viernes, 26 de junio de 2015

¿CUÁNDO SERA TU TURNO? Miguel A. Terán


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¿CUÁNDO SERA TU TURNO?  Miguel A. Terán

Algunas veces acostumbramos a colocarnos de último en la fila para cuidarnos, atendernos o complacernos, mientras estamos pendientes de los demás y de muchas otras cosas, unas importantes y otras banales. De ninguna manera pretendemos plantear olvidarnos de los demás,  ni mucho menos ser insensibles con lo que ocurre en nuestro entorno, sino simplemente, es un recordatorio a tenernos presente a nosotros mismos. 
En válidas palabras, decía el político, pensador, filósofo y escritor cubano  José Martí, que “Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad”. Pero como todo tiene límites, también son válidas las palabras del matemático y filósofo griego, Pitágoras de Samos, quien nos recordaba: “Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela”. 
Dejamos pasar múltiples oportunidades a las cuales dedicamos tiempo y esfuerzo, para que se hicieran realidad, sin estar conscientes que “Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde”, tal cual lo reconocía el escritor y teólogo inglés William George Ward. En la vida, muchas de esas oportunidades se esfuman mientras atendemos las necesidades o complacemos los deseos de otros. 
Algunas veces en ese interés por complacer a los demás, parafraseando a la actriz estadounidense Marilyn Monroe, llegamos a querer ser otra persona, malgastando la persona que somos, e incluso,  la persona que podemos llegar a ser. 
Una frase atribuida por algunos a Woody Allen y por otros a Bill Cosby, ambos reconocidos personajes del medio cinematográfico mundial, hace referencia al éxito y el fracaso, planteando "No conozco la clave del éxito pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo". 
Recuerda que “Nadie puede tener una opinión buena de una persona que tiene una opinión mala de sí mismo”, según refirió el escritor inglés Anthony Trollope. Debemos ser cuidadosos que ese comportarnos en extremo bien, olvidándonos de nosotros mismos, no obedezca más a un problema de baja autoestima que realmente a querer ayudar a otros. 
Es válido preguntarnos con regularidad ¿Qué hiciste ayer por ti, qué estás haciendo hoy por ti y qué piensa hacer mañana por ti? De allí surgirán no solo oportunidades para ti, sino para apoyar a los demás y a tu entorno, porque en la medida que puedas avanzar, crecer y desarrollarte integralmente, serás una persona más feliz y útil a la sociedad. Pero antes es necesario que te conozcas a ti mismo, tus sueños, intereses, motivaciones, necesidades, deseos, habilidades y todo el potencial que tienes, porque algunas veces nos dedicamos más a conocer a otros que a nosotros mismos. 
Si bien es cierto, que algunas personas requieren recordarles que se tengan presente a ellos mismos, al momento de brindar atenciones; también es cierto,  que a muchos otros debemos recordarles lo contrario, que todo no es para ellos, que deben tener presente a los demás. Es necesario ser cuidadosos, para no pensar solo en nosotros, porque tal cual refirió el político estadounidense Thomas Jefferson es “Indudable que nadie se ocupa de quien no se ocupa de nadie”. Algún día nos pueden olvidar, pero con seguridad en otro tiempo y lugar, nosotros también olvidamos.

Junio 26, 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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