REFLEXIÓN DEL DÍA (Viernes 05 de Junio de 2015)‏

“No es la derrota lo que te destruye, es ser desmoralizado por la derrota lo que destruye”. 
Imran Khan (n. 1952). Político pakistaní.

REFLEXIÓN: Emocionalmente somos más afectados por nuestra percepción e interpretación de los hechos que por los hechos en sí. A lo largo de nuestra vida son muchas las derrotas que debemos asumir; no obstante, las verdaderas derrotas, las construimos con percepciones e interpretaciones acerca de lo ocurrido. En similar orden de ideas, un proverbio japonés expresa “Se aprende poco con la victoria, en cambio, mucho con la derrota". 
El militar y político venezolano Simón Bolívar, el Libertador,  afirmaba “El arte de vencer se aprende en las derrotas". Parece que aprendemos más de nuestras derrotas que de nuestros éxitos, pero todo depende de nuestra actitud ante las mismas. El escritor portugués y Premio Nobel de Literatura (1998) José Saramagoplanteaba que “La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva". 
En una perspectiva positiva y –tal vez- graciosa con respecto a la derrota, quien fue uno de los mejores pilotos de Fórmula 1 en todos los tiempos, el brasileño Ayrton Senna da Silva, expresaba que “El segundo es el primero de los perdedores", algo como para consolarse. 
Uno de los aspectos difíciles de digerir con la derrota es sentirse abandonado, como muchas veces ocurre, por quienes hasta hacia poco juraban apoyo ilimitado. El expresidente estadounidense John F. Kennedy, lo reconocía diciendo “La victoria tiene un centenar de padres, pero la derrota es huérfana”. 
Con toda seguridad es mucho lo que podemos hace para evitar las derrotas. La preparación es clave para acercarse al triunfo de manera firme. Lanzarse en una aventura sin la adecuada preparación es garantizar el fracaso. También es importante, conocer las dimensiones del reto que deseamos emprender y compararlas con nuestros recursos, llámense conocimiento y experiencia, además de los recursos materiales y económicos requeridos para lograrlo. “Cuida el final como cuidas el principio y no cosecharás el fracaso”, nos dijo dos milenios y medio atrás, el filósofo chino Lao-Tse. 
Es necesario que reconozcamos y asumamos la derrota. El escritor argentino Jorge Luis Borges, confirmaba lo expresado líneas atrás, pero agregando algo de mucha importancia “Una derrota nunca es un fracaso. Fracaso habrá, si acaso, cuando no somos capaces de asumir la derrota”.  Nada hacemos enfocándonos en criticar o quejarnos por haber caído, más logramos,  dedicándonos a buscar las causas por las cuales caímos y tratar de evitarlas en futuras ocasiones. 
Parafraseando al escritor y Premio Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, en un párrafo de la novela El General en su Laberinto, parece cierto que la vida nos da bastantes motivos para saber que ninguna derrota es la última. En otras palabras, podemos cometer errores que nos lleven a la derrota en cualquier tiempo, momento o edad, pero solo nos destruirá nuestra actitud y desmoralización ante esa derrota, porque sería allí cuando de verdad habremos fracasado.    


Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).

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