En un sencillo y excelente artículo del Dr.
Antonio Argandoña, reconocido profesor de Economía del IESE, Business
School de la Universidad de Navarra, en España, escrito en el blog de Economía
y Ética, nos trae a referencia el tema de la obsesión de los padres por
planificar la vida de sus hijos, buscando garantizarles el camino al éxito,
según una limitada versión de lo que es el éxito en la vida.
En esta limitada y –quizá- miope versión de la
vida, el éxito estaría atado única y exclusivamente a reputación, prestigio,
status, dinero y otras cosas materiales, restando importancia al verdadero rol
de los padres en la formación psicológica, emocional y espiritual de sus hijos.
El riesgo es construir una sociedad de padres
proveedores de recursos para el hogar, dedicados a hacer y tener, pero ausentes
en lo que debe ser su verdadero rol: ser padres.
Invito a todos los seguidores de mis lecturas y blog
a leer atentamente lo expresado por este respetable y sabio profesor, y sobre
todo a tomar conciencia de la manera en que estamos cumpliendo nuestro rol de
padres, para hacer a tiempo los cambios que consideremos necesarios.
Lo más valioso que podemos dar a nuestros hijos es
nuestro tiempo. Recordemos las palabras del periodista y escritor
estadounidense Hodding Carter “Sólo dos legados duraderos podemos dejar a
nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas”.
Miguel A. Terán
ALGUNOS PADRES SE HAN VUELTO LOCOS
Autor: Dr. Antonio Argandoña
Se han vuelto locos, o lo parece. Vamos, digo yo.
Leí hace unos días un artículo de Emma Jacobs en el Financial Times y me dije:
algún día tendrás que comentarlo. Y unos días después leí una carta de una
lectora y me dije: sí, tienes que comentarlo. Y aquí estoy.
El artículo explicaba las andanzas de una asesora
sobre la guardería adecuada para los hijos de gente rica, en el Reino Unido,
aunque este negocio está más desarrollado en Estados Unidos. El primer párrafo
es significativo: “La Universidad de Cambridge; luego, el Deutsche Bank. Este
es el futuro que un padre que trabaja en la City de Londres había diseñado para
su hijo, tal como le comentó a Sabine Hook [la consultora]. El chico tenía seis
meses; el trabajo de la Sra. Hook era poner al chico en el camino adecuado“.
No es un caso aislado. Muchos padres consideran
que elegir la guardería adecuada es el medio para que vaya a la escuela
adecuada, desde la que tendrá acceso a la universidad adecuada, para acabar en
el trabajo adecuado.
Me parece que esto dice mucho de la sociedad en
que vivimos. Una sociedad en que el éxito es lo que cuenta, y un éxito marcado
por una carrera que acaba con un supersueldo. Por supuesto, el chico no tiene
nada que decir sobre su carrera: sus padres ya saben lo que le conviene. Esto
dice mucho de sus padres. En el artículo se señalan algunos detalles de esos
padres. “Algunos padres ricos me dicen a veces que sería una negligencia por su
parte no contratar a alguien que les ayude en esta tarea desde el principio”. O
sea, lo hacen por el buen nombre de los padres, particularmente porque los
padres son “ultracompetitivos”.
La consultora “echa la culpa a la presión de los
pares y a la mentalidad de rebaño. La competencia de las guarderías provoca la
paranoia incluso en los padres más equilibrados. Los rumores les vuelven locos,
a veces”. Porque, como dice la experta, “Hay muchos magníficos lugares que no
están de moda”. Más información sobre esos padres. “Parte de la presión se debe
al deseo de los padres de parecer buenos”, dicen un bloguero sobre estos temas.
“Pero también se debe a que son parte del uno por ciento que tiene suficiente
dinero para dar a sus hijos la mejor educación”. No queda claro qué pensarán
sus hijos, el día de mañana. Me acuerdo de un chiste que leí hace tiempo en el
Wall Street Journal: papá y mamá, trajeados como eficientes profesionales, se
despiden del niño, que se queda con la cuidadora, diciéndole que se van a ganar
dinero para que el niño pueda tener la mejor cuidadora del mercado.
En el artículo se cita también el caso de una niña
de dos años que iba a la guardería cinco días a la semana, tenía un tutor dos
tardes a la semana, para ser sobresaliente en matemáticas y dominio del
lenguaje; tenía clases semanales de fonética y lectura, teatro, francés para
principiantes y natación, y estaban pensando en añadir chino mandarín y
español. “La niña estaba tan cansada que tenía miedo de abrir su boca”.
La conclusión la tomo de la carta del día 19:
“Algún día tendremos la evidencia de que los caracteres de la infancia que se
correlacionan más con el éxito son el juego, la ligereza de corazón y el
sentido del humor. Un niño tiene una capacidad natural y abundante para
divertirse. Si algo es crucial en la infancia es mantener esto vivo. Es lo que
mejor le mantendrá en el largo plazo”.
Mayo 22, 2015
Publicado en: http://blog.iese.edu/antonioargandona
Biografía: El profesor Argandoña recibió su PhD in
Economics por la Universidad de Barcelona en 1969. Desarrolla su docencia
principalmente en las áreas de macroeconomía, economía monetaria y economía
internacional, y publica sus investigaciones sobre ética en la empresa,
responsabilidad social corporativa y corporate governance. Es un miembro de la
Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España (1999). Su labor
investigadora fue reconocida en 2008 cuando la European Academy of Business in
Society (EABIS) y el Aspen Institute for Business in Society le concedieron el
Life Achievement Award por su fecunda carrera profesional. Además, fue
reconocido como el tercer autor más destacado del mundo en ética de la empresa
y RSC entre 1999 y 2008. Es también el Director del IESE Insight y del IESE
Alumni Magazine.
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