martes, 19 de mayo de 2015

REFLEXIÓN DEL DÍA (Martes 19 de Mayo de 2015)‏

“El pasado es un sitio de referencia no un lugar de residencia”.
Ignacio Nova (n. 1959).  Escritor dominicano.

REFLEXIÓN: Si bien es cierto que en buena parte nuestro presente y futuro dependen de nuestro pasado, también es cierto que no podemos estancarnos añorando el pasado con nostalgia o recordándolo con dolor, ni mucho menos esperando en ese lugar la llegada del futuro. “No puedo volver al ayer, porque ya soy una persona diferente”, eran palabras de Lewis Carroll, el matemático y escritor británico. 
“Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá”, recomendaba  el político y quien fue Primer Ministro británico Harold MacMillan. En similar orden de ideas el arquitecto y diseñador industrial Ludwig Mies Van Der Rohe decía “Es imposible ir hacia adelante y mirar hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar”. 
Son muchos, quienes aún pasados los años, siguen añorando o sufriendo por algo que ya no existe –simplemente- porque ha cambiado. Pero la realidad es que cualquiera de nosotros, al vivir y conocer nuevas tierras, personas y culturas, también hemos cambiado, tal cual decía Lewis Carroll. Con el paso del tiempo, tanto el lugar, como las personas y nosotros mismos, ya no somos lo que fuimos.   
Son muchas las personas que han decidido residir en el pasado, todos conocemos alguna o algunas. Muchas de ellas consideran que esa época pasada fue mejor que la actual, pero sin duda que hay subjetividad en esa opinión.  El escritor español Francisco de Quevedo, afirmaba “Nunca mejora su estado quien se muda solamente de lugar y no de vida y de costumbres”. Hay quien se muda o emigra solo en cuerpo. 
En lugares donde confluyen inmigrantes es bastante común escuchar las expresiones “Yo tuve”, “Yo era” o “Yo fui”, con la siempre duda para quien las escucha acerca de la certeza o veracidad de las mismas, y la convicción e idealización de quien las expresa.  “El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar”, decía el dramaturgo y Premio Nobel de Literatura (2005) el británico Harold Pinter. 
Es sano dejar de hablar continuamente de lo vivido, sea bueno o malo, para no vivir de recuerdos, arriesgándonos a llenarnos de melancolía o reproches. Ver nuestro álbum  de fotografías es válido, pero que sea nuestra “lectura” de mesa de noche antes de dormir, no es recomendable. El pasado como hemos dicho es una referencia, no el lugar donde actualmente vivimos.   
Muchos “errores o desaciertos” del pasado, continúan torturándonos en el presente, quitándonos motivación y oscureciendo nuestro futuro. Es necesario evitar que nos paralicemos por encontrarnos anclados en reproches o melancolía relacionados con ese pasado. Pero también muchos “éxitos” del pasado nos atrapan, sin permitirnos arrancar, porque esperamos tener todo garantizado, estar absolutamente seguros,  para repetir viejos triunfos y  glorias.     
Un proverbio ruso nos recuerda que “Añorar el pasado es correr tras el viento”; y, un refrán popular, dice que “Agua pasada no mueve molinos”. Del pasado la experiencia, la reflexión y el aprendizaje, para enfrentar nuevos retos, luchar por amores y alcanzar los sueños que están por venir, pero no debemos ni podemos olvidar que el camino es hacia adelante.   

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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